lunes, noviembre 13, 2006

Umbra Et Imago en Chile

Umbra Et Imago
Domingo 12 de noviembre de 2006
21:00 horas. Blondie
Sin lugar a dudas lo que más llama la atención de esta veterana banda alemana es la puesta en escena, que juega con temáticas sadomasoquistas y de bondage. Pioneros en esta modalidad, su espectáculo es altamente recomendable independientemente de la música. Esto puede ser bueno o malo dependiendo del prisma con que se mire. Por un lado, tanta parafernalia distrae el público de la música, y por otro, le da a la banda un aire novedoso, destacando de entre el montón. Cabe preguntarse qué es lo que pasaría si no recurriera a las performances. Para algunos, aquello le quitaría toda la magia al grupo, porque seamos sinceros, anoche todo el mundo quería ver el show sado arriba del escenario tanto como quería escuchar la música. Al final de cuentas fue bastante corto y no hubo nada extremadamente crudo. Dos minas en pelota, y como gran cosa Mozart, el vocalista, practicando un ligero cunnilingis a una de las minas al finalizar el show con el cover de Falco “Rock Me Amadeus”. Cool, sin lugar a dudas, interesante, absolutamente, pero lejos de lo que yo, y me imagino que muchos, esperaba ver. Y no sé si en otras latitudes el show será más visceral, porque así lo ameritan las fotos que he visto en Internet. Al menos aquí en Chile no considero que haya sido excesivamente explícito, aunque, claro, quizás esa nunca fue la intención. No explícito, pero sí fuerte, fue la parte en que Mozart salió vestido a la usanza de Mussolini, recordando también en su vestimenta a la banda de culto Laibach. Y como para no ser mal interpretado, porque vaya que podría serlo, al final del tema en que salió vestido así, lanzó un enérgico: “Fuck George W. Bush!”, grito que a esta altura se está haciendo muy popular en todos lados. Después apareció con una vestimenta que recordaba a Emperador de la Guerra de las Galaxias. O sea, cuático.
Pero hablemos de la música, que es lo central. Esta es una mezcla entre rock gótico, new wave y death metal que recuerda en algunos pasajes a Dimmu Borgir pero tocando mucho, mucho, mucho más lento. La voz de Mozart (jaja, ¡como se ve que se quiere a si mismo!) no tiene mucha fuerza, pero se potencia con los alaridos death metal que provienen del bajista. Y claramente se nota la influencia de Lacrimosa, que son los papis de la escena gótica, también alemanes. Buena banda, aunque no excepcional, al menos le dio al público chileno casi dos horas de un show muy entretenido, con muy buen sonido y que terminó con varias minas del público arriba del escenario bailando. Y es que el ambiente estaba festivo, y así lo demostraba Mozart y los demás miembros de la banda que se notaba lo estaban pasando muy bien, disfrutando tanto como el público. La seguridad se encargó no sólo de las minas bailando sino de algunos compadres que anteriormente habían llegado hasta el escenario y amablemente los escoltaban fuera. Sí, amablemente, nada de golpes. Y vaya que no ha sido así en otros recitales a los que he acudido donde se aforra y después se pregunta.


Tema aparte, pero importante ya que influyó en el ánimo del público, es el hecho de que la barra estuviera abierta. Me pregunto por qué no lo estuvo para Paradise Lost, que también fue en la Blondie, porque ciertamente la posibilidad de comprar y disfrutar una cervecita hace que toda la experiencia de ver un show un vivo se realce. Así, con cervecita en mano me entretuve bastante, a pesar de no ser fan acérrimo de la banda o de la movida gótica en general. Creo que todos los presentes, que no eran muchos, calculo poco más de 500, disfrutaron y lo pasaron muy bien aunque seguramente quedando con gusto a poco por el lado de la performance sadomasoquista que, vuelvo a insistir, estuvo bastante más suave de lo que se esperaba.



viernes, octubre 27, 2006

Magnanimus en la Batuta

Review en www.grindermagazine.cl "Reviews Live"

