miércoles, septiembre 26, 2007

Party San 2007 - Bad Berka, Alemania


Belphegor

Party-San 2007 - 9-11 Agosto

Intro

El Festival Party-San se hace en un pueblo llamado Bad-Berka que queda relativamente cerca de la ciudad de Frankfurt desde el Oeste y Leipzig desde el Este. Es mucho más pequeño que el Wacken, con menos bandas, un solo escenario principal, menos concurrencia (se estima en 10.000), pero claramente más especializado. En Party-San todo es chacalidad. Aquí no hay bandas de neo classical heavy metal. Aquí la tendencia es hacia el death metal brutal, el black metal y el grindcore. Otra diferencia con el Wacken es que aquí no hay que decidir entre dos bandas para ver ya que las que se presentan lo hacen una tras otra en el mismo escenario.

Más Belphegor

Mi llegada al Party-San fue de fábula. Me bajo del tren en el pueblucho de Bad Berka (y digo pueblucho sólo para dar a entender su pequeñez, ya que por otro lado, todo el lugar es bonito y con casas grandes, algo así como de huasos con plata) junto a la compañía de tres metaleros más con los que había conversado arriba del vagón y no caminamos más de cinco minutos cuando comienza a llover a cántaros, y con truenos y relámpagos y rayos que se dibujan en el horizonte negro y amenazante. Caminando bajo la lluvia vamos terminando la botella de vino que ofreció un compadre re buena onda que era de Polonia. El camino hacia el Party San es solitario, se encuentra en la mitad de la nada entre medio de campos poco frondosos que se extienden hacia ambos lados. Al fondo se ven algunos cerros, con mucha vegetación. Caminamos hacia la boca del lobo. Y sigue lloviendo y podemos ver como los rayos alumbran la tarde que se hace noche. Es, sin lugar a dudas, un buen preámbulo. ¡Qué mejor manera de llegar al chacal Party-San en medio de una tormenta eléctrica! Yo me resigno con la lluvia y sólo espero no mojar la cámara digital. Todavía hay que llegar al festival y armar la carpa. Se escucha música al fondo. Vamos algo atrasados.
Más Belphegor aún

La caminata dura unos treinta minutos. Al llegar deja de llover. Me separo de mis acompañantes y me dirijo al campamento de prensa. Mis amigos entran por la entrada principal que los saluda con un lienzo que dice “Welcome to Hell”. Recuerdo el lienzo que saludaba a los metaleros en el Wacken y que decía “Welcome Metalheads”. Aquí es “Welcome to Hell”.

Luego de armar la carpa tomo un descanso de cinco minutos y parto a ver las bandas. ¡Para eso he venido! Supuestamente César y Priscila, los dos chilenos con quienes también había ido al Wacken, andan por ahí.
Gorditas alemanas y metaleras

Al entrar finalmente a la cancha del Party-San se está en un break. Acaba de terminar de tocar Pentacle. Anteriormente había tocado Disaster. Me los he perdido. Por suerte en pocos momentos ha de venir Dying Fetus a dejar la cagada.

Al igual que el Wacken el primer día de presentaciones, que es el jueves, se empieza tarde. En el Wacken había comenzado a las cinco de la tarde y aquí en el Party-San se hizo a las ocho. Van a ser las diez de la noche y Dying Fetus comienza a tocar. Yo todavía no entro en onda, considerando además que no sabía dónde estaban mis socios César y Priscila. Al poco rato me encontraría con ellos pero mientras tanto me acompaño con una rica chela, algo más barata que la del Wacken.

El malulo de Peter de Vader

Toca Dying Fetus mientras comienza a llover de nuevo, esta vez, no con tanta fuerza, pero con la suficiente como para desanimar a la mayoría que se refugia al fondo, en la carpa fiestera, allí donde en la noche, después de las presentaciones en vivo, funciona la disco metalera. La lluvia caga la onda. Ya no es divertido. El suelo se embarra, pero a diferencia del terreno donde se emplaza el Wacken, aquí el barro no es profundo, lo que es un alivio. Eso no quita que moje las zapatillas y se embarren completamente. Y sigue tocando Dying Fetus, mis pantalones están húmedos y mis zapatillas pa la cagada. Filo, mala cueva, al diablo. Por suerte es verano y no hace frío. Me digo que al otro día al pasar la tormenta saldrá el sol y me secaré. ¡Que ingenuidad! Resulta que nos llovió los tres días. A ratos no llovía, pero las nubes siempre estuvieron sobre nuestras cabezas. La ironía del asunto es que el día domingo en la madrugada, cuando había concluido todo, aparece un sol brillante que pareciera reírse de nosotros.

