viernes, diciembre 07, 2007


Tankard – Disaster
Teatro Gabriela Mistral
Martes 4 de Diciembre 2007

Jamás pensé que llegaría el día en que vería a Tankard, menos a teatro lleno, y menos sonando bien y convenciendo plenamente. Porque seamos sinceros: esta banda nunca ha estado en las grandes ligas del metal. Ellos lo saben, todo el mundo lo sabe. La gente los conoce, claro, pero en estricto rigor son un apéndice en el thrash. Sin embargo es difícil no sentir simpatías por ellos, que llevan tocando 25 años y que han hecho carrera alabando las bondades del alcohol, especialmente la cerveza. ¡De entrada caen bien! Y con títulos de canciones como “Zombie Attack”, “Acid Death”, “Maniac Forces”, “Fuck Christmas”, “Need Money for Beer” o “Chemical Invasion”, uno sabe que a Tankard le importa muy poco complicarse la existencia. Y eso está bien, porque la banda no es pretenciosa y tiene claro que su lema, su contienda, su lucha, es simplemente pasarlo bien y hueviar. Los fans lo comprenden también. Y con una chela en la mano no hay más que hacer que simplemente vacilar la contagiosa y alegre actitud de Tankard, banda que está en este sórdido mundo única y exclusivamente para pasarlo bien.


Y bueno, estos monos de Frankfurt, Alemania, que tienen en Andreas Geremia en voces y Frank Thorwarth en bajo como únicos miembros originales, llegaron a nuestra tierra para ofrecer un concierto importante no sólo para sus incondicionales fans sino que para la banda también. Así es, puesto que no sólo era la primera vez en Chile, ¡sino que la primera vez en Sudamérica! Para Tankard, sin duda aquello marcará un hito y lo recordarán por siempre. Y la alegría por haber llegado a esta instancia, algo que estoy seguro ni ellos mismos imaginaron ocurriría alguna vez, se reflejó en los músicos que estaban muy prendidos y felices tocando. Los compadres lo estaban pasando la raja arriba del escenario y se notaba. Y claro, el público respondió acordemente y al final todo el mundo quedó satisfecho con cerca de la hora y cuarto que tocó la banda. ¿Qué tocaron? Bueno, para no dar la lata con los temas, los voy a tirar de sopetón. Allí van en orden cronológico de los que me acuerdo:

We Still drink the old way
The Morning After
Zombie Attack
Slipping From Reality
Beermuda
The Beauty and the Beast
Maniac Forces
Acid Death
Die with a Beer in Your Hand
Nation Over Nation
66 6 packs
Rectifier
Chemical Invasion
Alien
(Empty) Tankard

¿Me faltó alguno? ¿No están en el orden exacto? ¿Importa aquello? No creo. Lo que sí importa es que la mano se tiró para el lado del disco debut de 1986 Zombie Attack. ¡Zombie Attack! O sea, nada de complicaciones existencialistas con estos cabros.


Con respecto a la puesta en escena, bueno, el compadre que se roba la película es, por supuesto, Andreas Geremia, quien posiblemente ganaría el concurso a la panza más indecente del metal si algún día se celebrara tal evento. Sin ser un gran cantante, sabe ganarse al público con su carisma payasero, siendo la levantada de polera para mostrar su prominente panza cultivada a base de miles de cervezas y comida chatarra su marca registrada. Me imagino que se engrupe a las minas con la panza. Sumémosle a eso el thrash desordenado y rápido que es la especialidad de Tankard y los fans haciendo stage diving y lo que tenemos es un concierto redondo. Y así fue. Desordenado, frenético, divertido, simpatico. ¡Al término lo único que uno quería hacer era ir a arrellanarse al local cervecero más próximo y beber a la salud de Tankard! Además, el apestoso calor del recinto ameritaba chelas heladas al por mayor

Pero no todo es tirarle flores a la banda. Lo cierto es que después de un rato pueden sonar algo monótonos y altamente predecibles. Por eso es que resulta importante destacar los escasos destellos de genialidad creativa, presentes en temas como “(Empty) Tankard”, con la cual terminaron la velada. Esa canción es simplemente espectacular y no por nada es favorita de los fans y fue al mismo tiempo la guinda de la torta (hecha de cerveza y whisky) en este memorable recital. Por supuesto que las otras canciones de Zombie Attack también fueron recibidas acaloradamente. Sin lugar a dudas, aquel álbum es el imprescindible.

Tankard. No son grandes músicos, no pretenden serlo, no son la mejor banda del thrash, pero hay que sacarse el sombrero por ellos por mantenerse fieles a su fórmula y no bajar los brazos. Cerveza y Metal, eso es Tankard. ¿Qué más quieren?

lunes, noviembre 05, 2007

Exodus
Teatro Novedades
Viernes 2 de Noviembre de 2007

La cagada. Simplemente la cagada. Esta definitivamente fue la venganza por el desastroso show de 1998. Olvidémonos de eso y quedémonos con esta segunda visita a Chile que creo yo está ahí en el podio de los vencedores junto a Morbid, junto a Death y Cannibal. Me atrevo a decir que este ha sido uno de los mejores shows que hemos tenido el placer de ver. No estoy exagerando. Los que leen estos comentarios saben que tratamos de ser justos y objetivos. Entonces, cuando algo es bueno, se alaba. Exodus se lo merece. Porque la banda no sólo tocó el Bonded by Blood íntegramente; un regalo para los fans que me imagino nadie esperaba, sino que además la banda tocó dos horas y cuarto mostrando una entrega, una actitud, que hace rato no veíamos. Entonces uno queda algo decepcionado con todas las bandas que vienen para acá y tocan una hora o incluso menos. Hemos escuchado la excusa que es imposible tocar este tipo de música por más de hora y media. Exodus rompió el mito. Y lo más impresionante fue ver a la banda rejuvenecida, con fuerza y ganas desbordantes. Por supuesto que el público tuvo mucho que ver con que el show saliera tan espectacular. Hasta el último tema se vieron los mosh. Y no cualquier mosh. Todos saltando y dando vueltas como una centrífuga. El público lo pasó la raja, Exodus se contagió del entusiasmo y al final ganamos todos. El sonido, impecable. ¿Qué el Novedades tiene mala acústica? Otro mito que se desvanece.

