domingo, marzo 26, 2006

Deep Purple en Chile

Deep Purple – De Saloon
Sábado 25 de Marzo de 2006
Pista Atlética Estadio Nacional
20:00 hrs
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La tercera visita de Deep Purple a nuestro país cayó dentro de las tres noches de Cristal en Vivo, en las cuales hubo de todo, incluyendo el primer día bandas tributos a Rush, Pink Floyd y Queen. Y comprando un pack promocional de la cerveza en un supermercado se podía comprar la entrada a mitad de precio para cualquiera de las noches. Nada mal.

Mi razón de peso para acudir a este recital fue más que nada como para sacarme el empacho por no haber asistido las dos veces anteriores, porque, seré sincero, estoy algo cansado ya de tantos clásicos y de bandas que no mueren nunca. En fin. La primera visita de la banda fue en Febrero de 1997. El recital fue en el Estadio Santa Laura. Y aunque yo tenía mi entrada no pude entrar debido a graves problemas de organización que dejaron a muchos afuera. El nefasto broche de oro fue la caída de la torre de sonido al comienzo del show, que dejó varios heridos. La noticia recorrió el mundo. La banda tocó igual, aunque con sonido muy deficiente según supe. La segunda visita fue hace un par de años y allí no fui porque simplemente no me interesé, así que aproveché esta tercera vez para ver a los legendarios Purple antes de que jubilen.

Llegué a la Pista Atlética muy justo en la hora. No vi a De Saloon. Y cuando apenas llevaba diez pasos dentro el show comenzó. “Pictures of Home” comenzaba el set, del insuperable Machine Head. Un clásico para entusiasmar a los más de quince mil espectadores que definitivamente no estaban allí para De Saloon. Ya al segundo corte las canciones no fueron muy conocidas, y aunque la gente disfrutaba del show no había gran ovación por cortes como “Wrong Man” o “Before Time Began”, ambas del último disco Rapture of the Deep, aparecido en Noviembre del 2005.

Recién en la segunda parte del show el espectáculo tomó vuelo, sin que faltaran las acrobacias en la guitarra de Steve Morse, que definitivamente reemplaza a Ritchie Blackmore con maestría y las de Don Airey, un tecladista tan o más excelso que Jon Lord y que a grabado con insignes nombres como Ozzy, Rainbow y otros. Pero fue cuando la banda se fue derechamente a los clásicos ultra conocidos que la fiesta se animó. No estuvieron todos, pero sí los inmortales temas del Machine Head: “Lazy”, “Space Truckin´”, “Highway Star” y la un millón de ves escuchada “Smoke on the Water”. Este último dio pie al primer y único bis. Deep volvió para tocar “Hush”, aquella memorable canción del primer álbum Shades of Deep Purple finalizando la velada con “Black Night”, aquella canción single que no aparece en ningún álbum de estudio oficial. Tampoco faltó “Perfect Strangers”, pero no tocaron “Child in Time” ni “Burn”. De seguro muchos las extrañaron.

En cuanto a la parte técnica, el sonido del espectáculo estuvo a la altura de la banda, aunque sin mucho volumen. Ni una falla. Todo absolutamente perfecto, aunque hacia la izquierda del escenario se producía gran eco por las murallas del polideportivo emplazado allí. Mucho mejor se escuchaba en cualquier parte menos allí. Ian Gillan cantó las canciones como si el tiempo no pasara, sorprendiéndome cuan parecido sonaba a los registros de estudio. Ya no tiene la chasca de antaño, pero canta excelente. Roger Glover se manejaba con el bajo como si nada. Ian Paice, que es el único miembro original que queda de la banda, demostró estar aún en forma, y en general la banda no se vio para nada obsoleta y sin fuerza. Es increíble pensar que en 2008 se cumplirán 40 años desde que la banda se formó, y allí está hoy en día con gran profesionalismo y una capacidad de convocatoria realmente increíble que abarca un amplio espectro de personas. Me llamó la atención que hubiesen tantos niños, muchos de ellos con sus padres, y en general mucha gente joven. Claro, también estaban los viejos rockeros, pero no eran mayoría. A mí me dio la impresión de que es precisamente la gente joven la que está revalorando a los clásicos y que los viejos a estas alturas ya están cansados de escuchar las mismas canciones de siempre. Es, en todo caso, muy entendible aquello.