Más Vader

Termina Dying Fetus, que logró entusiasmar a los pocos que vieron a la banda bajo la lluvia y ahora es el turno de Secrets of the Moon, que ya había visto en Wacken. Como en la primera vez, logran convencerme con su black metal melódico y para nada difícil de digerir. El público todavía no responde como habría de pensarse que lo haría. Se ve poca gente, ya que seguramente muchos siguen carreteando en las carpas, y no resulta complicado acercarse hasta las primeras filas. Es lo que hago en un momento en que apenas caen gotas.

Immolation... de culto

Termina Secrets of the Moon y ahora es el turno de Merciless, los legendarios y de culto Merciless que han de concluir las presentaciones por el día. Y al igual que en Wacken, el hueveo sigue toda la noche en la carpa disco.

Kreator in action!!!

Merciless es la primera banda de las que alcancé a ver ese día que logró entusiasmar de veras al público, aunque este entusiasmo no fue tan gráfico o evidente como en el Wacken. En el Party-San los fans son más fríos, y aunque se pueden ver algunos mosh, nunca queda la cagada. No pasó con Merciless ni con ninguna otra banda. La mayoría de los fans simplemente mira el show, sin moverse, y bastante estáticos. Puede ser que la lluvia haya aguado los ánimos. Sea como fuere, el Party-San es más tranquilo que el Wacken a pesar de que la música del primero es mucho más chacal.

El tío Mille, de Kreator, Ídolo.

De nuevo el tío Mille.

Segundo día

Despierto a eso de las nueve de la mañana, abro mis ojos a un nuevo día, esperando ver el sol, pero al abrir el cierre de la carpa me percato que están cayendo pequeñas gotas y una niebla se extiende para todos lados. Mala cueva. Y hoy toca un día pesado. Las bandas a ver son Lay Down Rotten, Korades, Cliteater, Red Harvest, Equilibrium, Belphegor, Vader, Bewitched, Die Apokalyptischen Reiter, Immolation y Kreator. O sea, un cartel como para quedar tirado.


Haemorrhage, banda española Grindcore... ¡De pelos! como diría Bart

Para no hacer de este reportaje algo eterno les comentaré sobre algunas bandas, las que más me impresionaron. Empezando por Cliteater. ¡No creo que sea necesario explicar que diablos significa eso! Bueno, esta banda de Holanda se especializa en un death metal más tirado para el grindcore, con canciones de corta duración, de escasa técnica, pero chacales a más no poder. Destaca en la banda su guitarrista mujer. Este grupo me pareció muy entretenido para ver en vivo, ya que su show es muy potente. Recomendables.

Equilibrium, a quienes yo esperaba ver caminando en la cuerda floja mientras hacían malabarismo no me dijo gran cosa y ni siquiera puedo recordar muy bien qué onda eran. De hecho para cuando estaban tocando yo y los otros dos chilenos fuimos backstage a ver si pillábamos a alguna estrella del metal. Logramos sacarnos fotos con un compadre de Immolation, Ventor de Kreator, y con el mismísimo Mille Petrozza, entre otros. Aprovechamos también de recargar el estanque chelero.

Esto si es que es estar embarrado. ¡Maestro! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un ejemplo a seguir!!!!!!!!!

De ahí nos fuimos a ver a Belphegor, que nuevamente volvieron a sorprenderme con un show sólido. No son la mejor banda del universo, pero sus dos presentaciones, tanto en Wacken como Party-San dejan un grato recuerdo. Al igual que el día anterior el público observa silencioso, y sólo se ven un par de mosh, y nada más. No lo había dicho anteriormente, pero el sonido es excelente. Esto no es algo en lo que haya que ahondar apenas. Un sonido excelente es algo aquí que se da por sentado.