Otra cosa que creo habla muy bien de Exodus es que la banda recién sacó disco nuevo; el The Atrocity Exhibition Exhibit A, lo que nos da a entender que la banda está más viva que nunca. Y si existe el Exhibit A tengan por seguro que pronto se viene el Exhibit B. Los más quisquillosos podrán seguir afirmando que los clásicos, especialmente el primer disco, jamás serán superados, pero qué diablos importa eso cuando la banda en el último tiempo ha sacado tres álbumes impresionantemente buenos y que hoy en día ya podemos hablar de cortes clásicos de la nueva época, como “War is my Shepherd” que no faltó anoche o “Tempo of the Damned”, corte que lamentablemente no tocaron. Pero al diablo. El show tal como estuvo no merece ningún reparo. Excelente. Desde la comenzada magistral con “Bonded by Blood”, siguiendo al tiro con “Deliver us to Evil”, hasta finalizar con “The Toxic Waltz” y “Strike of the Beast”, más todo lo que estuvo entre medio, incluyendo un par de temas del nuevo disco como “Bedlam 1-2-3”, merece el calificativo de excelente. No faltó “Seeds of Hate” del Pleasures of the Flesh ni “Fabulous Disaster”. Y no olvidemos que no faltó ni un madito corte del Bonded by Blood. Y nada de andar marketeándose como “Bonded by Blood” Tour. De haberlo hecho de seguro el Novedades revienta. Pero ese no es el estilo de Exodus, que sigue siendo “de la calle” y con cero actitud de rockstars. Y debieran serlo porque mal que mal Exodus es la única banda famosa del thrash americano que sigue manteniéndose leal a su sonido originario.

Y bueno, la parte netamente técnica. Para esta presentación Exodus venía con sólo dos miembros fundadores, Gary Holt; guitarrista, compositor, alma y jefe absoluto de la banda, y Tom Hunting en batería. Los otros tres miembros son Rob Dukes en voces, Jack Gibson en bajo y el ex Heathen Lee Altus en guitarra. Chequeen a Heathen que es una banda thrashera de los ochenta que merece atención. Esta formación, aunque no es la clásica, no tuvo problemas en revivir todos los clásicos de la banda y obviamente el que más aporta aquí es Lee Altus, quien está a la altura de Gary Holt siendo ambos excelentes guitarristas. Rob Dukes no se queda atrás, y aunque es posible que muchos sigan anhelando a Paul Baloff (R.I.P.) o a Steve Souza, Dukes convence plenamente. Y con el stagediving que se mandó no sólo se ganó a todo el público sino que además demostró que ciertamente merece estar en Exodus. Por actitud el compadre está a la altura de Billy Milano de S.O.D. ¡Grande Billy!

Y no tengo nada más que agregar. Simplemente espectacular. Exodus Attack!!!!!!!!


Setlist
Intro: Ernest Gold tema “Exodus” de la película del mismo nombre
Bonded by Blood
Deliver Us to Evil
Seeds of Hate
Deathamphetamine
Blacklist
Metal Command
Children of a Worthless God
Piranha
Fabulous Disaster
Funeral Hymn
No Love
And Then There Were None
A Lesson in Violence
Bedlam 1-2-3
Exodus
War is my Shepherd
The Toxic Waltz
Strike of the Beast

Jeff Becerra

Possessed – Sarcofago – Atomic Aggressor – Sadistic Intent – Occidens
La Cúpula. Parque O´Higgins.
18:00 hrs.
Tal como están las cosas en este pestilente y moribundo mundo post moderno y apocalíptico las esperanzas existen para que se reforme la banda más impensada y dé un par de presentaciones, y aunque sea con un solo miembro fundador u original. Si Possessed ha vuelto a dar pataleos de vida, no hay ninguna razón para creer que es imposible que otras bandas legendarias se reformen, como Dark Angel o Violent Force, por ejemplo. ¡Yo estoy esperando eso! Ya Carcass está de vuelta de nuevo, y con casi todos sus integrantes clásicos, cosa que me parece genial. ¿Qué está pasando? ¿Será la nostalgia? ¿El dinero? ¿La buena onda? El punto es que estamos pasando por una etapa en que bandas por largo tiempo muertas están retornando desde los abismos del infierno. Esto puede ser excelente para algunos fans, pero temo que esto llegue a blasfemos extremos. No digo que sea el caso con Possessed, que al menos cuenta con su pérfida alma, Jeff Becerra, pero me pregunto cuál es el límite para todas estas vueltas a la vida. ¿Existe algún límite? ¿Qué pasaría si Death se reformara, incluso sin su líder original? ¿Imposible? Yo ya no creo que nada sea imposible. Ojalá no ocurra porque yo creo que hay algunas bandas que es mejor dejar tranquilas. El tema da para debatirlo apasionadamente por horas acompañado de sus buenas chelas. Y lo voy a dejar ahí simplemente, como inquietud. Ahora, al recital de anoche.

A diferencia de otras veces empezaré mi nota de atrás para adelante, empezando con la última banda que tocó, el plato fuerte de la noche, Possessed. Todo sea por innovar un poco.


Sadistic Intent

Como muchos ya saben este Possessed del nuevo milenio consiste en Jeff Becerra en voces y único miembro original más la banda americana Sadistic Intent como soporte. Y como también muchos saben Jeff Becerra está desde 1989 en silla de ruedas debido a un disparo. Aún así, Jeff sigue dando la pelea y sigue siendo el ídolo de todo el underground, tal como se comprobó anoche. Lástima que saliera al escenario raja de curado y se le olvidaran las letras de las canciones. Es cierto que muchas veces los músicos suben al escenario arriba de la pelota y en este mundillo musical esas cosas se perdonan porque, bueno, en el arte, las cosas se miden con otra vara, pero de allí a salir raja de curado al escenario... Y todo el mundo se dio cuenta, por eso lo digo. Me recordó al finado Paul Baloff de Exodus, al que también se le olvidaron algunos párrafos cuando nos visitó en 1998. Y aunque Jeff se excusó varias veces diciendo que “han pasado 18 años desde que no cantaba y bla bla bla” el punto es que estoy seguro de que muchos esperaban más de el. Por el lado de los músicos de Sadistic Intent, nada que decir. Los compadres secos, tocando la raja y rindiendo un justo tributo a esos riffs sagrados. Entonces que el fundador no ponga de su parte. Una lástima.

