viernes, octubre 27, 2006

Magnanimus en la Batuta

Review en www.grindermagazine.cl "Reviews Live"

miércoles, octubre 11, 2006

Anathema en Chile









Anathema
Martes 10 de Octubre de 2006
20:00 horas. Teatro Caupolicán
Cie
Si hay una banda que hace rato debió haber pasado por Chile esa banda es Anathema. Por fin tocó tierra chilena presentándose justo el mismo día que Robbie Williams ofrecía su súper hyper mega publicitado recital en el Estadio Nacional. Yo estaba chato con Robbie. Por todos lados lo asaltaban a uno con el famoso recital; desde los diarios, la radio e incluso la tele en sus estúpidos programas mañaneros. ¿Y Anathema? ¿Quién habla o escribe de Anathema? Nadie, excepto nosotros. Ni ahí con Robbie, y al igual que yo, seguramente cada una de las cerca de tres mil personas que repletaron el Caupolicán el día martes tampoco estaban ni ahí con Robbie. Por fin veríamos a Anathema, y vaya que había expectativas. Porque se trataba de la primera vez, y eso siempre le da un sabor especial a los recitales. ¿Quién hubiera pensado que los ingleses tocarían dos horas? Más encima con un sonido perfecto, cristalino, y sin ninguna falla. ¿Y quién hubiera pensado que incluso tocarían “A Dying Wish”?, esa excelente canción de The Silent Enigma y que se perfila como una de las mejores canciones en toda la discografía de la banda. Y fue casi al final. Yo quedé anonadado. Esperaba esa canción fervorosamente, más que ninguna otra, y sé que muchos otros también pensaban igual. Anathema dio en el gusto. Eso sí que Vincent Cavanagh cantó el famoso corte con la voz actual, extrañándose la voz más gutural de sus comienzos. ¡Pero qué importaba aquello! No faltó el tema y eso es lo importante. Más de alguno hubiese querido escuchar algo de Serenades, el primer disco, pero la banda al parecer no retrocede tanto. Como era de esperar el repertorio se enfocó mucho más en el disco Alternative 4 en adelante, aunque de Eternity quedamos todos alucinados con “Eternity Part III”, “Angelica” y “Hope”. Pero fueron cortes como “Shroud of False”, que partió la noche a eso de las 9:30 P.M., (casi una hora después de que los nacionales Bitterdusk hicieran su presentación), “Fragile Dreams” y “Lost Control”, de Alternative 4, que cautivaron más, en especial al público femenino, que no era escaso. “One Last Goodbye”, del disco Judgement, también hizo lo suyo.


En general el show no decayó en ningún momento, estando los presentes muy atentos a todo lo que estaba pasando arriba del escenario, sin importar si la canción era lenta, más rápida, o una mezcla de las dos cosas. “Panic”, de las rápidas, llegaría casi al final. Se prenden las luces y la banda interpreta un cover de una de las canciones más famosas de Pink Floyd. Entiendo lo de “Hope”, que es un cover de Roy Harper y David Gilmour, pero un tema de The Wall es otra cosa. Eso fue algo que no me esperaba, e incluso pienso que fue absolutamente innecesario. Es obvio que Anathema tiene mucha influencia de esa banda, pero a esta altura… no sé. Olvidándonos de lo último no creo que haya que hacer reparo alguno con respecto al show. Sí, la entrada estaba súper cara, pero aparte de eso, no hay nada que amerite mayor análisis. La presentación estuvo simplemente espectacular y valió la pena.




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lunes, octubre 09, 2006

Devil Driver en Chile















Domingo 8 de Octubre de 2006
Teatro Novedades
ExtraTours

Yo no había escuchado hablar de Devil Driver ni por si acaso hasta hace como una semana atrás. Por nombre me daban la impresión que se trataba de una banda heavy metal stoner media glam onda Jack Daniels, Harley Davidson, un montón de hierba y girls, girls, girls. Nada que ver. Esta banda, liderada por el ex vocalista de Coal Chamber Dez Fafara toca un estilo que a grandes rasgos podría ser catalogado como “Nü/Agro/Death Metal”. Pero en realidad da lo mismo como diablos cataloguemos a esta banda porque lo único importante es que son la cagada. Sé que a muchos sorprenderá saberlo, ya que Coal Chamber no es un nombre que esté en paz con las legiones metaleras que no toleran todo el movimiento agro, y muchos no querrán saber de nada que esté haciendo un ex miembro de esa banda, pero Devil Driver tiene dos discos que suenan más metal que la cresta y en vivo se puede apreciar muy bien que agro o no, Devil Driver machaca sin piedad y no tiene problemas con apretar su acelerador dando a algunos temas un feeling mucho más cercano al thrash y al death metal que al agro tantas veces mirado en menos. ¡Si incluso hay pinceladas black metal! Coal Chamber fue una cosa, Devil Driver es otra, siendo estos últimos mucho más agresivos que los primeros. Y esta mezcla de estilos resulta muy interesante ya que hace que la música pueda llegar a un amplio espectro de fanáticos, espectro que no se vio en la presentación en Chile, donde el público era mayoritariamente no superior a los quince años. Pero quizás con el paso del tiempo los demás se pondrán al día dándole a esta banda una más que merecida oportunidad.