Una familia metalera. ¿Y si después al cabro chico le gusta el rap?

Empieza a caer la noche y es el turno de Vader. Yo ya había tenido la oportunidad de ver dos veces antes a Vader en Chile, por tanto no me siento muy entusiasmado con su presentación, aunque de todas maneras los veo y disfruto con su potente show.

Luego es el turno de Bewitched, los clásicos Bewitched. Algo de rock and roll malévolo para animar la noche, pero yo realmente quiero ver a Immolation. Nos saltamos Die Apokalyptischen Reiter, que es una banda alemana que está dejando la cagada actualmente. Su estilo es bien particular y difícil de catalogar. Su vocalista tiene un timbre que recuerda al tío Tom de Sodom, la música recuerda a momentos también a Rammstein y hay algo de la velocidad de Slayer en algunas canciones. Y está todo mezclado. Son, desde luego, una banda interesante y que no estaría mal que chequearan si es que no la conocen. Creo que no vimos a este grupo porque estábamos carreteando con el socio Carlos “Paja” Aguilar, nuestro amigo chileno conocido por sus tatuajes, quien nos invitó un trago muy bueno que se llama Jägermeister, con 35 grados de alcohol y con un sabor que a buenas y primeras recuerda un jarabe para la tos. ¡Yo me traje unas muestras a Chile! No lo había comentado anteriormente, pero sí nos encontramos con un chileno, precisamente con Carlos, que además de invitar el Jägermeister se rajó con varias chelas. Desde aquí, gracias compadre.

Melechesh

Y es este nuestro día de carrete, aunque de todas maneras estamos atentos a Immolation, a quienes yo tengo ganas de ver más que nada por el estatus de culto que goza la banda ya que nunca me he involucrado con su música mayormente.

Finalmente es hora de Kreator. Como de costumbre, no faltan los imperdibles clásicos. “Pleasure to Kill”, “Extreme Aggression” y “Flag of Hate” concitan la mejor respuesta del público hasta el momento. Y aunque la presentación de Kreator no resulta para nada sorpresiva o novedosa, logra ser acreditada como de lo mejor del día.

El lienzo deja en claro que se trata de Melechesh.

Tercer y Último día

Las bandas para el día de hoy son Interment, Leng Tch´e (vaya a saber que cresta significa eso), Black Dahlia Murder, Haemorrhage, Melechesh, Primordial, Grave, Korpiklaani, Asphyx, Gorgoroth, Malevolent Creation y F.U.C.K. Al final se caería esta última banda del cartel debido a la imposibilidad de los tipos en llegar al festival.

Al igual que ayer el día está horrible, y aunque no llueve torrencialmente, caen gotas y hay barro por todas partes. Al salir de sector de prensa en dirección al baño, maquinaria pesada trata de despejar las vías de acceso. Un cuarto para las dos y ya estoy parado dentro del recinto para ver a Interment, a quienes apenas cachaba. Ellos tocan un death metal old school. Luego vería a Leng Tch´e, banda potente y agresiva con algunos toques hardcore. Primera vez que oigo siquiera hablar de ellos.

¡Asphyx!

Black Dahlia Murder continúa destruyendo tímpanos, repitiéndose el plato ya que también había estado en Wacken. Comienza a llover nuevamente, y con fuerza, pero la banda sigue tocando como si no hubiera mañana con su vocalista tratando de animar a los fans, a los pocos valientes, algunos con paraguas, que están en las primeras filas. La banda recibe aplausos y a mí me dejan satisfecho. Esta es una buena banda, divertida, con garra y con un arsenal de temas chacales que no dejan indiferente a nadie. Súmese a eso un buen nivel técnico y lo que tenemos es una banda de calidad. Notable que los tipos sean de Estados Unidos puesto que su música está inspirada en el sonido europeo, especialmente el que proviene de Suecia.

Asphyx and the fuckin´ flame from hell!!!!