Sadistic Intent

Y bien bueno que estaba para hablar Jeff, que no dejó de decir algo, generalmente idiota, entre canción y canción. Se excusó un par de veces por no saber castellano y seguramente creyó que nadie entendió lo que dijo, pero no. Sorry Jeff pero creo que nos subestimasteis. Ya que varios me preguntaron qué diablos había dicho Jeff les comento lo siguiente. Para introducir “Burn in Hell”, (que canción más chacal) dijo: “Esta canción se trata de la vida después de la muerte”, y para el tema “Confessions” dijo que “se lo dedicaba a una mina que se lo había cagado”. Y también insultó al público. Resulta que un fan estaba gritando desde la cancha, seguramente pidiendo un tema, y Jeff va y le dice: “Sabes, no tengo idea lo que me estás diciendo pero si quieres que le dé a tu polola no tengo problemas”. Está bien ser death metal y todo, pero hay que respetar al público. A nadie le gusta que lo insulten gratuitamente, menos pagar por ello. Uno está acostumbrado a los “Hello Motherfuckers” y eso está bien, pero de ahí a meter a la polola en el cuento es otra cosa. También dijo: “Yo estoy aquí por ustedes, y no por el dinero, por ustedes”. Que contradictorio, pensaba. Pero bueno, así no más fue.

Pero ya lo realmente tonto fue el haber lanzado el micrófono al público. Y no sé si fue por eso, pero después de aquello cagó todo. Y no hubo bis ni nada. Quedarán en la retina las interpretaciones memorables de “Death Metal” y “Holy Hell”, esta última la canción que mejor le sale a Sadistic. También excelente “Beyond the Gates”, pero en general la sensación fue de gusto a poco. De hecho el show no duró más de 50 minutos.

Antes de Possessed fue el turno de los brasileros Sarcofago. Yo había visto a esta banda en 1993, cuando tocó en el ahora inexistente y mítico Gimnasio Manuel Plaza. ¡Devuélvannos el Manuel Plaza! Esa vez la banda compartió escenario con los uruguayos Inner Sanctum y los chilenos Torturer. ¡Estoy igual que el Sapo Livingstone o Julio Martínez con datos hace mucho tiempo olvidados por todos! El asunto es que el Sarcofago de anoche no era el mismo del 93. De los que tocaron esa vez sólo el bajista Gerald Minelli estaba de nuevo pisando territorio chileno. Esta vez la banda me pareció muy cansada, agotada, sin la fuerza de antaño. ¡Los años no pasan en vano! De todas maneras lograron entusiasmar a un público mayoritariamente joven que se los perdió el 93. Pero en general mi sensación fue la de decepción. Yo esperaba más, mucho más de esta banda de culto tan importante en la escena underground brasilera que lamentablemente nunca pudo llegar muy lejos.

Antes de Sarcofago fue el turno de los legendarios Atomic Aggressor. Desde que volvieron a manifestar signos vitales los he podido ver un par de veces causándome grata impresión cada vez. Esta vez no fue distinto. Un rato antes había sido el turno de Sadistic Intent, banda cultivadora de un death metal old school muy apegado a las reglas del género. Como ya saben, luego se repetirían el plato convirtiéndose junto a Jeff Becerra en Possessed. El peak de su presentación fue con el corte “Ancient Black Earth”, definitivamente su mejor canción.

Possessed


Y quienes abrieron esta maratónica sesión de death metal chacal y a la vena fueron los locales Occidens a quienes lamentablemente no alcancé a pillar. ¿Qué pasó con los suecos Terminal Prospect? No sé y no pregunté. Sin embargo, incluso sin ellos este festival estuvo a la altura de lo esperado, con gran afluencia de público, aunque no lleno a reventar. El sonido estuvo bastante bueno, aunque con Sadistic Intent quizás un poco demasiado fuerte. ¡Mis tímpanos son testigos de aquello! En general todo estuvo muy bien siendo lo único realmente penoso de todo el festival el que Jeff Becerra olvidara algunos párrafos de las míticas e inolvidables canciones que desde luego merecían un mejor trato.

Y ahora a cruzar los dedos para que Carcass venga a Chile. Y también Dark Angel. Volvió Possessed y volvió Soda Stereo. Jajaja. Cualquier cosa es posible.

Possessed Setlist, aunque en realidad no fue en este orden.

miércoles, septiembre 26, 2007

Party San 2007 - Bad Berka, Alemania


Belphegor

Party-San 2007 - 9-11 Agosto

Intro

El Festival Party-San se hace en un pueblo llamado Bad-Berka que queda relativamente cerca de la ciudad de Frankfurt desde el Oeste y Leipzig desde el Este. Es mucho más pequeño que el Wacken, con menos bandas, un solo escenario principal, menos concurrencia (se estima en 10.000), pero claramente más especializado. En Party-San todo es chacalidad. Aquí no hay bandas de neo classical heavy metal. Aquí la tendencia es hacia el death metal brutal, el black metal y el grindcore. Otra diferencia con el Wacken es que aquí no hay que decidir entre dos bandas para ver ya que las que se presentan lo hacen una tras otra en el mismo escenario.

Más Belphegor

Mi llegada al Party-San fue de fábula. Me bajo del tren en el pueblucho de Bad Berka (y digo pueblucho sólo para dar a entender su pequeñez, ya que por otro lado, todo el lugar es bonito y con casas grandes, algo así como de huasos con plata) junto a la compañía de tres metaleros más con los que había conversado arriba del vagón y no caminamos más de cinco minutos cuando comienza a llover a cántaros, y con truenos y relámpagos y rayos que se dibujan en el horizonte negro y amenazante. Caminando bajo la lluvia vamos terminando la botella de vino que ofreció un compadre re buena onda que era de Polonia. El camino hacia el Party San es solitario, se encuentra en la mitad de la nada entre medio de campos poco frondosos que se extienden hacia ambos lados. Al fondo se ven algunos cerros, con mucha vegetación. Caminamos hacia la boca del lobo. Y sigue lloviendo y podemos ver como los rayos alumbran la tarde que se hace noche. Es, sin lugar a dudas, un buen preámbulo. ¡Qué mejor manera de llegar al chacal Party-San en medio de una tormenta eléctrica! Yo me resigno con la lluvia y sólo espero no mojar la cámara digital. Todavía hay que llegar al festival y armar la carpa. Se escucha música al fondo. Vamos algo atrasados.
Más Belphegor aún

La caminata dura unos treinta minutos. Al llegar deja de llover. Me separo de mis acompañantes y me dirijo al campamento de prensa. Mis amigos entran por la entrada principal que los saluda con un lienzo que dice “Welcome to Hell”. Recuerdo el lienzo que saludaba a los metaleros en el Wacken y que decía “Welcome Metalheads”. Aquí es “Welcome to Hell”.

Luego de armar la carpa tomo un descanso de cinco minutos y parto a ver las bandas. ¡Para eso he venido! Supuestamente César y Priscila, los dos chilenos con quienes también había ido al Wacken, andan por ahí.
Gorditas alemanas y metaleras

Al entrar finalmente a la cancha del Party-San se está en un break. Acaba de terminar de tocar Pentacle. Anteriormente había tocado Disaster. Me los he perdido. Por suerte en pocos momentos ha de venir Dying Fetus a dejar la cagada.

