Miércoles 12 de abril de 2006
La Batuta.
Si revisan el resto de recitales que comento en este blog apropiadamente llamado "Recitales en Chile" se darán cuenta de tres cosas: 1. Que al menos un recital no fue en Chile, 2. Que la gama de recitales es bien variado y que no todos son de bandas metaleras (considérenme ecléctico) y 3. Que no hay comentarios sobre recitales exclusivamente de bandas chilenas. Con respecto al punto 3 eso ha de cambiar hoy, con la recensión de las presentaciones ofrecidas anoche de dos bandas que están dando que hablar dentro del Doom tanto nacional como foráneo, en especial Mar de Grises. Y si antes no había comentado sobre bandas locales era básicamente porque no me había decidido hacerlo, porque simplemente no se me había ocurrido y por la dificultad inherente imbuida en el proceso de calificar trabajos de compatriotas y de gente que uno incluso conoce y con la cual se ha compartido en momentos de distensión, llámese carrete. Pretenderé, como es mi meta última, ser absolutamente objetivo dentro de la obvia subjetividad de la apreciación músical. Vamos al asunto.
Anoche entré a La Batuta momentos después de que Bitterdusk comenzara su presentación a eso de las once de la noche. No había visto a esta banda antes, ni siquiera cuando telonearon a Moonspell. Me perdí eso. En fin. Lo primero que me llamó la atención, aparte del enrejado que circunda el escenario, me imagino, para resguardo de los equipos, fue el excelente sonido. Definitivamente La Batuta la lleva en este aspecto, haciendo que prácticamente sea inadmisible sonar mal para cualquier banda. Lo segundo fue que a pesar de ser concocidos por tocar "Doom" o "Gothic Metal", yo encontré que la banda tenía una onda inspirada igualmente de actos más rockeros y stoner, onda Queens of the Stone Age, por supuesto matizado con el feeling doom. Porque Bitterdusk no es para nada tan deprimente o maliciosamente oscura como otras agrupaciones. Claro, las partes lentas son dolidas y sentidas, pero cuando la banda rockea, rockea de verdad, generándose en esta ambivalencia uno de los mayores atractivos del grupo. Al verlos y escucharlos ciertamente se me venían a la mente clásicos nombres como Paradise Lost, Anathema, Katatonia y My Dying Bride, cado uno aportanto la influencia correspondiente, pero la mezcla de temas cantados tanto en español como inglés le da un sello distintivo, al igual que la voz de su vocalista, atípica dentro del doom. Buen show, buen sonido y en la hora que la banda tocó dejó una buena impresión en todos los "doomers" congregados.
Había mucha expectación por ver a Mar de Grises. Después del exitoso tour europeo que les permitió hacerse conocidos en tierras tan lejanas, la excelente respuesta del underground mundial por el debut editado por Firebox Records, The Tatterdemalion Express, y la salida del vocalista y tecladista original Marcelo Rodriguez, era natural que la hubiera, en especial en relación a lo último. Y anoche la banda aprovechó para presentar a los nuevos integrantes tanto en voces como teclados.
Lo que más me llamó la atención fue la voz más brutal y desgarrada del nuevo vocalista. Indudablemente con un estilo más pesado que su antecesor, lo que hacía que las canciones cobraran mayor peso, o al menos sonaran distintas, más death metal. Y en la canción nueva "Summon Me" se notó claramente un mayor protagonismo vocal. Recordemos que Mar de Grises es incuestionablemente instrumental en muchos pasajes, siendo las voces un elemento importante, pero que puede estar ausente por varios minutos mientras la banda recrea sus desolados parajes sónicos atmosféricos y ambientales; uno de sus sellos distintivos. En todo caso, anoche el nuevo vocalista no escatimó esfuerzos por demostrar que su inclusión ha sido, desde luego, acertada. En relación al nuevo tecladista, me pareció que cumplió con creces con su tarea, para nada menor, porque esta banda depende bastante de los teclados para generar toda esa onda mística y desolada tan propia del Doom.
Otra cosa interesante fue el juego multimedia, ahí con el fondo recreando visiones ad-hoc a la música. Esto, junto con el buen sonido y la buena acústica, hacían que en los momentos más ambientales uno realmente entrara como a volarse con el asunto. Pensaba en Shape of Despair como influencia obvia, y Anathema se me venía a la mente en las partes más aguerridas, pero del Anathema época The Silent Enigma. Pero lo que sí encontré realmente innovador, al menos en Doom, fue la inclusión de cacofonías en la canción "To See Saturn Fall", al más frenético estilo del músico clásico Karl Heinz Stockhausen, aunque Stockhausen no usaba guitarras.
Aparte de los temas ya mencionados, no faltaron "Storm", "Recklessness", "El Otro" y "For An Eternity", completando así la presentación de escasos seis temas, lo que no dice nada con respecto a la duración del recital, porque Mar de Grises no es una banda para gente impaciente acostumbrada a las canciones de menos de cuatro minutos. Y esto es lo más interesante de esta banda, la capacidad única que tiene de poder extenderse hasta por diez minutos sin aburrir a su público. Destacable.