miércoles, octubre 11, 2006

Anathema en Chile









Anathema
Martes 10 de Octubre de 2006
20:00 horas. Teatro Caupolicán
Cie
Si hay una banda que hace rato debió haber pasado por Chile esa banda es Anathema. Por fin tocó tierra chilena presentándose justo el mismo día que Robbie Williams ofrecía su súper hyper mega publicitado recital en el Estadio Nacional. Yo estaba chato con Robbie. Por todos lados lo asaltaban a uno con el famoso recital; desde los diarios, la radio e incluso la tele en sus estúpidos programas mañaneros. ¿Y Anathema? ¿Quién habla o escribe de Anathema? Nadie, excepto nosotros. Ni ahí con Robbie, y al igual que yo, seguramente cada una de las cerca de tres mil personas que repletaron el Caupolicán el día martes tampoco estaban ni ahí con Robbie. Por fin veríamos a Anathema, y vaya que había expectativas. Porque se trataba de la primera vez, y eso siempre le da un sabor especial a los recitales. ¿Quién hubiera pensado que los ingleses tocarían dos horas? Más encima con un sonido perfecto, cristalino, y sin ninguna falla. ¿Y quién hubiera pensado que incluso tocarían “A Dying Wish”?, esa excelente canción de The Silent Enigma y que se perfila como una de las mejores canciones en toda la discografía de la banda. Y fue casi al final. Yo quedé anonadado. Esperaba esa canción fervorosamente, más que ninguna otra, y sé que muchos otros también pensaban igual. Anathema dio en el gusto. Eso sí que Vincent Cavanagh cantó el famoso corte con la voz actual, extrañándose la voz más gutural de sus comienzos. ¡Pero qué importaba aquello! No faltó el tema y eso es lo importante. Más de alguno hubiese querido escuchar algo de Serenades, el primer disco, pero la banda al parecer no retrocede tanto. Como era de esperar el repertorio se enfocó mucho más en el disco Alternative 4 en adelante, aunque de Eternity quedamos todos alucinados con “Eternity Part III”, “Angelica” y “Hope”. Pero fueron cortes como “Shroud of False”, que partió la noche a eso de las 9:30 P.M., (casi una hora después de que los nacionales Bitterdusk hicieran su presentación), “Fragile Dreams” y “Lost Control”, de Alternative 4, que cautivaron más, en especial al público femenino, que no era escaso. “One Last Goodbye”, del disco Judgement, también hizo lo suyo.


En general el show no decayó en ningún momento, estando los presentes muy atentos a todo lo que estaba pasando arriba del escenario, sin importar si la canción era lenta, más rápida, o una mezcla de las dos cosas. “Panic”, de las rápidas, llegaría casi al final. Se prenden las luces y la banda interpreta un cover de una de las canciones más famosas de Pink Floyd. Entiendo lo de “Hope”, que es un cover de Roy Harper y David Gilmour, pero un tema de The Wall es otra cosa. Eso fue algo que no me esperaba, e incluso pienso que fue absolutamente innecesario. Es obvio que Anathema tiene mucha influencia de esa banda, pero a esta altura… no sé. Olvidándonos de lo último no creo que haya que hacer reparo alguno con respecto al show. Sí, la entrada estaba súper cara, pero aparte de eso, no hay nada que amerite mayor análisis. La presentación estuvo simplemente espectacular y valió la pena.




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lunes, octubre 09, 2006

Devil Driver en Chile















Domingo 8 de Octubre de 2006
Teatro Novedades
ExtraTours

Yo no había escuchado hablar de Devil Driver ni por si acaso hasta hace como una semana atrás. Por nombre me daban la impresión que se trataba de una banda heavy metal stoner media glam onda Jack Daniels, Harley Davidson, un montón de hierba y girls, girls, girls. Nada que ver. Esta banda, liderada por el ex vocalista de Coal Chamber Dez Fafara toca un estilo que a grandes rasgos podría ser catalogado como “Nü/Agro/Death Metal”. Pero en realidad da lo mismo como diablos cataloguemos a esta banda porque lo único importante es que son la cagada. Sé que a muchos sorprenderá saberlo, ya que Coal Chamber no es un nombre que esté en paz con las legiones metaleras que no toleran todo el movimiento agro, y muchos no querrán saber de nada que esté haciendo un ex miembro de esa banda, pero Devil Driver tiene dos discos que suenan más metal que la cresta y en vivo se puede apreciar muy bien que agro o no, Devil Driver machaca sin piedad y no tiene problemas con apretar su acelerador dando a algunos temas un feeling mucho más cercano al thrash y al death metal que al agro tantas veces mirado en menos. ¡Si incluso hay pinceladas black metal! Coal Chamber fue una cosa, Devil Driver es otra, siendo estos últimos mucho más agresivos que los primeros. Y esta mezcla de estilos resulta muy interesante ya que hace que la música pueda llegar a un amplio espectro de fanáticos, espectro que no se vio en la presentación en Chile, donde el público era mayoritariamente no superior a los quince años. Pero quizás con el paso del tiempo los demás se pondrán al día dándole a esta banda una más que merecida oportunidad.