Al igual que el Wacken el primer día de presentaciones, que es el jueves, se empieza tarde. En el Wacken había comenzado a las cinco de la tarde y aquí en el Party-San se hizo a las ocho. Van a ser las diez de la noche y Dying Fetus comienza a tocar. Yo todavía no entro en onda, considerando además que no sabía dónde estaban mis socios César y Priscila. Al poco rato me encontraría con ellos pero mientras tanto me acompaño con una rica chela, algo más barata que la del Wacken.

El malulo de Peter de Vader

Toca Dying Fetus mientras comienza a llover de nuevo, esta vez, no con tanta fuerza, pero con la suficiente como para desanimar a la mayoría que se refugia al fondo, en la carpa fiestera, allí donde en la noche, después de las presentaciones en vivo, funciona la disco metalera. La lluvia caga la onda. Ya no es divertido. El suelo se embarra, pero a diferencia del terreno donde se emplaza el Wacken, aquí el barro no es profundo, lo que es un alivio. Eso no quita que moje las zapatillas y se embarren completamente. Y sigue tocando Dying Fetus, mis pantalones están húmedos y mis zapatillas pa la cagada. Filo, mala cueva, al diablo. Por suerte es verano y no hace frío. Me digo que al otro día al pasar la tormenta saldrá el sol y me secaré. ¡Que ingenuidad! Resulta que nos llovió los tres días. A ratos no llovía, pero las nubes siempre estuvieron sobre nuestras cabezas. La ironía del asunto es que el día domingo en la madrugada, cuando había concluido todo, aparece un sol brillante que pareciera reírse de nosotros.

Más Vader

Termina Dying Fetus, que logró entusiasmar a los pocos que vieron a la banda bajo la lluvia y ahora es el turno de Secrets of the Moon, que ya había visto en Wacken. Como en la primera vez, logran convencerme con su black metal melódico y para nada difícil de digerir. El público todavía no responde como habría de pensarse que lo haría. Se ve poca gente, ya que seguramente muchos siguen carreteando en las carpas, y no resulta complicado acercarse hasta las primeras filas. Es lo que hago en un momento en que apenas caen gotas.

Immolation... de culto

Termina Secrets of the Moon y ahora es el turno de Merciless, los legendarios y de culto Merciless que han de concluir las presentaciones por el día. Y al igual que en Wacken, el hueveo sigue toda la noche en la carpa disco.

Kreator in action!!!

Merciless es la primera banda de las que alcancé a ver ese día que logró entusiasmar de veras al público, aunque este entusiasmo no fue tan gráfico o evidente como en el Wacken. En el Party-San los fans son más fríos, y aunque se pueden ver algunos mosh, nunca queda la cagada. No pasó con Merciless ni con ninguna otra banda. La mayoría de los fans simplemente mira el show, sin moverse, y bastante estáticos. Puede ser que la lluvia haya aguado los ánimos. Sea como fuere, el Party-San es más tranquilo que el Wacken a pesar de que la música del primero es mucho más chacal.

El tío Mille, de Kreator, Ídolo.

De nuevo el tío Mille.

Segundo día

Despierto a eso de las nueve de la mañana, abro mis ojos a un nuevo día, esperando ver el sol, pero al abrir el cierre de la carpa me percato que están cayendo pequeñas gotas y una niebla se extiende para todos lados. Mala cueva. Y hoy toca un día pesado. Las bandas a ver son Lay Down Rotten, Korades, Cliteater, Red Harvest, Equilibrium, Belphegor, Vader, Bewitched, Die Apokalyptischen Reiter, Immolation y Kreator. O sea, un cartel como para quedar tirado.


Haemorrhage, banda española Grindcore... ¡De pelos! como diría Bart

Para no hacer de este reportaje algo eterno les comentaré sobre algunas bandas, las que más me impresionaron. Empezando por Cliteater. ¡No creo que sea necesario explicar que diablos significa eso! Bueno, esta banda de Holanda se especializa en un death metal más tirado para el grindcore, con canciones de corta duración, de escasa técnica, pero chacales a más no poder. Destaca en la banda su guitarrista mujer. Este grupo me pareció muy entretenido para ver en vivo, ya que su show es muy potente. Recomendables.

Equilibrium, a quienes yo esperaba ver caminando en la cuerda floja mientras hacían malabarismo no me dijo gran cosa y ni siquiera puedo recordar muy bien qué onda eran. De hecho para cuando estaban tocando yo y los otros dos chilenos fuimos backstage a ver si pillábamos a alguna estrella del metal. Logramos sacarnos fotos con un compadre de Immolation, Ventor de Kreator, y con el mismísimo Mille Petrozza, entre otros. Aprovechamos también de recargar el estanque chelero.

Esto si es que es estar embarrado. ¡Maestro! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un ejemplo a seguir!!!!!!!!!

De ahí nos fuimos a ver a Belphegor, que nuevamente volvieron a sorprenderme con un show sólido. No son la mejor banda del universo, pero sus dos presentaciones, tanto en Wacken como Party-San dejan un grato recuerdo. Al igual que el día anterior el público observa silencioso, y sólo se ven un par de mosh, y nada más. No lo había dicho anteriormente, pero el sonido es excelente. Esto no es algo en lo que haya que ahondar apenas. Un sonido excelente es algo aquí que se da por sentado.


Una familia metalera. ¿Y si después al cabro chico le gusta el rap?

Empieza a caer la noche y es el turno de Vader. Yo ya había tenido la oportunidad de ver dos veces antes a Vader en Chile, por tanto no me siento muy entusiasmado con su presentación, aunque de todas maneras los veo y disfruto con su potente show.

Luego es el turno de Bewitched, los clásicos Bewitched. Algo de rock and roll malévolo para animar la noche, pero yo realmente quiero ver a Immolation. Nos saltamos Die Apokalyptischen Reiter, que es una banda alemana que está dejando la cagada actualmente. Su estilo es bien particular y difícil de catalogar. Su vocalista tiene un timbre que recuerda al tío Tom de Sodom, la música recuerda a momentos también a Rammstein y hay algo de la velocidad de Slayer en algunas canciones. Y está todo mezclado. Son, desde luego, una banda interesante y que no estaría mal que chequearan si es que no la conocen. Creo que no vimos a este grupo porque estábamos carreteando con el socio Carlos “Paja” Aguilar, nuestro amigo chileno conocido por sus tatuajes, quien nos invitó un trago muy bueno que se llama Jägermeister, con 35 grados de alcohol y con un sabor que a buenas y primeras recuerda un jarabe para la tos. ¡Yo me traje unas muestras a Chile! No lo había comentado anteriormente, pero sí nos encontramos con un chileno, precisamente con Carlos, que además de invitar el Jägermeister se rajó con varias chelas. Desde aquí, gracias compadre.