No puedo comparar el show con las presentaciones anteriores, pero puedo decir que este recital fue lo que esperaba, o sea, sin grandes sorpresas y abocado a lo clásico. Y en sus casi dos horas no fue jamás electrizante, pero al menos yo ya me saqué el empacho.

lunes, marzo 20, 2006

Kreator en Chile 1992


Kreator en Chile ´92
Santiago
Estadio Chile (Actual Estadio Víctor Jara)
11 de Abril de 1992

Este fue el primer recital metalero de una banda influyente e importante dentro del metal. Antes había venido Vulcano, de Brasil, pero aquello no puede ser comparado con la visita de los alemanes, quienes luego vendrían tres veces más. Kreator en Chile en el 92 fue el puntapié inicial a una larga lista de visitas internacionales que no para hasta el día de hoy. Asistieron alrededor de cuatro mil personas, posiblemente más, y quienes estuvimos allí sabemos lo importante que fue el recital. No lo sabíamos en la época. Nadie lo sabía.

Recuerdo que las entradas las vendían en Rock Shop. Esta era una tienda de discos metaleros que estaba en el Paseo Las Palmas. Era uno de los pocos lugares donde se podían comprar discos vinilos o compacts, y ellos vendían las copias americanas o europeas que eran la raja. Y sí, eran caros, pero uno se desangraba juntando peso a peso los vueltos del pan y al final los discos salían. Además, la tienda era el epicentro del poderoso movimiento thrash metal de mediados de los ochenta. Y aunque ya en el 92 el apogeo había pasado, algunos metaleros y thrashers seguían juntándose en Las Palmas a intercambiar discos con otros de similares gustos musicales al igual que en años anteriores. Ya nada de eso existe desde hace bastante tiempo. En esa época no había Internet, no había celulares, la música se conseguía y compartía a través de cassettes, a veces muy mal grabados, dentro de la red de amigos. Por suerte la Radio Tiempo 95.9 con Jorge Aedo tenían "Música a otro nivel" programa semanal de una hora donde tocaban discos completos de thrash. Uno los grababa religiosamente. Ahora todo el mundo o baja su música o la compra, pero el sentimiento de tribu claramente ya no existe. Ahora intercambiamos mp3 y todo el mundo tiene acceso a todo. Mucha información, aunque me atrevo decir que cada vez hay menos feeling.

El día que compré la entrada llegué a Rock Shop, pasé las lucas y me pidieron mis datos, anotando en un libro mi nombre, apellido y rut. Todo el mundo fichado. ¿Que onda? me decía a mi mismo. Como era primera vez que se hacía un recital de la envergadura de Kreator me imagino que la gente organizadora tenía sus muy fundados miedos de que quedara la cagada (como eventualmente pasó) y por eso el fichaje. Compré cancha a seis lucas. Creo que galería estaba a dos mil quinientos. Barato, incluso para la época.

Cuando llegó el día del evento, que casualmente fue el día después de mi cumpleaños, llegué a la Estación Unión Latino Americana del Metro para juntarme allí con un amigo. Mientras esperaba fui a ver que onda a las afueras del estadio y ya se veía mucha gente, algunos con pintas como sacados de Mad Max o The Road Warrior. Algunos tipos con cadenas, muñequeras con puntas, muchos thrashers con los pantalones rajados, las clásicas zapatillas blancas, la polera de Slayer. Yo fui con la también clásica chaqueta de mezclilla. Todo el mundo vestido para la ocasión.