Llegando apenas cinco minutos antes de que DD subiera al escenario, y habiéndome perdido todas las bandas locales que ya habían tocado, estaba con muchas ganas de ver estos tipos después de haber pasado por mis oídos los dos discos que tienen. ¿Serán tan buenos en vivo como en estudio? me preguntaba. Luego de ver el show tuve que responderme que definitivamente lo son, y que además tienen un nivel de energía arriba del escenario que resulta sorprendente. Yo no conocía mucho los temas, esa es la verdad, pero logré descifrar “I Could Care Less” y “Swing of the Dead”, del primer disco homónimo y aquél que logré asimilar mejor en el poco tiempo que tuve para cachar a la banda. Pero sin importar lo último me quedó más que claro que DD tiene todo lo que se necesita para hacer un show con clase. El único pero tendría que referirse al sonido, el que encontré excesivamente alto y agudo. Y aunque el show fue corto y más de alguno pudo haber quedado con gusto a poco con la hora clavada que tocó la banda, pienso que estuvo bien para tratarse de una banda bastante nueva y con sólo dos álbumes.

Con respecto a la respuesta del público, esta fue muy intensa, aunque controlada, con todo el mundo saltando como loco, algunos incluso dando demostraciones de patadas onda karateca mezclado con Capoeira. Una cosa muy rara, al menos para mí, ya que nunca antes había visto ese tipo de respuesta en el público. Yo cachaba los mosh, el headbanging y los stage diving, pero no los saltos con patadas. Como ven, todos los días se aprende algo nuevo.

Finalmente, les comento, que si vienen estos tipos de nuevo pretendo ir nuevamente porque en verdad que me sorprendieron de buena manera.


Dark Funeral en Chile


Dark Funeral
7 de Octubre 2006
Teatro Novedades
Cuando Masse Broberg, conocido también como Emperor Magus Caligula, interrumpió su diatriba satánica contra todo lo santo para decirle al público chileno que llevaba al país en el corazón mientras se acercaba una bandera chilena a su pecho, no es que cumpliera con un gesto de protocolo. Porque el malulo de Caligula tiene (o tuvo) esposa chilena en Suecia con la que tiene dos hijos. “Para mí estar en Chile es como estar en casa” nos contaría luego en backstage. Ciertamente. El próximo comercial de Cristal podría incluir la línea: “Y la mina del compadre de Dark Funeral… chilena po!!!”. Esa es la anécdota de una presentación que tuvo de todo, hasta combos. No sé si todos se dieron cuenta, pero al lado derecho de la cancha se produjo la tremenda gresca entre dos compadres que terminó con uno de ellos con la cara toda ensangrentada. Todo al son de la música infernal de Dark Funeral. Pero en realidad este fue un hecho aislado y lo suficientemente pequeño como para no empañar la chacal presentación de los suecos. Sonando mejor que la primera vez que tocaron en Chile en el Teatro Providencia, hace como tres años atrás, y sin problemas de sonido ni de fallas de instrumentos, la banda desencadenó en algo como una hora y cuarto parte de su arsenal más mortífero, empezando con el primer corte del último disco Attera Totus Sanctus. “King Antichrist” irrumpe en escena y de ahí para adelante una tras otra las canciones se sucedieron en un torbellino de brutalidad sónica que no paró en ningún momento, excepto, claro, para dar cabida a algunas palabras de agradecimiento y loa de parte de Caligula para con sus fans, fans que no pararon de vacilar cada una de las canciones, esas canciones que para los no entendidos podrían sonar todas iguales. Y aunque hay que saberse bastante bien los álbumes de DF para notar las sutiles diferencias entre tema y tema, Caligula nos daba una manito y anunciaba algunas canciones, como “The Secrets of the Black Arts”, “Vobiscum Satanas”, “The Arrival of Satan´s Empire”, “Hail Murder” y la magistral “Open the Gates”. Y por cada canción la respuesta del público no se hacía esperar, generándose no el típico mosh y headbanging, sino más bien algo así como una suerte de electricidad que tenía a todo el mundo un su lugar pero como electrocutándose. Es que la música de DF es tan rápida que casi no se puede seguir. Yo me imaginaba que cables con 10.000 voltios partían del escenario y la marea negra de la cancha reaccionaba con febril ímpetu. Intenso, sin lugar a dudas, y esperable. ¡Porque se trata de Dark Funeral! O sea, ¿qué esperaban? Y allí estaban, con sus caras pintadas y con esos trajes que los hacen ver como salidos de Mad Max o The Road Warrior. Si no cachan esas películas, véanlas. Y lo que más me impresionó a mí fue la voz de Caligula, que no sé cómo no se rompe las cuerdas vocales. Uno tras otro sus gritos AAAAAAAARRRRRRGGGGGHHHHHHHHH sonaban como si los estuviera emitiendo con la intención de grabarlos en estudio. Y algo de cierto puede haber en eso ya que según supimos la banda grabaría algunos temas para un nuevo DVD. Con o sin ese incentivo, Caligula, y por supuesto que el resto de la banda también, dieron un show de gran calidad y con profesionalismo a la altura de su popularidad. En realidad no hay nada que decir que vaya en la línea de una crítica, de un fastidioso “pero”, cosa que tampoco es la idea, ya que el show estuvo contundente. Algunos fans seguramente hubieran querido escuchar más canciones, que la banda estuviera sus dos horas arriba del escenario, pero el tipo de música de DF se aprecia y disfruta más en dosis pequeñas. Como un buen whisky, la botella completa te podría matar. Nadie murió anoche, pero de todas maneras el show estuvo simplemente asesino.
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sábado, septiembre 09, 2006