La Batuta.
Si revisan el resto de recitales que comento en este blog apropiadamente llamado "Recitales en Chile" se darán cuenta de tres cosas: 1. Que al menos un recital no fue en Chile, 2. Que la gama de recitales es bien variado y que no todos son de bandas metaleras (considérenme ecléctico) y 3. Que no hay comentarios sobre recitales exclusivamente de bandas chilenas. Con respecto al punto 3 eso ha de cambiar hoy, con la recensión de las presentaciones ofrecidas anoche de dos bandas que están dando que hablar dentro del Doom tanto nacional como foráneo, en especial Mar de Grises. Y si antes no había comentado sobre bandas locales era básicamente porque no me había decidido hacerlo, porque simplemente no se me había ocurrido y por la dificultad inherente imbuida en el proceso de calificar trabajos de compatriotas y de gente que uno incluso conoce y con la cual se ha compartido en momentos de distensión, llámese carrete. Pretenderé, como es mi meta última, ser absolutamente objetivo dentro de la obvia subjetividad de la apreciación músical. Vamos al asunto.
Anoche entré a La Batuta momentos después de que Bitterdusk comenzara su presentación a eso de las once de la noche. No había visto a esta banda antes, ni siquiera cuando telonearon a Moonspell. Me perdí eso. En fin. Lo primero que me llamó la atención, aparte del enrejado que circunda el escenario, me imagino, para resguardo de los equipos, fue el excelente sonido. Definitivamente La Batuta la lleva en este aspecto, haciendo que prácticamente sea inadmisible sonar mal para cualquier banda. Lo segundo fue que a pesar de ser concocidos por tocar "Doom" o "Gothic Metal", yo encontré que la banda tenía una onda inspirada igualmente de actos más rockeros y stoner, onda Queens of the Stone Age, por supuesto matizado con el feeling doom. Porque Bitterdusk no es para nada tan deprimente o maliciosamente oscura como otras agrupaciones. Claro, las partes lentas son dolidas y sentidas, pero cuando la banda rockea, rockea de verdad, generándose en esta ambivalencia uno de los mayores atractivos del grupo. Al verlos y escucharlos ciertamente se me venían a la mente clásicos nombres como Paradise Lost, Anathema, Katatonia y My Dying Bride, cado uno aportanto la influencia correspondiente, pero la mezcla de temas cantados tanto en español como inglés le da un sello distintivo, al igual que la voz de su vocalista, atípica dentro del doom. Buen show, buen sonido y en la hora que la banda tocó dejó una buena impresión en todos los "doomers" congregados.
Había mucha expectación por ver a Mar de Grises. Después del exitoso tour europeo que les permitió hacerse conocidos en tierras tan lejanas, la excelente respuesta del underground mundial por el debut editado por Firebox Records, The Tatterdemalion Express, y la salida del vocalista y tecladista original Marcelo Rodriguez, era natural que la hubiera, en especial en relación a lo último. Y anoche la banda aprovechó para presentar a los nuevos integrantes tanto en voces como teclados.
Lo que más me llamó la atención fue la voz más brutal y desgarrada del nuevo vocalista. Indudablemente con un estilo más pesado que su antecesor, lo que hacía que las canciones cobraran mayor peso, o al menos sonaran distintas, más death metal. Y en la canción nueva "Summon Me" se notó claramente un mayor protagonismo vocal. Recordemos que Mar de Grises es incuestionablemente instrumental en muchos pasajes, siendo las voces un elemento importante, pero que puede estar ausente por varios minutos mientras la banda recrea sus desolados parajes sónicos atmosféricos y ambientales; uno de sus sellos distintivos. En todo caso, anoche el nuevo vocalista no escatimó esfuerzos por demostrar que su inclusión ha sido, desde luego, acertada. En relación al nuevo tecladista, me pareció que cumplió con creces con su tarea, para nada menor, porque esta banda depende bastante de los teclados para generar toda esa onda mística y desolada tan propia del Doom.
Otra cosa interesante fue el juego multimedia, ahí con el fondo recreando visiones ad-hoc a la música. Esto, junto con el buen sonido y la buena acústica, hacían que en los momentos más ambientales uno realmente entrara como a volarse con el asunto. Pensaba en Shape of Despair como influencia obvia, y Anathema se me venía a la mente en las partes más aguerridas, pero del Anathema época The Silent Enigma. Pero lo que sí encontré realmente innovador, al menos en Doom, fue la inclusión de cacofonías en la canción "To See Saturn Fall", al más frenético estilo del músico clásico Karl Heinz Stockhausen, aunque Stockhausen no usaba guitarras.
Aparte de los temas ya mencionados, no faltaron "Storm", "Recklessness", "El Otro" y "For An Eternity", completando así la presentación de escasos seis temas, lo que no dice nada con respecto a la duración del recital, porque Mar de Grises no es una banda para gente impaciente acostumbrada a las canciones de menos de cuatro minutos. Y esto es lo más interesante de esta banda, la capacidad única que tiene de poder extenderse hasta por diez minutos sin aburrir a su público. Destacable.