Melechesh

Y es este nuestro día de carrete, aunque de todas maneras estamos atentos a Immolation, a quienes yo tengo ganas de ver más que nada por el estatus de culto que goza la banda ya que nunca me he involucrado con su música mayormente.

Finalmente es hora de Kreator. Como de costumbre, no faltan los imperdibles clásicos. “Pleasure to Kill”, “Extreme Aggression” y “Flag of Hate” concitan la mejor respuesta del público hasta el momento. Y aunque la presentación de Kreator no resulta para nada sorpresiva o novedosa, logra ser acreditada como de lo mejor del día.

El lienzo deja en claro que se trata de Melechesh.

Tercer y Último día

Las bandas para el día de hoy son Interment, Leng Tch´e (vaya a saber que cresta significa eso), Black Dahlia Murder, Haemorrhage, Melechesh, Primordial, Grave, Korpiklaani, Asphyx, Gorgoroth, Malevolent Creation y F.U.C.K. Al final se caería esta última banda del cartel debido a la imposibilidad de los tipos en llegar al festival.

Al igual que ayer el día está horrible, y aunque no llueve torrencialmente, caen gotas y hay barro por todas partes. Al salir de sector de prensa en dirección al baño, maquinaria pesada trata de despejar las vías de acceso. Un cuarto para las dos y ya estoy parado dentro del recinto para ver a Interment, a quienes apenas cachaba. Ellos tocan un death metal old school. Luego vería a Leng Tch´e, banda potente y agresiva con algunos toques hardcore. Primera vez que oigo siquiera hablar de ellos.

¡Asphyx!

Black Dahlia Murder continúa destruyendo tímpanos, repitiéndose el plato ya que también había estado en Wacken. Comienza a llover nuevamente, y con fuerza, pero la banda sigue tocando como si no hubiera mañana con su vocalista tratando de animar a los fans, a los pocos valientes, algunos con paraguas, que están en las primeras filas. La banda recibe aplausos y a mí me dejan satisfecho. Esta es una buena banda, divertida, con garra y con un arsenal de temas chacales que no dejan indiferente a nadie. Súmese a eso un buen nivel técnico y lo que tenemos es una banda de calidad. Notable que los tipos sean de Estados Unidos puesto que su música está inspirada en el sonido europeo, especialmente el que proviene de Suecia.

Asphyx and the fuckin´ flame from hell!!!!

Sigue la diversión con los españoles Haemorrhage. A estos cabros no los había visto ni en pelea de perros y me causaron una muy buena impresión. Su show es de antología. Su vocalista aparece en escena bañado en sangre falsa y hace como que se come su propia carne, rasgándola de los brazos o estómago. El guitarrista está vestido como cirujano y hay sangre en su ropa. Y unos fans vestidos completamente de blanco y con la leyenda “I´m a pathologist” en la espalda vacilan cada uno de los temas de esta banda grindcore chacal que no deja indiferente a nadie. Musicalmente no son la gran cosa pero el show que ponen es increíble. Mucho circo, mucho espectáculo, con el vocalista anunciando las canciones más o menos así: “Bueno, ahora vamos a hacer un cover de Christina Aguilera pero en nuestro estilo” y van y empiezan a tocar una huevada chacal a cagar.

Los malévolos y súper satánicos Gorgoroth. Oooooohhhhhhh que susto, ooooohhhhhhh

Sigue la jornada sin parar, sin descanso, y perfilan primero Melechesh, segundo Primordial, luego los legendarios Grave, para pasar de ahí a Korpiklaani. Esta banda es la única de todas las que se presentan que escapa a la brutalidad incesante y a veces asfixiante del resto del cartel. Su mezcla de death metal con folk pintoresco en la vena de Finntroll y similares anima a la concurrencia que los vacila con devoción. Hay algo del folk nórdico que en Europa pega mucho. Yo había escuchado un par de discos de esta banda y no me había causado gran impresión. Pero independiente de mí aquí logran entusiasmar a todo el mundo. Al mismo tiempo resulta un descanso a los oídos.

El tío Gaahl. No se puede ser más malo que el tío Gaahl.

Pero ese descanso dura poco. Es turno ahora de Asphyx. Sí, Asphyx. Y esta si que es una banda que jamás pensé ver en vivo. La daba por muerta, pero no, todavía está dándole al asunto a pesar de que no ha sacado disco nuevo desde el 2000. Mayor sorpresa fue percatarme de que en sus filas está de vuelta Martin Van Drunen, el mismo compadre que cantó por allá en el 88 y 89 en los dos primeros discos de Pestilente. ¡Cómo no reconocer el vozarrón característico de Drunen! Esta presentación de Asphyx queda en mi memoria como otro punto culmine de esta aventura que fue ir al viejo continente.

Y bueno, son las once de la noche más o menos y ahora es el momento de la maldad absoluta. Es turno de Gorgoroth, con el tío Gaahl liderando a esta malévola y perniciosa banda. Aparecen los músicos en escena con un fondo de luces rojas, luces que imitan el fuego del infierno, y allí está Gaahl, con dos muñequeras con clavos, una cruz invertida al pecho de gran tamaño y pintado para la ocasión. Tengo la oportunidad, como había sido con cada banda del Party-San, de entrar al pit para una canción y sacar fotos y es eso lo que hago. Tengo a Gorgoroth a un metro de distancia y realmente intimida, especialmente Gaahl que es un tipo que no me lo imagino ni riendo ni echando la talla. Añadamos al cuadro el fuego que sale de unos tambores puestos frente al escenario y la escena es infernal.

Más Gorgoroth

Seco y frío, Gaahl no demuestra ninguna flaqueza humana. Grita como un endemoniado y pasa de un tema a otro sin intercambiar ni una sola palabra con el público. Los demás músicos tampoco lo hacen. No es el estilo de Gorgoroth, y todo eso no hace más que agrandar el mito. Me quedo estupefacto viendo a la banda tocar, cosa que no había podido hacer antes. De hecho me los perdí la primera vez que fueron a Chile. Pero dejando de lado toda la parafernalia y la puesta en escena, tengo que decir que Gorgoroth es realmente una buena banda. Tiene buenos temas, con onda, y Gaahl grita como pocos. La música es lo más cercano a una guerra termonuclear, pienso. ¿Se puede ser más chacal? Al menos por pinta, no lo creo. El público responde con fervor, y tan pronto como llega se va la luz maligna de Gorgoroth. Se acabó. Y nada de chaos. Gorgoroth se ha hecho presente. La vara la ha dejado alta.