No me acuerdo a que hora empezó el recital, tampoco si hubo atrasos, ni tampoco que canciones tocó Criminal, que tuvo el honor de telonear a los grandes Kreator. Lo que sí recuerdo es que cuando Mille Petrozza y compañía salieron al escenario quedó la cagada. La gente se volvió loca. Los mosh no tardaron, y por todos lados los chascones no dejaban de cabecear. En la cancha se movía un mar de gente y se hacía difícil avanzar hasta las cercanías del escenario. Al final yo y mi amigo decidimos quedarnos atrás y ver el show y la cagada que empezaba a tejerse adelante. De repente se rompe la línea de seguridad. Unos tipos empiezan a encaramarse por los costados del proscenio. Al rato hay gente arriba del escenario. Un tipo se sube, le da un beso en la mejilla a Petrozza y luego hace un stage-diving. De a poco el escenario se empieza a atestar de gente. Hay gente al frente y a los lados. Estamos hablando de una veintena o más de sujetos. A los músicos ahora se les ve sólo la cabeza. El juego de luces está bueno. El show sigue. No recuerdo el setlist. Pero sí que tocaron "Pleasure to Kill". Gran tema. Abajo la gente sigue saltando y sigue mosheando frenéticamente. Los de la cancha ya no estamos viendo mucho de nada. Un idiota toma un palo y lo lanza hacia los músicos. Mille agacha la cabeza y se salva del garrotazo. El show no puede seguir. Las condiciones no están dadas para que se garantice la seguridad. Es absolutamente entendible. Se prenden las luces. El show terminó. Duró alrededor de veinticinco minutos. Parece que UCV Televisión lo grabó. Hay que irse para la casa o a la schopería más cercana a comentar el recital.

No recuerdo haber salido triste o enojado por la presentación del show, a pesar de su extremadamente corta duración. Claramente no había sido lo que uno esperaba, pero era el primer show thrash internacional y podía pasar cualquier cosa. Uno como que asumía aquello y se conformaba. Además, que diablos se podía hacer. Nada. Y hay que situarse en la época. Como primer recital thrash importante las expectativas estaban muy altas. No sólo fue al show cada uno de los metaleros de corazón sino que un montón de otra gente que más que ir a ver un espectáculo fue a dejar la cagada, literalmente. Se trataba de algo nuevo y no faltaron los curiosos ajenos a la movida metalera que pensaron que ir sería "cool". Claro que hay que comprender que Chile estaba recién saliendo de la represión y había mucha de ella todavía contenida. Ver a una banda como Kreator era desde luego una válvula de escape no sólo para metaleros sino que para cada espíritu oprimido con tantos años de dictadura. Aquella descarga fue exagerada, ya que hizo que el show se detuviera, pero también es cierto que nunca más se volvió a ver en Chile un recital tan chacal ni tan peligroso.

Van a ser catorce años de aquel recital. El tiempo pasa para todos. Kreator sigue tocando, sigue sacando álbumes. Desde el 92 he ido a muchos recitales, comentado varios, pero este será por siempre uno de los más significativos al menos para mí. Estoy seguro que para muchos también.

¿Alguien tiene el setlist?

viernes, marzo 10, 2006

Judas Priest en Chile

JUDAS PRIEST - WHITESNAKE - RATA BLANCA
Festival Monsters of Rock
Martes 13 de Septiembre de 2005. 19:30 horas
Pista Atlética Estadio Nacional
CIE Producciones
Por fin el anhelo de muchos -me incluyo- se hizo realidad. Finalmente Judas Priest tocaría en vivo para sus miles de fans aquí en Chile. Definitivamente, no se trataba de un recital más, sino de algo de mucho mayor alcance de lo que se podría sospechar a primera vista. En mi caso particular, la cita con Judas era algo que no me hubiera perdido por nada del mundo. Primero, porque nunca antes había visto a Judas y segundo porque se trataba de una banda crucial para mí. El álbum de 1984 "Defenders of the Faith" fue uno de los primeros vinilos que compré. Marcó mis gustos musicales de ahí en adelante, convirtiéndome en un acérrimo amante del metal. Entenderán entonces que ir a ver a Judas no era algo para tomarse a la ligera. No podía faltar. Y seré muy sincero con ustedes, pero lo cierto es que no estaba ni siquiera un poco interesado por las presentaciones de Rata Blanca y Whitesnake. A Rata Blanca ya la había visto unas cinco veces anteriormente, y Whitesnake no despertaba en mí ni el más mínimo interés ya que su hard rock glam nunca ha sido algo que me vuelva loco. Quizás, en otro contexto, no al lado de Judas Priest, mi apreciación hubiera sido otra, porque nadie puede negar que Rata Blanca y Whitesnake son excelentes bandas, pero el interés, sin duda, y creo hablar por muchos, estaba puesto en los legendarios Judas.