Llegando apenas cinco minutos antes de que DD subiera al escenario, y habiéndome perdido todas las bandas locales que ya habían tocado, estaba con muchas ganas de ver estos tipos después de haber pasado por mis oídos los dos discos que tienen. ¿Serán tan buenos en vivo como en estudio? me preguntaba. Luego de ver el show tuve que responderme que definitivamente lo son, y que además tienen un nivel de energía arriba del escenario que resulta sorprendente. Yo no conocía mucho los temas, esa es la verdad, pero logré descifrar “I Could Care Less” y “Swing of the Dead”, del primer disco homónimo y aquél que logré asimilar mejor en el poco tiempo que tuve para cachar a la banda. Pero sin importar lo último me quedó más que claro que DD tiene todo lo que se necesita para hacer un show con clase. El único pero tendría que referirse al sonido, el que encontré excesivamente alto y agudo. Y aunque el show fue corto y más de alguno pudo haber quedado con gusto a poco con la hora clavada que tocó la banda, pienso que estuvo bien para tratarse de una banda bastante nueva y con sólo dos álbumes.

Con respecto a la respuesta del público, esta fue muy intensa, aunque controlada, con todo el mundo saltando como loco, algunos incluso dando demostraciones de patadas onda karateca mezclado con Capoeira. Una cosa muy rara, al menos para mí, ya que nunca antes había visto ese tipo de respuesta en el público. Yo cachaba los mosh, el headbanging y los stage diving, pero no los saltos con patadas. Como ven, todos los días se aprende algo nuevo.

Finalmente, les comento, que si vienen estos tipos de nuevo pretendo ir nuevamente porque en verdad que me sorprendieron de buena manera.


Dark Funeral en Chile


Dark Funeral
7 de Octubre 2006
Teatro Novedades
Cuando Masse Broberg, conocido también como Emperor Magus Caligula, interrumpió su diatriba satánica contra todo lo santo para decirle al público chileno que llevaba al país en el corazón mientras se acercaba una bandera chilena a su pecho, no es que cumpliera con un gesto de protocolo. Porque el malulo de Caligula tiene (o tuvo) esposa chilena en Suecia con la que tiene dos hijos. “Para mí estar en Chile es como estar en casa” nos contaría luego en backstage. Ciertamente. El próximo comercial de Cristal podría incluir la línea: “Y la mina del compadre de Dark Funeral… chilena po!!!”. Esa es la anécdota de una presentación que tuvo de todo, hasta combos. No sé si todos se dieron cuenta, pero al lado derecho de la cancha se produjo la tremenda gresca entre dos compadres que terminó con uno de ellos con la cara toda ensangrentada. Todo al son de la música infernal de Dark Funeral. Pero en realidad este fue un hecho aislado y lo suficientemente pequeño como para no empañar la chacal presentación de los suecos. Sonando mejor que la primera vez que tocaron en Chile en el Teatro Providencia, hace como tres años atrás, y sin problemas de sonido ni de fallas de instrumentos, la banda desencadenó en algo como una hora y cuarto parte de su arsenal más mortífero, empezando con el primer corte del último disco Attera Totus Sanctus. “King Antichrist” irrumpe en escena y de ahí para adelante una tras otra las canciones se sucedieron en un torbellino de brutalidad sónica que no paró en ningún momento, excepto, claro, para dar cabida a algunas palabras de agradecimiento y loa de parte de Caligula para con sus fans, fans que no pararon de vacilar cada una de las canciones, esas canciones que para los no entendidos podrían sonar todas iguales. Y aunque hay que saberse bastante bien los álbumes de DF para notar las sutiles diferencias entre tema y tema, Caligula nos daba una manito y anunciaba algunas canciones, como “The Secrets of the Black Arts”, “Vobiscum Satanas”, “The Arrival of Satan´s Empire”, “Hail Murder” y la magistral “Open the Gates”. Y por cada canción la respuesta del público no se hacía esperar, generándose no el típico mosh y headbanging, sino más bien algo así como una suerte de electricidad que tenía a todo el mundo un su lugar pero como electrocutándose. Es que la música de DF es tan rápida que casi no se puede seguir. Yo me imaginaba que cables con 10.000 voltios partían del escenario y la marea negra de la cancha reaccionaba con febril ímpetu. Intenso, sin lugar a dudas, y esperable. ¡Porque se trata de Dark Funeral! O sea, ¿qué esperaban? Y allí estaban, con sus caras pintadas y con esos trajes que los hacen ver como salidos de Mad Max o The Road Warrior. Si no cachan esas películas, véanlas. Y lo que más me impresionó a mí fue la voz de Caligula, que no sé cómo no se rompe las cuerdas vocales. Uno tras otro sus gritos AAAAAAAARRRRRRGGGGGHHHHHHHHH sonaban como si los estuviera emitiendo con la intención de grabarlos en estudio. Y algo de cierto puede haber en eso ya que según supimos la banda grabaría algunos temas para un nuevo DVD. Con o sin ese incentivo, Caligula, y por supuesto que el resto de la banda también, dieron un show de gran calidad y con profesionalismo a la altura de su popularidad. En realidad no hay nada que decir que vaya en la línea de una crítica, de un fastidioso “pero”, cosa que tampoco es la idea, ya que el show estuvo contundente. Algunos fans seguramente hubieran querido escuchar más canciones, que la banda estuviera sus dos horas arriba del escenario, pero el tipo de música de DF se aprecia y disfruta más en dosis pequeñas. Como un buen whisky, la botella completa te podría matar. Nadie murió anoche, pero de todas maneras el show estuvo simplemente asesino.
Review disponible también en:
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