Slayer en Chile

Viernes 8 de Septiembre de 2006. 21:00 hrs.
Velódromo Estadio Nacional
Ver a Slayer siempre es cosa seria, si no pregúntenle a los pocos desafortunados que perdieron una zapatilla o ambas producto de los empujones y apretujones que comenzaron apenas empezó el show con casi 20 minutos de atraso. Yo estaba entrando al recinto más o menos a las nueve en punto y entiendo perfectamente el atraso. Resulta que cerca de las nueve aún quedaba mucha gente con entrada en las afueras y si el show hubiera empezado justo a la hora se hubieran producido desmanes más que seguro.

Comienza el fervor encolerizado después de la introducción de God Hates Us All y queda la cagada. La gente se vuelve loca. Los de menor estatura que están adelante se asfixian por la falta de aire fresco. Tom Araya y compañía paran un rato para darle a la gente un respiro. Mucha emoción, mucha adrenalina para diez mil personas amantes del metal en una de sus vertientes más agresivas. Además, y siempre se ha sabido, Slayer deja la cagada donde quiera que toquen. Recomendación: Hacerle un nudo ciego a las zapatillas, para no perderlas.

Un respiro y vuelve la locura, aunque más pausada. Ya pasó el susto inicial. La gente que se retiró hacia atrás vuelve al frente, como si se tratara de una guerra. ¡Hay que volver al campo de batalla! Porque eso es un recital de Slayer. ¡Una verdadera guerra! “War Ensemble”, “Die by the Sword”, “Cult”, del nuevo álbum, y uno que otro tema nuevo o al menos no tan clásico surca el aire enrarecido. Siguen los mosh, sigue el desorden, pero ahora más focalizado. Todo el mundo cabeceando y saltando, hasta el último compadre en la tribuna. Así, pasan sus buenos cuarenta minutos. De todo un poco. La segunda parte del show se aboca a lo absolutamente clásico. No falta “Postmortem” ni “Hell Awaits” ni “South of Heaven” Y una sorpresa agradable… “Chemical Warfare” del notable EP Haunting the Chapel”. Hacia el final, más locura colectiva con “Raining Blood” y no, esta vez sin sangre cayendo del cielo como se ve en el DVD. La banda vuelve y… claro, por supuesto, toca “Angel of Death”, canción que es algo así como el top hit de Slayer. Y el velódromo enloquece completamente. Y se acaba todo. Ya pasó Katrina pero a diferencia de ese huracán aquí nadie murió, pero quedaron heridos. La gente no se mueve y empieza a pifiar, pero pronto empieza la musiquita que dice “¡váyanse para la casa que el show terminó!”.

¡Uf! Intenso. Y bueno, como tiene que ser. Además a 17 lucas la entrada no podía ser de otra manera. Y con respecto al sonido, nada que decir, excepto que estuvo impecable, al igual que el juego de luces. Todo absolutamente profesional.