Rata Blanca abrió el show mostrando su talento en tan sólo unos cuarenta minutos. Tal como dijo su vocalista Adrian Barilari, no había tiempo para más, por tanto poco o nada iban a mostrar de su álbum 2005, La Llave de la Puerta Secreta. Como era de esperar, los momentos álgidos de la algo tibia presentación fueron a la par con las canciones "La Leyenda del Hada y el Mago", "Haz tu Jugada", ambas del disco Magos, Espadas y Rosas y "Highway Star", cover de Deep Purple.

Whitesnake tocó un poco más que Rata Blanca, extendiéndose como una hora. Su presentación estuvo mejor que la de Rata, y podemos decir sin temor a equivocarnos que la serpiente blanca se comió al ratón blanco.

David Coverdale y compañía desempolvaron viejos pero inmortales clásicos, incluyendo el cover de Deep Purple "Burn", que empezó la presentación. Buena cosa que Judas no hizo ningún cover de los Purple. Por supuesto que tampoco podían faltar "Still of the Night", "Here I go Again", y la súper melosa, súper pop, sugar coated, "Is This Love", canciones que lograron una buena respuesta del público, pero que no encajaban para nada con lo que pronto ascendería desde los abismos del infierno. (Algo de poesía metalera, jajaja) Ciertamente un preludio demasiado "pop" para esperar al Dios del Metal, Rob Halford. ¿Autoproclamado? Si hubiera sido por mí, y rara vez sucede que las cosas se hagan a mi pinta, hubiera puesto a Saxon, banda que definitivamente es más metal que Whitesnake y también un "Monstruo del Rock". Lo mejor de la presentación de Whitesnake fue "Crying in the Rain".

A eso de las diez de la noche apareció lo que la mayoría de los cerca de quince mil espectadores esperaba ansiosamente ver, Judas Priest en vivo, con su formación casi clásica. Digo "clásica" porque el baterista Dave Holland, quien grabó grandes clásicos de la banda, ya no está, siendo su reemplazante desde el álbum Painkiller, Scott Travis. Un más que digno y competente sucesor. Dave, por ahora, está con problemas con la ley debido a un lamentable hecho delictivo.

Así, Travis, K.K. Downing y Glen Tipton en las guitarras, Ian Hill en bajo y Rob Halford de vuelta en las voces, irrumpieron en escena comenzando con "Electric Eye" en medio de la expectación colectiva de una masa sumida en la locura. Allí estaban, por fin, como si los años nunca hubiesen pasado, los míticos Judas Priest. Verdaderamente un emocionante momento histórico difícil de borrar. "Metal Gods" prosiguió en la senda de clásicos, seguido de "Riding on the Wind", "Touch ef Evil" -no tan clásica- y la inevitable, y posiblemente insufrible "Breaking the Law". Aquella, la canción más universalmente conocida de Judas Priest, que aunque a muchos gusta, a otros tantos aburre debido a su sobre exposición.

Pero no todo fue recuerdos de momentos de añoranza ¡cuando éramos unos imberbes jóvenes ilusos llenos de ilusiones! Sin miedo, y como queriendo decir:"Nosotros somos una banda vigente y no vivimos exclusivamente del pasado" Priest lanzó a la parrilla cuatro canciones de su nuevo álbum Angel of Retribution. Estas fueron "Judas is Rising", "Deal With the Devil", "Revolution" y "Hellrider", canciones que lograron captar la atención del público tanto como las clásicas aunque el peak sin lugar a dudas fue cuando se escuchó "Painkiller", generando el desorden colectivo. Los momentos más pausados, pero no menos intensos, vinieron de la mano del cover de Joan Baez "Diamonds and Rust", de "Beyond the Realms of Death" y de "Victim of Changes". Los momentos más comerciales se vivieron con "I´m a Rocker" y "Turbo Lover". Las otras canciones que escuchamos fueron: "Hell Bent for Leather", "Living After Midnight" y "You´ve Got Another Thing Comin´". Esta última terminó las casi dos horas de show.