Gaahl and the fire!!!!!

¿Quién está a la altura para tocar después de Gorgoroth? No es cosa de tirar a cualquier banda de segunda. ¿Que tal Malevolent Creation? Claro, no son black metal, no salen pintados ni con cruces al revés, ni nada, pero puta que son buenos y brutales. Esta es la banda que he estado esperando todo el día y el mayor de los motivos por estar en Party-San. Tengo las expectativas por el cielo ¿o infierno? y no quiero ser decepcionado. Comienza Malevolent Creation. La guerra ha comenzado. Recuerdo que tocaron “Blood Brothers” y un tema de The Ten Commandments, pero lo que quedará por siempre en la retina será el momento en que la banda tocó “The Will to Kill”. Yo alucino la canción como cabro chico. ¡Es una de mis canciones favoritas de Malevolent! Me cuesta creer que me hayan dado en el gusto. Simplemente espectacular.

Malevolent Creation

Supuestamente luego vendría F.U.C.K., pero como ya había comentado, se cayeron del cartel a última hora. Y esa banda no fue la única que se cayó. Ya Cephalic Carnage, Deicide, Funebrarum, Old y Driller Killer se habían caído antes de que siquiera empezara el festival. De todos ellos, para mí lo más lamentable fue la cancelación de la presentación de Cephalic Carnage.

Un nuevo día

A las seis de la mañana ya estaba empacando mis cosas y listo para partir a un nuevo destino. El día está radiante. ¡Justo ahora se le ocurre salir al sol! La música sigue, a lo lejos, se escucha. Proviene de la carpa “disco”, donde seguía la parranda luego de las presentaciones en vivo. Me cuesta creer que están tocando temas de Abba. Alrededor mío siguen en pie las carpas y la mañana recién se sacude de su letargo. Todo el conjunto me parece surrealista. Ha pasado la tormenta, he sobrevivido al infierno. Primero el Wacken. Luego el Party-San. No quiero más guerra. Ha sido una sobredosis, una sobredosis de metal a la vena. No hay quejas. Ha sido intenso, inolvidable. Me voy cansado, pero contento. Me prometo volver algún día. Quizás no el próximo año ni el que viene. Por ganas no me quedo.

Finalmente, solo me queda por decir que si están pensando en ir al menos al Wacken tírense a la piscina y vayan. Junten plata, pidan un préstamo, jueguen al Kino, no lo sé. No se arrepentirán. La vida es una sola. Aprovéchenla y disfrútenla.


Malevolent cerrando Party San 2007

viernes, septiembre 21, 2007

Gorgoroth en Chile


Gorgoroth – Heretics – Denying Nazarene
Jueves 20 de Septiembre 2007
Galpón Víctor Jara 20:00 horas.

Jamás pensé que fuera tanta gente a ver a Gorgoroth especialmente considerando la fecha. Con los cinco días de fiesta anteriores y todos endieciochados y seguramente escasos de dinero debido a tanto asado y carrete, pensaba que muchos dejarían pasar la oportunidad de ver a los malditos e infames Gorgoroth. No fue así y el galpón Víctor Jara aunque no reventó, si se veía con bastante gente, cosa que habla del buen momento por el cual está pasando la banda liderada por Infernus y Gaahl, este último considerado como enemigo público número uno en su país natal Noruega. Vaya la fama que precede a esta maligna agrupación.

Apenas 52 minutos (según mi cronómetro) duró la segunda presentación de Gorgoroth en Chile, siendo la primera esa vez que tocaron en La Laberinto, lugar que ya no existe, en el 2004. Por ahí escuché que esa vez duró 54 minutos. Pero dejando de lado la exactitud para la estadística lo cierto es que los shows de Gorgoroth son y siempre han sido de escasa duración. Muchos, enojados por la corta duración del show, y suponiendo que la banda dejó muchos temas en el tintero debido a la irrupción en el escenario de un compadre a quien el mismo bajista echó de vuelta a la cancha de una patada, seguramente se fueron a sus casas, o a beber por ahí, maldiciendo la mala suerte a los cuatro vientos sin tener claro que en realidad el show con suerte hubiese durado cinco minutos más. Porque Gorgoroth no es de bises. Llegan, tocan y se largan del escenario. Nada de holas, ni de chaos, ni de volveremos, ni nada de nada. Con suerte Gaahl anuncia los temas. Tal apatía llegó anoche a tal extremo que Gaahl (voces) ni siquiera se molestó en mostrar una bandera chilena que cayó en sus manos. No, ese no es el estilo de Gorgoroth, y así debe entenderse. Habrán otras bandas que pese a todo lo malvadas que aparentan ser logran comunicación afectiva con su público, pero no es el caso de Gorgoroth, que no se sale un centímetro del libreto del show que prometen. Backstage los compadres podrán ser más simpáticos y afables, pero arriba, tal fuera una obra de teatro, no hay momentos para hacer nada que no sea tocar el más despiadado y enfermizo black metal. Es el estilo de Gorgoroth, guste o no. Por otro lado tal frialdad arriba del escenario va muy acorde al estilo musical del grupo, acorde también a la vestimenta, al maquillaje, a todo lo que es la banda cuando toca en vivo. Y aunque aquí no presentaron un show como aquel de Polonia que se hizo mundialmente conocido por la demanda que le hicieron a la productora Metalmind, todo por el asunto de una puesta es escena considerada por las autoridades locales como extremadamente ofensiva para los católicos, Gorgoroth logró generar esa vibra de maldad tan especial que sólo algunas bandas logran exhalar de sus pútridas almas negras. Ver a Gaahl apuntando al público una y otra vez mientras hace el símbolo metalero por excelencia, al mismo tiempo que mira con ojos de desquiciado mental, es algo único. Uno lo ve, lo observa, y se dice para adentro: “Este compadre o se suicida, o se convierte en asesino en serie, o simplemente se pudre en la cárcel o en una institución para orates”. Verlo es intimidante, especialmente con esas muñequeras de clavos, legado de Kerry King de Slayer, y con esa pinta que lo hace ver como si recién hubiera ascendido desde el infierno. El resto de los músicos no se queda atrás y todos aportan a la estética cuidada y previamente pensada de Gorgoroth. Como show, como espectáculo, no hay nada que decir, ¡estos tipos se la creen! Cradle of Filth se habrá vendido (según dicen muchos) y Dimmu Borgir ya no es lo de antes, pero Gorgoroth no transa. Es de esperar que no llegue el día en que lo hagan y se conviertan, como ya ha pasado en otras ocasiones, en la leve sombra de lo que fueron.