Esta fue la tercera visita de Slayer a Chile, más encima con Dave Lombardo en la batería, como en los viejos tiempos. Lástima que no dijera ni una sola palabra, al igual que King y Hanneman, ya que sólo Tom habla entremedio de las canciones, y bastante poco. Pero así es Slayer, nada de show extra, nada de solos de batería o guitarra, nada de “los de este lado digan yeah, y los de este otro digan yeah”. Como un huracán, Slayer, llega, destruye todo a su paso y desaparece dejando tras de sí solamente los rastros de su inmisericorde destrucción.
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miércoles, julio 19, 2006

Dio

Martes 18/07/2006
Estadio Víctor Jara
21:00 hrs.
Me da la impresión que Dio está quemando sus últimos cartuchos antes de retirarse. Puede que esté equivocado. ¿Pero acaso no resulta sospechoso que su última producción sea un álbum en vivo que lleva como título el nombre del primer disco? Buen gancho comercial, sin duda alguna, y del mismo modo como Pink Floyd toca el álbum Dark Side of the Moon completo en el disco Pulse, Ronnie James explota la misma idea y se manda completo el Holy Diver, aquel gran álbum del 83, en Holy Diver Live. Pero no así anoche, ya que sólo tocó cinco temas del primer álbum. Y esto fue algo decepcionante puesto que yo, y me imagino que muchos otros más, íbamos al recital con el ánimo de escuchar el disco entero. Dio no tocó "Caught in the Middle", "Straight Through the Heart", "Invisible" y "Shame on the Night". Extrañé esas canciones, y si Dio las hubiese tocado le hubiera dado a su tercera visita a nuestro país mayor valor agregado. Por otro lado, no faltaron buenas canciones de los otros dos álbumes imprescindibles, me refiero a The Last in Line y Dream Evil, saltándonos completamente Sacred Heart, aquel tercer álbum no muy convincente. Y ahí estuvieron en escena "We Rock", "The Last in Line", "Sunset Superman" y "All the Fools Sailed Away". Y eso es todo con respecto a Dio en su carrera solista propiamente tal. Como era obvio de esperar, Ronnie James volvió más hacia el pasado desempolvando viejos clásicos de las dos bandas donde hizo historia, Rainbow y Black Sabbath, deleitando al público con "Man on the Silver Mountain", "Long Live Rock ´N´Roll", "Heaven and Hell" y "Children of the Sea". Nada sorpresivo, sino más bien esperable, siendo "I" del disco Dehumanizer de Sabbath la única verdadera sorpresa del show.
En cuanto al sonido este estuvo bastante bueno, aunque al principio me dio la impresión que el bajo de Rudy Sarzo se escuchaba muy por encima de la guitarra de Craig Goldy. Sin embargo cuando ya todo estaba en orden se podían escuchar bastante bien los solos de guitarra. Goldy definitivamente le hizo justicia a esos maravillosos solos que Vivian Campbell compuso hace tanto tiempo. Excelente también estuvo la puesta en escena, agradeciéndose que el escenario estuviera enclavado hacia uno de los costados de las graderías, lo que permitía una visión completa desde cualquier lugar. Se agradece también el detalle del lienzo gigantesco de la carátula del primer disco. Sumado a eso un juego de luces espectacular y la voz de Dio que sigue manteniéndose como en los viejos tiempos, sin mostrar signos de deterioro, podemos dejar en claro que el show estuvo bueno. Quizá no muy sorpresivo, quizá hasta incluso predecible, pero bueno al fin y al cabo. ¿Volverá Dio a Chile de nuevo? Quien sabe, pero con este tercer show creo que Dio ya dijo todo lo que tenía que decir. Y si no es así, el tiempo lo dirá.

domingo, junio 11, 2006

Paradise Lost en Chile

Discotheque Blondie
Sábado 10 de Junio de 2006
20:00 hrs.
La primera visita de Paradise Lost a Chile ocurrió en septiembre de 1995 dentro del contexto del festival Monsters of Rock que se hizo en el Teatro Caupolicán. Tocaron la segunda de las dos noches que duró el evento, abriendo el show que seguía con Faith no More y luego con Ozzy Osbourne como plato de fondo. Memorable encuentro aquel. Recuerdo que ese día llegué atrasado, no me dejaron pasar a cancha porque no cabía un alma y me obligaron a subir a la galería. Paradise Lost ya llevaba tocando hace rato y apenas podía divisar el escenario ya que había mucha gente. Poco fue lo que disfruté de su presentación. Y considerando que todos mis amigos estaban en cancha, y no queriendo ver el resto del show a solas, me lancé desde la galería, como muchos otros, lamentablemente sufriendo un terrible accidente que me obligo acudir a la posta después de que Ozzy pegara su último alarido. Cuento corto: Me despellejé los dedos de la mano izquierda. Pero bueno, esa historia da para mucho. Y casi once años de todo aquello Paradise Lost volvía a Chile para presentarnos un show esta vez sin compartir escenario ni siquiera con un telonero. Para este segundo encuentro no me lanzaría de ninguna galería.