Lo mejor de todo fue que el sonido estuvo espectacular, al igual que la escenografía. Ni la moto Harley-Davidson faltó. Aquello fue un gesto importante puesto que demostraba que el show presentado no difería de los hechos en otras latitudes. Y en cuanto a la interpretación de las canciones, ¡qué puedo decir!, simplemente que fue una demostración excelsa de que para estos músicos las canciones son ya parte de ellos mismos. Los solos de guitarra, tan importantes en Judas, sonaron con convicción y con tal soltura que parecían fáciles. Difícil resulta encontrar puntos débiles en la presentación, aunque siendo estrictos, habría que confesar que Rob Halford, a pesar de cantar bien, ya no tiene el registro de antaño, cuando alcanzaba notas altas como si nada. Y claro, además, faltaron canciones memorables, muchas, pero si Judas tocara todos sus grandes himnos tendrían show para unas cuatro horas. A más de alguno le quedó la bala pasada por no haber disfrutado de ninguna canción de álbum Defenders of the Faith. "Freewheel Burning" faltó, que duda hay de aquello, ya que la pequeña cuota de brutalidad y agresión sónica desplegada en "Painkiller" merecía sus réplicas, como lo hubiera sido "Ram it Down" también. Y que decir de "Screaming for Vengeance", "Jawbreaker", "Tyrant", "Sinner" o "Exciter". Podríamos seguir.

De todas maneras el setlist estuvo bueno, repasando la historia de la banda emblema del heavy metal brillantemente y, para ser primera y posiblemente última en que se presente en Chile, no creo valga la pena someter a juicio lo que fue una presentación excelente.

Absolutamente, uno de los mejores recitales que he visto. We are Defenders of the faith!!!!!!

viernes, marzo 03, 2006

Sodom y Nuclear Assault en Sao Paulo, Brasil.

Sodom - Nuclear Assault
Domingo 20 de Febrero de 2005
Direct TV Music Hall, Sao Paulo, Brasil
Tumba Productions

Las fechas del tour sudamericano de Sodom incluyeron las ciudades brasileras de Brasilia, Belo Horizonte, Sao Paulo y Porto Alegre. Luego vendrían las fechas de Lima, Perú, y Bogotá, Colombia. Nuclear Assault acompañaría a Sodom en esta gira solamente por tres fechas, todas dentro de Brasil. El show de Sao Paulo era la última donde estas dos grandes bandas del thrash harían de las suyas. Y como lamentablemente este tour no incluyó a Chile, la cita del día 20 era la última para pillar a Nuclear tocando "relativamente" cerca. Quizás la última oportunidad para poder ver a la banda alguna vez. ¿Cómo no sacrificarse e ir a ver a los cabros? Yo, que soy tan sacrificado, hice acto de fe metalera y me lancé en la aventura de ir a Sao Paulo para poder hacer una nota del evento y ojala lograr una entrevista. Esto último no se pudo concretar, pero pude al menos sacar algunas fotos no sólo del show sino que de algunos miembros de Nuclear también. Era tercera vez que la banda gringa pisaba tierra brasilera, y la segunda para los alemanes. ¡Había que estar ahí!

Primera Parte: ¿Por qué no?

En un ataque de locura, y aprovechando varias situaciones favorables que se dieron al mismo tiempo, como el estar de vacaciones al momento de la gira, y el de disponer de algunos ahorritos que estaban destinados a cosas superfluas y banales como una casa y un auto, es que decidí invertir mi plata en algo realmente importante, como ir a ver a Nuclear Assault. ¡Hay que tener las prioridades en orden! En fin, rompí el chanchito y partí a Brasil a verlos. ¿Y Sodom? Mmmm. Después del lamentable show que presentaron años atrás en el Gimnasio Nataniel, donde también tocaron Broken Hope y las bandas chilenas Execrator, Sadism y Santoad, no tenía grandes expectativas para con Sodom. ¡Cuánto estaba equivocado! El show de ellos estuvo espectacular. Pero ya les contaré.