Con respecto al sonido, bueno, esta es una variable que escapó a las manos de Gorgoroth y ni invocando a Satán seiscientas sesenta y seis veces hubieran podido resolverlo. No es que haya sonado mal, pero fue lejos de ser excelente, notándose más o menos como a la mitad de la presentación saturación en los parlantes causada por el martilleo del doble bombo de la batería, que a todo esto no era tocada por Frost de Satyricon sino que por otro compadre nuevo. Frost, según nos contó Gaahl backstage, está muy ocupado con Satyricon y no puede militar en ambas bandas al mismo tiempo. De seguro que muchos lo echaron de menos. Pero sin importar la calidad del sonido, el público asistente disfrutó bastante, generándose los típicos mosh en las primeras filas, pero sin que esto se extendiera a todo el recinto, que a todo esto, es como una ratonera o cajón, sin graderías, similar a la Estación Mapocho, pero mucho más pequeño.

Con respecto al setlist, destacaron “Incipit Satan”, al igual que “Destroyer”, “Carving a Giant” del último disco Ad Majorem Sathanas Gloriam (Vaya título) y “Possessed (By Satan), favorita de muchos. Tampoco faltó “Procreating Satan” ni “Forces of Satan”. Sin lugar a dudas esta debe ser la banda que más veces utiliza la palabra “Satan”. Ok Gaahl, ya nos quedó más que clara tu postura súper hyper mega satánica.

Y no habría más que decir si no hubiera sido por algunos fans algo exaltados que se subieron arriba del escenario a generar destrozos cuando ya el show había terminado y no había absolutamente ninguna posibilidad de que la banda volviera al escenario. ¿Para tanto daba el enojo por la escasa duración del show? De pronto la situación se tornó caótica, pero al final no pasó nada, resultando con lesiones de diversa consideración nada menos que algunos equipos de amplificación. ¿Cuál es la idea de andar haciendo destrozos? No lo sé. Ese sería el único punto realmente negativo de la presentación. Aparte de eso, el show fue una buena manera de seguir disfrutando estas Fiestas Patrias que para algunos recién finalizan este domingo.


lunes, junio 25, 2007

Incantation en Chile

Incantation – Funerus – Thornafire – Denying Nazarene
Teatro Novedades – Domingo 24/06/07
20:00 horas.


Promotoras Rock and Ron de Mitjans alegrando la noche. Estaban bien ricas las tres aunque me quedo con la morena.

Incantation dejando la cagada.


Incantation otra vez.

No sé si mi impresión será compartida por todos, pero anoche creo quedamos con gusto a poco. Y no me refiero solamente a los escasos cuarenta minutos que estuvo la banda cabeza de cartel, Incantation, arriba del escenario. De partida, este evento no contó con gran asistencia. Con suerte llegaron doscientas personas, incluyendo los fans, músicos y prensa. O sea, muy por debajo de lo esperado, especialmente para un lugar como es Teatro Novedades donde caben unas mil personas e incluso más. Yo recordaba la primera vez que tocó Incantation en Chile, en el 98, para el memorable recital que incluyó además a Death, Cannibal Corpse y Dorso. ¡Cómo olvidar aquel histórico momento para la escena local! Y esta vez… esta vez no pasó nada. ¿Por qué fue tan poca gente? Podemos buscar miles de razones, pero yo creo que se debe más que a nada al descenso, si es que no ocaso, del death metal de vieja escuela. Yo me decía: “Viene Rhapsody y este local se llena hasta el techo”. No me malinterpreten, yo amo el death metal e Incantation para mí es una banda muy respetable, con un sello y sonido fácilmente distinguible y a estas alturas son un verdadero clásico del underground, y vacilo con devoción enfermiza su disco “Diabolical Conquest”, del cual anoche tocaron “Impending Diabolical Conquest”, canción que abre ese maravilloso disco, pero lo cierto es que sólo los fans más acérrimos y aperrados de Incantation se dejaron caer anoche. Como nunca el Novedades estaba prácticamente vacío.
Denying Nazarene.

Inmunes y aparentemente indiferentes frente a la escasa concurrencia, Incantation empezó a tocar de una manera bastante inusual, por no decir que bastante poco profesional. Resulta que en Funerus canta y toca bajo Jill McEntee, esposa del líder de Incantation John McEntee, quien por su parte toca guitarra en Funerus. Por otra parte el baterista de Incantation también toca en Funerus. ¿Algo confuso? Bueno, el asunto es que la banda llevaba tocando apenas dos temas cuando de repente Jill se quita el bajo, lo guarda y se hace a un lado para que llegue el bajista de Incantation y así, de la nada, parta el show de la banda. Como no hubo un quiebre claro, todo se vio como al lote y precipitado. No fue un buen comienzo. Supuestamente Funerus iba a tocar media hora, pero (según nos dijeron) por problemas técnicos sólo se le dio una hora a ambas bandas para hacer su show. Apurados, Funerus tuvo que ser sacrificado en pos de la banda regalona de la noche. Una lata, porque me imagino que no sólo yo, sino que todos los presentes queríamos más de Funerus, considerando además que Jill estaba bien rica. Cuento corto: ¡¡¡Funerus funó pesado!!! e Incantation debió haber hecho una entrada más acorde a su nivel.
Thornafire.

Como decía, Incantation partió sin mayor preámbulo y lo único realmente rescatable de su show fue el sonido, que estuvo a la altura. No sonaba demasiado fuerte, ni saturado, además que cada canción se entendía perfectamente. Una hora de show hubiera sido del gusto de todos, pero lamentablemente quedamos con las ganas.

Funerus.

Con respecto a las bandas chilenas, bueno, Denying Nazarene (¡buen nombre aquel!) me sorprendió gratamente con su chacal death metal demoledor y al hueso. Definitivamente, cero sutileza con estos muchachos. Por su parte, Thornafire, que reemplazó a TottenKorps, banda que se bajó del cartel original, hizo lo suyo con su death metal más técnico y no tan asfixiante como el de Denying. Ambas bandas, un buen aporte a lo que pudo haber sido un recital mucho más memorable. De hecho me atrevo a decir que estas dos bandas fueron lo mejor de la noche, porque aunque Incantation hizo los suyo y sonó bien, no creo que haya convencido plenamente. Faltó más garra. Quizás, después de todo, la poca concurrencia hizo lo suyo en el ánimo de la legendaria banda.

Jill McEntee de Funerus backstage.