Sigue la diversión con los españoles Haemorrhage. A estos cabros no los había visto ni en pelea de perros y me causaron una muy buena impresión. Su show es de antología. Su vocalista aparece en escena bañado en sangre falsa y hace como que se come su propia carne, rasgándola de los brazos o estómago. El guitarrista está vestido como cirujano y hay sangre en su ropa. Y unos fans vestidos completamente de blanco y con la leyenda “I´m a pathologist” en la espalda vacilan cada uno de los temas de esta banda grindcore chacal que no deja indiferente a nadie. Musicalmente no son la gran cosa pero el show que ponen es increíble. Mucho circo, mucho espectáculo, con el vocalista anunciando las canciones más o menos así: “Bueno, ahora vamos a hacer un cover de Christina Aguilera pero en nuestro estilo” y van y empiezan a tocar una huevada chacal a cagar.

Los malévolos y súper satánicos Gorgoroth. Oooooohhhhhhh que susto, ooooohhhhhhh

Sigue la jornada sin parar, sin descanso, y perfilan primero Melechesh, segundo Primordial, luego los legendarios Grave, para pasar de ahí a Korpiklaani. Esta banda es la única de todas las que se presentan que escapa a la brutalidad incesante y a veces asfixiante del resto del cartel. Su mezcla de death metal con folk pintoresco en la vena de Finntroll y similares anima a la concurrencia que los vacila con devoción. Hay algo del folk nórdico que en Europa pega mucho. Yo había escuchado un par de discos de esta banda y no me había causado gran impresión. Pero independiente de mí aquí logran entusiasmar a todo el mundo. Al mismo tiempo resulta un descanso a los oídos.

El tío Gaahl. No se puede ser más malo que el tío Gaahl.

Pero ese descanso dura poco. Es turno ahora de Asphyx. Sí, Asphyx. Y esta si que es una banda que jamás pensé ver en vivo. La daba por muerta, pero no, todavía está dándole al asunto a pesar de que no ha sacado disco nuevo desde el 2000. Mayor sorpresa fue percatarme de que en sus filas está de vuelta Martin Van Drunen, el mismo compadre que cantó por allá en el 88 y 89 en los dos primeros discos de Pestilente. ¡Cómo no reconocer el vozarrón característico de Drunen! Esta presentación de Asphyx queda en mi memoria como otro punto culmine de esta aventura que fue ir al viejo continente.

Y bueno, son las once de la noche más o menos y ahora es el momento de la maldad absoluta. Es turno de Gorgoroth, con el tío Gaahl liderando a esta malévola y perniciosa banda. Aparecen los músicos en escena con un fondo de luces rojas, luces que imitan el fuego del infierno, y allí está Gaahl, con dos muñequeras con clavos, una cruz invertida al pecho de gran tamaño y pintado para la ocasión. Tengo la oportunidad, como había sido con cada banda del Party-San, de entrar al pit para una canción y sacar fotos y es eso lo que hago. Tengo a Gorgoroth a un metro de distancia y realmente intimida, especialmente Gaahl que es un tipo que no me lo imagino ni riendo ni echando la talla. Añadamos al cuadro el fuego que sale de unos tambores puestos frente al escenario y la escena es infernal.

Más Gorgoroth

Seco y frío, Gaahl no demuestra ninguna flaqueza humana. Grita como un endemoniado y pasa de un tema a otro sin intercambiar ni una sola palabra con el público. Los demás músicos tampoco lo hacen. No es el estilo de Gorgoroth, y todo eso no hace más que agrandar el mito. Me quedo estupefacto viendo a la banda tocar, cosa que no había podido hacer antes. De hecho me los perdí la primera vez que fueron a Chile. Pero dejando de lado toda la parafernalia y la puesta en escena, tengo que decir que Gorgoroth es realmente una buena banda. Tiene buenos temas, con onda, y Gaahl grita como pocos. La música es lo más cercano a una guerra termonuclear, pienso. ¿Se puede ser más chacal? Al menos por pinta, no lo creo. El público responde con fervor, y tan pronto como llega se va la luz maligna de Gorgoroth. Se acabó. Y nada de chaos. Gorgoroth se ha hecho presente. La vara la ha dejado alta.

Gaahl and the fire!!!!!