Se suponía que la presentación empezaba a las ocho. ¿Por qué tan temprano? Según supe, luego de Paradise había una fiesta en la disco que incluía una nueva presentación de René de la Vega. ¡Cómo para no perdérselo! Oh, Chica Rica. Jajajaja. En fin. El asunto es que de todas maneras hubo una hora de atraso.

Todo comenzó “Don´t Belong”, primer corte del último álbum. De ese disco también escuchamos “Grey”, “Redshift”, “Forever After” y “Over the Madness”. Pero claramente el público disfruto mayormente con los clásicos de siempre, especialmente con los de los discos Draconian Times y One Second. Escuchamos “Hallowed Land”, “Embers Fire”, “As I Die”, “True Belief”, “One Second”, “Say Just Words”, “The Last Time” y otras excelentes canciones del extenso repertorio del grupo.

La sorpresa de la noche fue el corte “Sweetness”, tema que originalmente aparece en el EP Seals the Sense de 1994 y que pertenece al álbum Icon. Posteriormente volvió a aparecer en el box-set The Singles Collection. Gran tema. De lo que no escuchamos nada -y era de suponer que así fuese- fue de los dos primeros álbumes, los míticos Lost Paradise y Gothic. Y para mí, y me imagino que para muchos, fue una lástima. Pero estábamos avisados. La banda ya no toca canciones de esos discos. Es una pena. Yo entiendo perfectamente que la banda haya ido cambiando su enfoque musical desde el tercer álbum de estudio y que el elemento death metal de voz gutural, y que ni siquiera lo era tanto, fuera borrado de la propuesta estilística, pero no veo razón alguna para hacer como si los dos primeros álbumes nunca existieron. O sea, son parte de la banda, y más encima a mucha gente le gustan esos discos. ¿Por qué diablos no tocar un par de temas del Gothic simplemente por que sí y por la pura buena onda? Pero bueno, Paradise Lost no vuelve tan atrás en su discografía y no hay mucho que podamos hacer al respecto. Aparte de esos dos álbumes tampoco escuchamos nada de Believe in Nothing, pero sí del vapuleado Host, ese disco acusado de ser muy tecno y muy Depeche Mode. De ahí escuchamos “So Much is Lost”. Y de los demás discos la banda lanzó un par de temas. No fue extraño comprobar que la mejor respuesta fue con las canciones de los ábumes Draconian Times y One Second, que claramente se perfilan como los favoritos de la segunda etapa de la banda. Buen repertorio, sin lugar a dudas.

Temas más, temas menos, lo bueno es que la banda sonó absolutamente espectacular, con gran potencia y claridad. La guitarra de Gregory Mackintosh sonaba nítida, el bajo de Stephen Edmondson como un trueno y el nuevo baterista Jeff Singer no tuvo problemas, al igual que el guitarrista rítmico Aaron Aedy. Y aunque yo consideré que cantó muy bien, algunos estimaron que la voz de Nick Holmes se perdía a tiempos. Yo creo que dependía desde dónde se apreciaba. Si uno estaba demasiado cerca al escenario se perdía algo de nitidez y claridad en el sonido tanto de la voz como de los instrumentos, mejorándose si es que se apreciaba el show desde un poco más lejos. Cuestión de acústica me imagino.

Lo que sí no me pareció bien fue el uso de sampler para las bases de teclado. Nunca me ha gustado ese recurso tecnológico, especialmente cuando los teclados son un elemento importante dentro de la melodía de una canción, como ocurre con Paradise Lost. Un par de notas en teclado, la gente se vuelve loca, pero resulta que nadie está tocando nada. Siempre aprecio mucho más a las bandas que se la juegan por tener a un tipo que aunque no haga mucho toque esas notas en vivo. De todas maneras los fans al parecer no repararon mucho en este detalle, siendo muy complacientes durante el transcurso de la cerca de hora y media que duró todo.

Con respecto al público, este estaba muy tranquilo. En realidad este ha sido uno de los recitales más tranquilos a los que he ido, y se entiende, ya que Paradise Lost es una banda que atrapa a su público por el lado de la melancolía y la atmósfera, sin necesidad de violencia sonora. Eso es algo que los fans comprenden muy bien, y los muchos que acudieron a verlos se dejaron encandilar con la sutileza y agresión controlada de una banda que no por nada es considerada junto con Anathema y My Dying Bride como los grandes del Doom. Ya no están muy Doom, cierto, pero su cualidad de pionera siempre será respetada, aunque no toquen canciones del Gothic. No me quejo. Este show estuvo a la altura de lo que se espera de una banda de renombre.