Volviendo a Funerus… habrá que esperar para otra ocasión, si es que llega a materializarse. Por ahora, quedamos con las dudas.

lunes, junio 04, 2007

Chile Metal Fest 2007

Chile Metal Fest
Martes 5 de Junio de 2007. Teatro Caupolicán. 20:00 hrs.
Atomic Aggressor – Watain – Sadus – Obituary
Banda invitada: Kythrone
Extra Tours.


Chile Metal Fest pasará a la historia como uno de los mejores y más agotadores recitales hechos en Chile. Con cuatro bandas de renombre más la inclusión a última hora de los chilenos Kythrone, y durando prácticamente seis horas, era para dejar cansado hasta al más rudo. De hecho ya a la mitad de la presentación de Obituary se notaba el cansancio en muchos de los presentes que observaban el show con ganas de que terminara pronto. Y era para estar cansado a eso de las 1:30 de la mañana habiendo ya visto las bandas anteriores. Que nadie se queje. Querían un festival, ahí lo tuvieron, y fue una verdadera sobredosis.

Kythrone se encargó de iniciar el memorable evento empezando cerca de la ocho de la noche y estuvo en escena cerca de media hora. Yo ya había visto a estos muchachos en el Óxido así que verlos esta vez bajo el marco del Caupolicán fue interesante. Sonaron bien, tiraron un par de buenos temas y calentaron los motores para lo que se venía.

Atomic Aggressor subió al escenario cerca de las nueve. Hartas ganas tenía de ver a esta leyenda del metal chileno, pionera en Chile, que lamentablemente nunca pudo llegar a las grandes ligas, y vaya que pudieron haberlo hecho de haber nacido en Suecia, por ejemplo. Porque esta banda no tiene nada que envidiarle a las de afuera, y a pesar de haber estado inactiva por largo tiempo dio un show como en los viejos tiempos, demostrando que todavía quedan fuerzas e incluso hoy pueden competir sin problemas con las bandas nuevas. El sonido, eso sí, estuvo algo saturado en esta presentación, pero aquello no fue grave, y todo el mundo disfrutó de lo lindo con los grandes clásicos de los demos, como “The Session”, “The Hallucination”, “Unholy Temple” y “Bloody Ceremonial”. Chacal. Nada más que decir. Es de esperar que pronto salga lo que sería el álbum debut.

El siguiente turno fue para los suecos Watain. ¿Qué cresta significa Watain? Me gustaría saberlo. Estos muchachines del demonio dieron una presentación alucinante y con parafernalia. El detalle de las cruces al revés con las velitas fue bienvenido. Le dio un toque siniestro y malditamente malévolo al show. Y la pinta de estos compadres… notable, en especial la de nuestro compatriota Álvaro Lillo (ex Execrator) que salió con muñequeras con clavos en la más Kerry King y con maquillaje con cierto aire a Gene Simmons. Por producción, Watain no se queda atrás, aunque ciertamente no son pioneros en esto. Pero da lo mismo. Lo esencial es la música, y Watain es una excelente banda que promete llegar muy lejos. Acaban de sacar un disco que está dando mucho de qué hablar, el “Sworn to the Dark”; del cual anoche escuchamos varios temas, están promocionándolo a través de su Fuck the World Tour (Nada de sutilezas con estos cabros) y pronto han de convertirse en los nuevos reyes del black metal. Lo firmo. Un punto que puede ser positivo o negativo dependiendo del prisma que usemos, es la obvia similitud con Dissection. De hecho el guitarrista Set Teitan tocó en el disco ReinCaos y apoya a Watain en las presentaciones en vivo, al igual que Lillo. Para mí esta similitud no es mala puesto que Dissection es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, pero hay que ver qué dice el tiempo al respecto.
La decepción de la noche llegó con Sadus. No es que el show haya sonado mal o que la presentación haya sido poco inspirada, pero los temas elegidos no fueron muy acertados ni fueron muy bien recibidos por el público, con excepción de clásicos como “Certain Death”, que cerró el show. Yo había visto a Sadus en el 2004 y en esa oportunidad dejaron la cagada. Esta vez el público los escuchó más con respeto que con genuina pasión. Las canciones nuevas del disco Out for Blood no calentaron a nadie y era claro que todos querían escuchar más temas del disco Illusions (después rebautizado como Chemical Exposure) o del Vision of Misery. Pero cierto es también que la música de Sadus no es fácil, y nunca lo ha sido. Da la impresión de que no se amoldó bien al resto del cartel. Quizás una banda más pichanguera hubiera impactado más. Sea como sea, Steve Digiorgio y compañía se veían muy animados y hasta alegres, lo que contrastaba con la anterior presentación de Watain. Más irónico incluso fue que Steve dedicara un tema a la memoria de Chuck Schuldiner, apuntando con un dedo hacia el cielo, haciendo clara referencia a que asumía que estaba allá arriba. Curioso, considerando que Watain nos arengaba a adorar a Satán minutos antes. Bueno, como siempre digo yo, ¡que cada uno piense y crea lo que se le de la gana! Por lo demás, malo estuvo que Sadus no tocara un tema de Death, porque muchos pensaron que eso iba a hacer la banda, pero no.


Y bueno, finalmente Obituary subió al escenario cerca de la una de la mañana. Era el plato de fondo. Muchos fans estaban allí exclusivamente por Obituary y me imagino que se sintieron defraudados al comprobar que Allan West no estaba, ocupándose de la guitarra exclusivamente Trevor Peres. Allan había vuelto a Obituary, pero al parecer ya no está más. En realidad cualquier otro guitarrista en reemplazo hubiera elevado la puesta en escena porque se echó de menos la maldita segunda guitarra, además que Trevor no tocó muy inspirado que digamos. Pero bueno, allí estaba Obituary, la legendaria banda de Florida, importante por sus innovaciones presentadas en sus dos primeros discos, pero que a esta altura está muy superada por bandas más talentosas. Pero no le pidamos peras al manzano. Obituary toca su death metal old school simplón con convicción y no pretende llevar su música por un lado muy técnico. Lamentablemente anoche la banda no se vio muy inspirada. Quizás fue la hora, o el cansancio, o ambas cosas, o el frío, o qué se yo, pero el asunto es que los fans no respondieron como se esperaba. John Tardy, que sigue cantando excelentemente bien, se movía en el escenario de allá para acá como león enjaulado e incitaba al público a manifestarse, pero aparte de los fans más acérrimos que se encargaban de liderar los mosh de las primeras filas, no hubo gran respuesta del público. ¿El punto culmine? Al final, cerca de las dos de la mañana, con “Slowly we Rot”, obviamente.

Y eso sería. Y si es por elegir lo mejor de la intensa jornada, apuesto por Watain seguido de Atomic Aggressor.