¿Quién está a la altura para tocar después de Gorgoroth? No es cosa de tirar a cualquier banda de segunda. ¿Que tal Malevolent Creation? Claro, no son black metal, no salen pintados ni con cruces al revés, ni nada, pero puta que son buenos y brutales. Esta es la banda que he estado esperando todo el día y el mayor de los motivos por estar en Party-San. Tengo las expectativas por el cielo ¿o infierno? y no quiero ser decepcionado. Comienza Malevolent Creation. La guerra ha comenzado. Recuerdo que tocaron “Blood Brothers” y un tema de The Ten Commandments, pero lo que quedará por siempre en la retina será el momento en que la banda tocó “The Will to Kill”. Yo alucino la canción como cabro chico. ¡Es una de mis canciones favoritas de Malevolent! Me cuesta creer que me hayan dado en el gusto. Simplemente espectacular.

Malevolent Creation

Supuestamente luego vendría F.U.C.K., pero como ya había comentado, se cayeron del cartel a última hora. Y esa banda no fue la única que se cayó. Ya Cephalic Carnage, Deicide, Funebrarum, Old y Driller Killer se habían caído antes de que siquiera empezara el festival. De todos ellos, para mí lo más lamentable fue la cancelación de la presentación de Cephalic Carnage.

Un nuevo día

A las seis de la mañana ya estaba empacando mis cosas y listo para partir a un nuevo destino. El día está radiante. ¡Justo ahora se le ocurre salir al sol! La música sigue, a lo lejos, se escucha. Proviene de la carpa “disco”, donde seguía la parranda luego de las presentaciones en vivo. Me cuesta creer que están tocando temas de Abba. Alrededor mío siguen en pie las carpas y la mañana recién se sacude de su letargo. Todo el conjunto me parece surrealista. Ha pasado la tormenta, he sobrevivido al infierno. Primero el Wacken. Luego el Party-San. No quiero más guerra. Ha sido una sobredosis, una sobredosis de metal a la vena. No hay quejas. Ha sido intenso, inolvidable. Me voy cansado, pero contento. Me prometo volver algún día. Quizás no el próximo año ni el que viene. Por ganas no me quedo.

Finalmente, solo me queda por decir que si están pensando en ir al menos al Wacken tírense a la piscina y vayan. Junten plata, pidan un préstamo, jueguen al Kino, no lo sé. No se arrepentirán. La vida es una sola. Aprovéchenla y disfrútenla.


Malevolent cerrando Party San 2007

viernes, septiembre 21, 2007

Gorgoroth en Chile


Gorgoroth – Heretics – Denying Nazarene
Jueves 20 de Septiembre 2007
Galpón Víctor Jara 20:00 horas.

Jamás pensé que fuera tanta gente a ver a Gorgoroth especialmente considerando la fecha. Con los cinco días de fiesta anteriores y todos endieciochados y seguramente escasos de dinero debido a tanto asado y carrete, pensaba que muchos dejarían pasar la oportunidad de ver a los malditos e infames Gorgoroth. No fue así y el galpón Víctor Jara aunque no reventó, si se veía con bastante gente, cosa que habla del buen momento por el cual está pasando la banda liderada por Infernus y Gaahl, este último considerado como enemigo público número uno en su país natal Noruega. Vaya la fama que precede a esta maligna agrupación.