Todos los que alguna vez se han aventurado en un viaje a otro país saben que hay un montón de cosas que considerar ya que no se trata de una travesía a la vuelta de la esquina. Que el pasaje, que el Rut, que la Visa (para ir a Brasil no se necesita), que el equipaje, que la cámara, que el hotel, que los gastos, etc, etc, etc. Pero es latero hablar de esas cosas por tanto no voy a entrar en detalles, ya que mi intención es hacer de esta nota algo entretenido. Por otro lado está la experiencia de conocer lugares, caras y situaciones que posiblemente nunca más se volverán a repetir. Créanme que fue espectacular haber tenido la posibilidad de ver a Nuclear y Sodom en Brazil, y la experiencia da para mucho más que un comentario absolutamente concentrado en la presentación de las bandas. Claro, voy a eso en seguida. Pero es natural que muchos se pregunten: ¿Y cómo son los metaleros en Brasil? ¿Y son tan dedicados como acá? ¿Y cómo es el carrete? ¿Y cómo es un show allá? Es natural que uno haga comparaciones. Y yo se las comentaré. Pero como dijo Jack the Ripper, vamos por parte.

Segunda Parte: El esperado y ansiado recital

Se suponía que las puertas del recinto se iban a abrir a las seis de la tarde, que telonearía una banda local a las siete, que Nuclear saldría a las ocho, Sodom a las nueve, y que más o menos a las diez y media ya todo sería historia. No fue así. no tocó ninguna banda local, las puertas se abrieron como a las ocho, Nuclear subió a escena un cuarto para las diez, Sodom, una hora y media después, terminando todo cerca de la medianoche. Los que estábamos allí tuvimos que esperar bastante, pero la espera se hacía alegre gracias a unos carritos que pasaban ofreciendo cosas para comer y todo tipo de bebidas alcohólicas. Las cervezas iban y venían y nadie reclamaba nada. Digamos que había toda una onda fuera del recinto. Los viejos thrashers de los ochenta se congregaban y todo era muy ameno.

Por fin sale en escena Nuclear Assault. La banda viene con su formación clásica, excepto por el guitarrista Erik Burke, quien a la vez reemplazaba al miembro fundador Anthony Bramante. Allí estaba John Connelly en voz y guitarra, el famoso Dan Lilker en el bajo (Anthrax, Brutal Truth, S.O.D.) y Glenn Evans en la batería.

Se escuchan los primeros acordes de "Sin", excelente canción del álbum debut Game Over, pero sin la intro "Live, Suffer, Die" (buen título ese). Comienza el mosh, comienza el desorden... de pronto pareciera que estamos de vuelta a la época del Combat Tour. Sin duda Nuclear se iba a la segura, los viejos clásicos no podían faltar.

Momento Top. Luego de un par de temas John Connelly se lanza desde el escenario con guitarra y todo. Estamos en el tema "Butt Fuck" (¡¡¡¡¡otro excelente título de canción!!!!!). La respuesta del público no se hace esperar. Más mosh, más desorden.

Otras canciones muy memorables y que tuvieron la más cálida recepción de parte de los más o menos mil quinientos fans, fueron los temas del grandioso álbum Handle With Care: "New Song", "F*(Wake Up)" y "Critical Mass". Este último terminó la presentación, que, lamentablemente, no tuvo ni siquiera un mísero bis. Nuclear llegó, tocó y se fue. Yo quedé con gusto a poco, y supongo que muchos otros metaleros quedaron con las ganas. Por suerte tampoco faltaron algunos de esos temas cortos, demenciales y muy chistosos que siempre caracterizaron a la legendaria banda thrashera. Del disco Game Over se escuchó "My America", para proseguir con con el clásico de clásicos "Hang the Pope" (Cuelguen al Papa), canción que Lilker introdujo diciendo: "Esta canción es sobre un catholic motherfucker". Parece que a Lilker no le gusta el Papa. Jajajajajajaja.
Si luego de ese gran corte hubiese venido "Mother´s Day" hubiese sido genial, mas Nuclear optó por "Lesbians" (Otro notable título de canción). Como broche de oro "Brainwashed" también se hizo presente. Y eso sería más o menos todo. Hubo unos cuantos temas más que no causaron gran conmoción, ninguno de ellos realmente memorable.

¿Se extrañaron algunas canciones? Por supuesto. Faltaron los clásicos "Stranded in Hell", "Brain Death", "Inherited Hell" y "Emergency". Al menos yo extrañe esas canciones. Y vaya que sí pudieron haberlas tocado porque no digamos que Nuclear se caracteriza por tener canciones largas. Con quince minutos más de show hubieran podido dejar al mundo enteramente satisfecho. Yo, claro, me saqué el empacho de ver a esta legendaria banda, pero dejando de lado el sesgo emocional, tengo que confesar que quedé con gusto a poco. Por otro lado, la puesta en escena, el sonido, y la buena onda de los músicos compensaron en algo lo extremadamente corta que fue la presentación. Menos de una hora. Quizás para la próxima. No creo.