domingo, mayo 14, 2006

Criminal en Chile

Criminal - Ratzinger - Cinical
Sábado 13 de Mayo de 2006. 20:00hrs.
Teatro Caupolicán.
Cinical es un trío mendocino formado en 1998 que tiene dos producciones donde ha estado involucrado Rodrigo Contreras, de Criminal, como productor. Han tocado en Santiago anteriormente, pero al menos para mí, la banda me es completamente nueva. Ellos se encargaron de abrir el show y estuvieron arriba del escenario casi una hora mostrando su poder sónico con un volumen quizás un poco demasiado alto. Ni Ratzinger, que vino después, o Criminal, sonaron tan fuerte. De todas maneras lograron ganarse al público chileno y hacerse respetar, especialmente después de que el vocalista increpara a uno de los pocos que aún quedan en el medio que gustan de lanzar escupitajos al escenario. Pero lo más notable vino casi al final, cuando preguntaron a los concurrentes si les gustaba Fear Factory y si había alguien que se animara a subir al escenario para cantar una canción. Y se subió un compadre que lo hizo bastante bien. No sé si eso estaba arreglado o no, pero de todas maneras fue simpático y le dio al show mayor realce. Yo no había escuchado nunca nada de esta banda, pero creo que hacen un metal con posibilidades de proyección internacional, crudo y moderno. Lo único que empañó la presentación fue el volumen tan alto que saturaba las canciones y torturaba los tímpanos.

La presentación de Ratzinger fue también para mí algo nuevo. Nunca antes había escuchado hablar de esta banda de nombre tan particular, pero investigando supe que ya habían tocado con Cinical en un festival metalero que se hizo en Mendoza en abril. La banda también es un trío y hacen un metal moderno cargado de temáticas relacionadas con política internacional. El lienzo que mostraba a una de la Torres Gemelas con un avión a punto de estrellarse, más la aparición en escena con pasa montañas dejaba en claro que los tipos tenían un mensaje absolutamente actual y vigente sobre nuestros convulsionados tiempos. Y entre las canciones, su vocalista, que además era uno de los organizadores del evento, trataba de animar al público que lamentablemente los recibió con algo de frialdad. Desde luego, manteniéndose respetuoso, pero sin realmente vacilar la música, propuesta que en algunas partes se asemejaba al estilo de Criminal.

Criminal, banda que continúa siendo liderada por sus fundadores Anton Reisenegger y Rodrigo Contreras, llegaba para presentar su nuevo álbum "Sicario", quinta placa de estudio y trabajo que ha sido recibido muy positivamente por la prensa especializada. Incluso fue elegido uno de los mejores álbumes del 2005 por Terrorizer, afamada publicación metalera. Y aunque la placa fue grabada con el bajista clásico, Juan Francisco Cueto, el ya no es parte del line-up siendo reemplazado por Staff Glover, bajista que ya había participado con Criminal anteriormente. No me convenció mucho Glover, que estaba muy estático arriba del escenario, pero por otro lado, Zac O´Neil le daba a la batería como un verdadero demonio, demostrando ser un excelente aporte.
Y empezando con "Rise and Fall", del nuevo disco, el cuarteto se paseó por su discografía tocando canciones de todos los álbumes, especialmente del último, del cuál también tocaron "Walking Dead", "The Root of All Evil" y "The Land God Forgot" y del primero, el grandioso Victimized. De lo que no tocaron nada fue de la clásica banda Pentagram, tal como había prometido Anton en la conferencia de prensa. Y se entiende. Con ya cinco álbumes de estudio hay suficiente material como para abocarse exclusivamente a los temas de Criminal sin tener que repasar las míticas canciones de la ex banda de Anton. De todas maneras, quizás en otra oportunidad toquen algunas de esas canciones, aunque sea para la pura buena onda.

La presentación estuvo buena, con el sonido perfecto, no tan abrumador como Cinical, sino que justo en el punto de inflexión, lamentándose solamente dos oportunidades en que hubo un relleno mientras se arreglaba, al parecer, un problema con la batería. Pero aparte de eso el show estuvo a la altura de la banda, escuchándose claramente cada uno de los instrumentos y desatándose la mejor respuesta en el público (unos 1200 metaleros) con los clásicos "Self Destruction", "New Disorder" y "Scapegoat".

