lunes, junio 25, 2007

Incantation en Chile

Incantation – Funerus – Thornafire – Denying Nazarene
Teatro Novedades – Domingo 24/06/07
20:00 horas.


Promotoras Rock and Ron de Mitjans alegrando la noche. Estaban bien ricas las tres aunque me quedo con la morena.

Incantation dejando la cagada.


Incantation otra vez.

No sé si mi impresión será compartida por todos, pero anoche creo quedamos con gusto a poco. Y no me refiero solamente a los escasos cuarenta minutos que estuvo la banda cabeza de cartel, Incantation, arriba del escenario. De partida, este evento no contó con gran asistencia. Con suerte llegaron doscientas personas, incluyendo los fans, músicos y prensa. O sea, muy por debajo de lo esperado, especialmente para un lugar como es Teatro Novedades donde caben unas mil personas e incluso más. Yo recordaba la primera vez que tocó Incantation en Chile, en el 98, para el memorable recital que incluyó además a Death, Cannibal Corpse y Dorso. ¡Cómo olvidar aquel histórico momento para la escena local! Y esta vez… esta vez no pasó nada. ¿Por qué fue tan poca gente? Podemos buscar miles de razones, pero yo creo que se debe más que a nada al descenso, si es que no ocaso, del death metal de vieja escuela. Yo me decía: “Viene Rhapsody y este local se llena hasta el techo”. No me malinterpreten, yo amo el death metal e Incantation para mí es una banda muy respetable, con un sello y sonido fácilmente distinguible y a estas alturas son un verdadero clásico del underground, y vacilo con devoción enfermiza su disco “Diabolical Conquest”, del cual anoche tocaron “Impending Diabolical Conquest”, canción que abre ese maravilloso disco, pero lo cierto es que sólo los fans más acérrimos y aperrados de Incantation se dejaron caer anoche. Como nunca el Novedades estaba prácticamente vacío.
Denying Nazarene.

Inmunes y aparentemente indiferentes frente a la escasa concurrencia, Incantation empezó a tocar de una manera bastante inusual, por no decir que bastante poco profesional. Resulta que en Funerus canta y toca bajo Jill McEntee, esposa del líder de Incantation John McEntee, quien por su parte toca guitarra en Funerus. Por otra parte el baterista de Incantation también toca en Funerus. ¿Algo confuso? Bueno, el asunto es que la banda llevaba tocando apenas dos temas cuando de repente Jill se quita el bajo, lo guarda y se hace a un lado para que llegue el bajista de Incantation y así, de la nada, parta el show de la banda. Como no hubo un quiebre claro, todo se vio como al lote y precipitado. No fue un buen comienzo. Supuestamente Funerus iba a tocar media hora, pero (según nos dijeron) por problemas técnicos sólo se le dio una hora a ambas bandas para hacer su show. Apurados, Funerus tuvo que ser sacrificado en pos de la banda regalona de la noche. Una lata, porque me imagino que no sólo yo, sino que todos los presentes queríamos más de Funerus, considerando además que Jill estaba bien rica. Cuento corto: ¡¡¡Funerus funó pesado!!! e Incantation debió haber hecho una entrada más acorde a su nivel.
Thornafire.

Como decía, Incantation partió sin mayor preámbulo y lo único realmente rescatable de su show fue el sonido, que estuvo a la altura. No sonaba demasiado fuerte, ni saturado, además que cada canción se entendía perfectamente. Una hora de show hubiera sido del gusto de todos, pero lamentablemente quedamos con las ganas.

Funerus.

Con respecto a las bandas chilenas, bueno, Denying Nazarene (¡buen nombre aquel!) me sorprendió gratamente con su chacal death metal demoledor y al hueso. Definitivamente, cero sutileza con estos muchachos. Por su parte, Thornafire, que reemplazó a TottenKorps, banda que se bajó del cartel original, hizo lo suyo con su death metal más técnico y no tan asfixiante como el de Denying. Ambas bandas, un buen aporte a lo que pudo haber sido un recital mucho más memorable. De hecho me atrevo a decir que estas dos bandas fueron lo mejor de la noche, porque aunque Incantation hizo los suyo y sonó bien, no creo que haya convencido plenamente. Faltó más garra. Quizás, después de todo, la poca concurrencia hizo lo suyo en el ánimo de la legendaria banda.

Jill McEntee de Funerus backstage.

Volviendo a Funerus… habrá que esperar para otra ocasión, si es que llega a materializarse. Por ahora, quedamos con las dudas.

lunes, junio 04, 2007

Chile Metal Fest 2007

Chile Metal Fest
Martes 5 de Junio de 2007. Teatro Caupolicán. 20:00 hrs.
Atomic Aggressor – Watain – Sadus – Obituary
Banda invitada: Kythrone
Extra Tours.


Chile Metal Fest pasará a la historia como uno de los mejores y más agotadores recitales hechos en Chile. Con cuatro bandas de renombre más la inclusión a última hora de los chilenos Kythrone, y durando prácticamente seis horas, era para dejar cansado hasta al más rudo. De hecho ya a la mitad de la presentación de Obituary se notaba el cansancio en muchos de los presentes que observaban el show con ganas de que terminara pronto. Y era para estar cansado a eso de las 1:30 de la mañana habiendo ya visto las bandas anteriores. Que nadie se queje. Querían un festival, ahí lo tuvieron, y fue una verdadera sobredosis.