De pronto se encienden las luces. Tiempo para ir al baño, tomarse una chela más, o qué se yo. Yo aproveché para cambiar el rollo a la cámara fotográfica. Sí, leyeron bien. rollo de foto. Quise comprarme una digital, pero para no quedar en la calle opté por una cámara más barata. En fin.

Como les había mencionado anteriormente, no estaba muy emocionado por ver a Sodom. De hecho la razón principal de mi viaje a Sao Paulo era ver a Nuclear Assault para después volver a Chile y sacarle pica a mis amigos. Jajajajaja. (Broma). Cumplida la misión, Sodom era para mí un mero trámite. Al final me quedó gustando mucho más la presentación de la banda germana. ¡¡¡Es que estuvo excelente!!!

Sodom se presentaba con el siempre presente Tom Angelripper (también conocido como Tom Such) en voz y bajo, Bernemann, así a secas, en guitarra y Bobby Schottkowski en batería. Esta formación es la misma que viene mostrando la banda desde el disco de 1997, Till Death do us Unite.

Al igual que Nuclear, Sodom mostró lo más clásico de su repertorio, aunque, como no, faltaron canciones que creo jamás podré ver en vivo, como "Nuclear Winter", "Persecution Mania", "Christ Passion" o "Agent Orange". Pero bueno, como dice mi abuelita: "Dios no quiso". Puede ser, porque parece que a Dios no le gusta el metal.

Sodom comenzó su descarga atronadora y despiadada con "Among the Wicked Cong" del disco M-16 para luego pasar derechamente a lo clásico, exhumando viejos cadáveres musicales, como "Outbreak of Evil", clásica canción del EP que comenzó la malévola carrera ascendente de Sodom por allá en el 84, el grandioso In the Sign of Evil. Suena como el forro, pero para los que lo escuchamos en su época, un clásico.

De ahí vinieron, entre otras, las canciones "The Saw is the Law", "Napalm in the Morning"; también del M-16, "Blasphemer", "Sodomy and Lust", "Sodomized", "Remember the Fallen", "Eat Me", "Witching Metal", "Augebombt" y "Bombenhagel". Esta última, única canción que se escuchó del disco Persecution Mania. Por supuesto que no podía faltar el clásico de Mötorhead, "Ace of Spades". Como gran cosa, se presentó un tema nuevo, "Nothing to Regret". Nada de especial.

Y aunque ese corte no fue memorable, hay que decir que el sonido en toda la presentación fue espectacular, sonando mucho mejor que la vez que Sodom tocó en Chile hace ya varios años atrás. Además, el show de Sao Paulo tuvo una puesta en escena mucho más violenta que la recordada en Chile. Por fin pude ver al Sodom que siempre tuve en la retina. Bueno, Tom Angelripper ya no sale al escenario con las pintas de antaño, pero la música sigue siendo tan destructiva como siempre y eso se agradece.

Hay que destacar el momento en que subió al escenario Frank Blackfire (también conocido como Frank Gosdzik) para las canciones "Remember the Fallen" y "Sodomy And Lust". Blackfire es considerado por muchos (me incluyo) no sólo como el mejor guitarrista que ha tenido Sodom, sino que también Kreator. Recuerden que allí fue a militar para "Coma of Souls". ¿Y qué andaba haciendo por esos lares? Indagando, supe de buena fuente que Frank se había ido a vivir a Sao Paulo luego de emigrar de Kreator y que se dedicaba a enseñar guitarra e inglés y alemán. Vive allí con su esposa. Por tanto, digamos que Frank jugaba de local y no tuvo problemas para acompañar en un par de temas a sus viejos compañeros.

Otro momento memorable fue cuando Dan Lilker subió al escenario para interpretar "Blasphemer". Eso estuvo muy entretenido.