Apenas 52 minutos (según mi cronómetro) duró la segunda presentación de Gorgoroth en Chile, siendo la primera esa vez que tocaron en La Laberinto, lugar que ya no existe, en el 2004. Por ahí escuché que esa vez duró 54 minutos. Pero dejando de lado la exactitud para la estadística lo cierto es que los shows de Gorgoroth son y siempre han sido de escasa duración. Muchos, enojados por la corta duración del show, y suponiendo que la banda dejó muchos temas en el tintero debido a la irrupción en el escenario de un compadre a quien el mismo bajista echó de vuelta a la cancha de una patada, seguramente se fueron a sus casas, o a beber por ahí, maldiciendo la mala suerte a los cuatro vientos sin tener claro que en realidad el show con suerte hubiese durado cinco minutos más. Porque Gorgoroth no es de bises. Llegan, tocan y se largan del escenario. Nada de holas, ni de chaos, ni de volveremos, ni nada de nada. Con suerte Gaahl anuncia los temas. Tal apatía llegó anoche a tal extremo que Gaahl (voces) ni siquiera se molestó en mostrar una bandera chilena que cayó en sus manos. No, ese no es el estilo de Gorgoroth, y así debe entenderse. Habrán otras bandas que pese a todo lo malvadas que aparentan ser logran comunicación afectiva con su público, pero no es el caso de Gorgoroth, que no se sale un centímetro del libreto del show que prometen. Backstage los compadres podrán ser más simpáticos y afables, pero arriba, tal fuera una obra de teatro, no hay momentos para hacer nada que no sea tocar el más despiadado y enfermizo black metal. Es el estilo de Gorgoroth, guste o no. Por otro lado tal frialdad arriba del escenario va muy acorde al estilo musical del grupo, acorde también a la vestimenta, al maquillaje, a todo lo que es la banda cuando toca en vivo. Y aunque aquí no presentaron un show como aquel de Polonia que se hizo mundialmente conocido por la demanda que le hicieron a la productora Metalmind, todo por el asunto de una puesta es escena considerada por las autoridades locales como extremadamente ofensiva para los católicos, Gorgoroth logró generar esa vibra de maldad tan especial que sólo algunas bandas logran exhalar de sus pútridas almas negras. Ver a Gaahl apuntando al público una y otra vez mientras hace el símbolo metalero por excelencia, al mismo tiempo que mira con ojos de desquiciado mental, es algo único. Uno lo ve, lo observa, y se dice para adentro: “Este compadre o se suicida, o se convierte en asesino en serie, o simplemente se pudre en la cárcel o en una institución para orates”. Verlo es intimidante, especialmente con esas muñequeras de clavos, legado de Kerry King de Slayer, y con esa pinta que lo hace ver como si recién hubiera ascendido desde el infierno. El resto de los músicos no se queda atrás y todos aportan a la estética cuidada y previamente pensada de Gorgoroth. Como show, como espectáculo, no hay nada que decir, ¡estos tipos se la creen! Cradle of Filth se habrá vendido (según dicen muchos) y Dimmu Borgir ya no es lo de antes, pero Gorgoroth no transa. Es de esperar que no llegue el día en que lo hagan y se conviertan, como ya ha pasado en otras ocasiones, en la leve sombra de lo que fueron.

Con respecto al sonido, bueno, esta es una variable que escapó a las manos de Gorgoroth y ni invocando a Satán seiscientas sesenta y seis veces hubieran podido resolverlo. No es que haya sonado mal, pero fue lejos de ser excelente, notándose más o menos como a la mitad de la presentación saturación en los parlantes causada por el martilleo del doble bombo de la batería, que a todo esto no era tocada por Frost de Satyricon sino que por otro compadre nuevo. Frost, según nos contó Gaahl backstage, está muy ocupado con Satyricon y no puede militar en ambas bandas al mismo tiempo. De seguro que muchos lo echaron de menos. Pero sin importar la calidad del sonido, el público asistente disfrutó bastante, generándose los típicos mosh en las primeras filas, pero sin que esto se extendiera a todo el recinto, que a todo esto, es como una ratonera o cajón, sin graderías, similar a la Estación Mapocho, pero mucho más pequeño.

Con respecto al setlist, destacaron “Incipit Satan”, al igual que “Destroyer”, “Carving a Giant” del último disco Ad Majorem Sathanas Gloriam (Vaya título) y “Possessed (By Satan), favorita de muchos. Tampoco faltó “Procreating Satan” ni “Forces of Satan”. Sin lugar a dudas esta debe ser la banda que más veces utiliza la palabra “Satan”. Ok Gaahl, ya nos quedó más que clara tu postura súper hyper mega satánica.

Y no habría más que decir si no hubiera sido por algunos fans algo exaltados que se subieron arriba del escenario a generar destrozos cuando ya el show había terminado y no había absolutamente ninguna posibilidad de que la banda volviera al escenario. ¿Para tanto daba el enojo por la escasa duración del show? De pronto la situación se tornó caótica, pero al final no pasó nada, resultando con lesiones de diversa consideración nada menos que algunos equipos de amplificación. ¿Cuál es la idea de andar haciendo destrozos? No lo sé. Ese sería el único punto realmente negativo de la presentación. Aparte de eso, el show fue una buena manera de seguir disfrutando estas Fiestas Patrias que para algunos recién finalizan este domingo.