Kythrone se encargó de iniciar el memorable evento empezando cerca de la ocho de la noche y estuvo en escena cerca de media hora. Yo ya había visto a estos muchachos en el Óxido así que verlos esta vez bajo el marco del Caupolicán fue interesante. Sonaron bien, tiraron un par de buenos temas y calentaron los motores para lo que se venía.

Atomic Aggressor subió al escenario cerca de las nueve. Hartas ganas tenía de ver a esta leyenda del metal chileno, pionera en Chile, que lamentablemente nunca pudo llegar a las grandes ligas, y vaya que pudieron haberlo hecho de haber nacido en Suecia, por ejemplo. Porque esta banda no tiene nada que envidiarle a las de afuera, y a pesar de haber estado inactiva por largo tiempo dio un show como en los viejos tiempos, demostrando que todavía quedan fuerzas e incluso hoy pueden competir sin problemas con las bandas nuevas. El sonido, eso sí, estuvo algo saturado en esta presentación, pero aquello no fue grave, y todo el mundo disfrutó de lo lindo con los grandes clásicos de los demos, como “The Session”, “The Hallucination”, “Unholy Temple” y “Bloody Ceremonial”. Chacal. Nada más que decir. Es de esperar que pronto salga lo que sería el álbum debut.

El siguiente turno fue para los suecos Watain. ¿Qué cresta significa Watain? Me gustaría saberlo. Estos muchachines del demonio dieron una presentación alucinante y con parafernalia. El detalle de las cruces al revés con las velitas fue bienvenido. Le dio un toque siniestro y malditamente malévolo al show. Y la pinta de estos compadres… notable, en especial la de nuestro compatriota Álvaro Lillo (ex Execrator) que salió con muñequeras con clavos en la más Kerry King y con maquillaje con cierto aire a Gene Simmons. Por producción, Watain no se queda atrás, aunque ciertamente no son pioneros en esto. Pero da lo mismo. Lo esencial es la música, y Watain es una excelente banda que promete llegar muy lejos. Acaban de sacar un disco que está dando mucho de qué hablar, el “Sworn to the Dark”; del cual anoche escuchamos varios temas, están promocionándolo a través de su Fuck the World Tour (Nada de sutilezas con estos cabros) y pronto han de convertirse en los nuevos reyes del black metal. Lo firmo. Un punto que puede ser positivo o negativo dependiendo del prisma que usemos, es la obvia similitud con Dissection. De hecho el guitarrista Set Teitan tocó en el disco ReinCaos y apoya a Watain en las presentaciones en vivo, al igual que Lillo. Para mí esta similitud no es mala puesto que Dissection es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, pero hay que ver qué dice el tiempo al respecto.
La decepción de la noche llegó con Sadus. No es que el show haya sonado mal o que la presentación haya sido poco inspirada, pero los temas elegidos no fueron muy acertados ni fueron muy bien recibidos por el público, con excepción de clásicos como “Certain Death”, que cerró el show. Yo había visto a Sadus en el 2004 y en esa oportunidad dejaron la cagada. Esta vez el público los escuchó más con respeto que con genuina pasión. Las canciones nuevas del disco Out for Blood no calentaron a nadie y era claro que todos querían escuchar más temas del disco Illusions (después rebautizado como Chemical Exposure) o del Vision of Misery. Pero cierto es también que la música de Sadus no es fácil, y nunca lo ha sido. Da la impresión de que no se amoldó bien al resto del cartel. Quizás una banda más pichanguera hubiera impactado más. Sea como sea, Steve Digiorgio y compañía se veían muy animados y hasta alegres, lo que contrastaba con la anterior presentación de Watain. Más irónico incluso fue que Steve dedicara un tema a la memoria de Chuck Schuldiner, apuntando con un dedo hacia el cielo, haciendo clara referencia a que asumía que estaba allá arriba. Curioso, considerando que Watain nos arengaba a adorar a Satán minutos antes. Bueno, como siempre digo yo, ¡que cada uno piense y crea lo que se le de la gana! Por lo demás, malo estuvo que Sadus no tocara un tema de Death, porque muchos pensaron que eso iba a hacer la banda, pero no.


Y bueno, finalmente Obituary subió al escenario cerca de la una de la mañana. Era el plato de fondo. Muchos fans estaban allí exclusivamente por Obituary y me imagino que se sintieron defraudados al comprobar que Allan West no estaba, ocupándose de la guitarra exclusivamente Trevor Peres. Allan había vuelto a Obituary, pero al parecer ya no está más. En realidad cualquier otro guitarrista en reemplazo hubiera elevado la puesta en escena porque se echó de menos la maldita segunda guitarra, además que Trevor no tocó muy inspirado que digamos. Pero bueno, allí estaba Obituary, la legendaria banda de Florida, importante por sus innovaciones presentadas en sus dos primeros discos, pero que a esta altura está muy superada por bandas más talentosas. Pero no le pidamos peras al manzano. Obituary toca su death metal old school simplón con convicción y no pretende llevar su música por un lado muy técnico. Lamentablemente anoche la banda no se vio muy inspirada. Quizás fue la hora, o el cansancio, o ambas cosas, o el frío, o qué se yo, pero el asunto es que los fans no respondieron como se esperaba. John Tardy, que sigue cantando excelentemente bien, se movía en el escenario de allá para acá como león enjaulado e incitaba al público a manifestarse, pero aparte de los fans más acérrimos que se encargaban de liderar los mosh de las primeras filas, no hubo gran respuesta del público. ¿El punto culmine? Al final, cerca de las dos de la mañana, con “Slowly we Rot”, obviamente.

Y eso sería. Y si es por elegir lo mejor de la intensa jornada, apuesto por Watain seguido de Atomic Aggressor.