A diferencia de Nuclear, Sodom sí hizo un bis, pero de todas maneras la presentación no fue muy larga. Y bueno, supongo que muchos como yo quedaron con las ganas de escuchar alguna canción favorita. ¿Qué pasó con "Incest"? ¡Vaya los nombres de las canciones! Pero bueno, igual estuvo buena la presentación. Buen sonido, buena onda, excelente interpretación de las canciones... y la siempre brutal sonoridad machacante, horrísona para el mainstream, de una banda que ha mantenido su estilo por más de veinte años.

Y eso fue el show. Si tuviera que ponerle una nota global del 1 al 7, le pondría un 5,5.

Tercera Parte: Lo extrarecitalero

Muchos de ustedes se estarán preguntando variadas cosas con respecto a la escena brasilera. Casi todo el mundo sabe que allá en Brasil hay una escena metalera muy saludable y que hay montones de bandas. Así es. Es por eso que me llamó la atención que no se desbordara el recinto Direct TV Music Hall. Allí cabían 2.500 almas del demonio. Ya les dije que llegaron como 1.500. De hecho la galería estaba prácticamente desocupada. Por suerte, los 1.500 asistentes, o almas del demonio, metían bastante bulla y se hacían notar, y eso le dio al espectáculo mayor realce.

Antes de entrar al recinto, poco a poco se fue armando toda una onda en las afueras. De repente llegaron dos vans de dos respectivas radios de rock. Y ambas con buena música, llenando así el ambiente con melodías ad-hoc. Los transeúntes ajenos a la celebración pasaban y seguían su camino. Cada uno en su onda. Pero lo que más llamó mi atención fue ver a unos carritos ambulantes que ofrecían amplia gama de licores, desde una simple cerveza hasta una rica caipiriña o un whisky. Allá se puede tomar en la calle lo que sea. Nada de andar escondiendo las chelas de los pacos. Me resultó muy raro no ver a la fuerza policial por ninguna parte. De repente llegaron, pero sólo para resguardar el orden, no para pesquisar. En el ambiente se sentía un espíritu más liberal, menos cohibido. Todo el mundo pasándola bien y nadie molestando a nadie.

Algunos compadres y algunas minas andaban con unas pintas que hacía remembrar la gloriosa era del thrash, con blue jeans rajados, las clásicas zapatillas blancas, la chaqueta de mezclilla llena de parches, y la clásica polera de Metallica o Slayer. Eso no lo veía hace rato. Yo me decía para mis adentros: "Estos compadres sí que se la creen".

Por esas cosas del destino andaba también en Brasil, Chris Dudeck, también conocido como "Witchhunter", el mismísimo baterista miembro fundador junto con Tom, de Sodom. Fue al show para ver a sus viejos colegas. Muy buena onda el compadre.

Y quién vacila más el metal o se vuelve más loco en los shows en vivo, ¿los brasileros o los chilenos? Yo no noté ninguna diferencia con respecto a la escena local, al menos en este punto. Harto mosh, una que otra pelea aislada, pero sin gran violencia, uno que otro compadre que bebió demasiado antes de entrar. O sea, igual que acá.

Hay mucho más que contar, pero por razones obvias no puedo contarles todos los detalles de este memorable evento. Espero al menos haberles dado una reseña útil de cómo fue lo que Chile se perdió. En una de esas, algún día Nuclear Assault visita Chile, ¡claro, de turistas!

Y eso sería. Espero hayan disfrutado del amplio reportaje. Que más puedo decir. Este será para mí uno de esos recitales que no se olvidarán nunca, como Kreator 92, Slayer 98 o Morbid 2004... y tantos otros.

Thanx to:

Edu, de Tumba Records por la entrada de invitación, a Karina de Century Media Brasil por datos de hoteles y de buenas playas cercanas a Sao Paulo, a Felipe Bode y André que me ayudaron a llegar al lugar del evento y me explicaron hartas cosas de la escena local, a Gustavo Reis (baterista de Funeratus) por la revista Lucifer Rising y el descuento en los compacts, a Priscilla Jarra de Mutilation Records, a Ana María Borqe por hacerme súper buena compañía arriba del avión en el viaje de ida. Suerte en Noruega. Y finalmente a Cátia Dillenburg (estaba buena la caipiriña en la playa) simplemente por ser rica. Gracias a todos por ser buena onda.