He visto a Criminal innumerables veces y esta vez volví a quedar gratamente sorprendido por el nivel que ha alcanzado la banda. La guinda de la torta hubiera sido algo de pirotecnia como esa vez que les abrió nada menos que Napalm Death en el Victor Jara (ex Estadio Chile), pero aún sin eso el show fue contundente, a pesar de que no hubiese estado mal que durara un par de temas más.
P.D. : ¡Menos mal que al final Anton no lanzó su lata de cerveza con más fuerza porque estuvo muy cerca de darle a la mesa de sonido! Por suerte no pasó nada.

jueves, abril 20, 2006

Destruction en Chile

Destruction - Nuclear
Miércoles 19 de abril de 2006
Teatro Novedades. 20:00 horas
Al igual que los otros titanes del thrash alemán, Kreator, Destruction ha visitado Chile cuatro veces. Esta vez, como cabezas de cartel, razón por la cual, me imagino, pudieron darse el lujo de tocar no menos de una hora y cuarenta minutos en la que ha sido la presentación más extensa de los germanos por estos lares. Lástima que no se hizo el show prometido para Concepción, nuevamente siendo defraudados leales thrashers, muchos de los cuales no pueden venir a Santiago de un día para otro. Pero bueno, cancelaciones han ocurrido ya con anterioridad con demasiada frecuencia. Y es una lata.

Nuclear partió el asunto anoche con su thrash al más puro estilo Dark Angel, Forbidden, Destruction, todo mezclado. Esas bandas se me vinieron a la mente inmediatamente. Y me quedó claro que la intención de la banda no es hacer nada nuevo, pero sí rendir tributo al siempre poderoso thrash metal que hoy por hoy vive opacado por las nuevas tendencias más extremas. Pero para los que vivimos la época del thrash, nunca está demás remembrar aquellos gloriosos años, y Nuclear (Destruction también) sin lugar a dudas fue como una vuelta al pasado, a esos recitales del Manuel Plaza, a toda esa onda, cuando nadie se imaginaba que iba a llegar el día en que bajaríamos música por Internet. ¡Otros tiempos! Y aquí viene lo curioso del asunto. ¿Dónde estaban los thrashers de antaño? Yo vi unos cuantos, pero pocos, porque el grueso del público estaba entre los trece y los veinte y algo. Quizás maduraron y yo no lo hice. Jajaja. ¿Podrá esta nueva camada de metaleros resucitar el thrash? Quien sabe. Pero filo, analizar sociologicamente el metal da para mucho y no es la finalidad ahora.

Destruction partió su asalto lamentablemente sin sonar muy bien, arreglándose el sonido en el camino, aunque encontré que el volumen no estaba muy alto, como que le faltaba más power al asunto. Aquello pareció no importarle mucho al público, unas trescientas personas, porque pronto comenzaron los mosh en la cancha, de esos mosh que no veía hace rato. Y uno tras uno la banda lanzó a la parrilla sus eternos clásicos, como “Eternal Ban”, “Confused Mind” y “Life Without Sense”, muy de vez en cuando tocando temas más actuales, como “Metal Discharge” y “Desecrators of the New Age”, del disco Metal Discharge, que igual no calentaron mucho. Y del último, Inventor of Evil, no escuchamos gran cosa, ya que casi todo se enfocó en los clásicos, esos clásicos eternos. ¡Puta si yo escuchaba el Infernal Overkill el 85 en mi personal estéreo! De ese disco tocaron “Invincible Force”, “Tormentor”, el genial instrumental “Thrash Attack” y la canción favorita de los fans, la que no puede faltar, por supuesto, ¡”Bestial Invasion”! Cada uno de esos cortes logró la más fervorosa recepción, lo que demuestra que a pesar de sus años siguen manteniendo intacta su fuerza vital. Definitivamente Classic Thrash. Y hubo más, ¿pero para qué nombrar todas las canciones?

La única lata, y me ha pasado siempre con los shows de Destruction, es lo siguiente. Las viejas canciones originalmente vienen grabadas con dos guitarras, aunque Mike Sifringer las haya grabado todas, entonces cuando toca los solos se pierde el poder de la guitarra rítmica, que desaparece, haciendo que se pierda el hilo que mantiene a las canciones con la estructura original. Chequeen el disco Live Without Sense y me van a cachar. Allí la banda toca a dos guitarras en vivo.

Aparte de lo último, no tengo quejas sobre el show, pero quiero decirles lo que dijo Schmier en una de sus intervenciones, por si alguien entendió lo contrario. En una parte dijo: “cuando empezamos por allá en el 84 nunca se nos pasó por la mente que iríamos a tocar a Chile, pero ya es nuestra cuarta vez aquí. Cuando empezamos con esto la gente nos tiraba mierda y nos decía que el heavy metal no tenía futuro, que era una mierda de música, pero miren, han pasado más de veinte años y aquí estamos pasándolo la raja.” Quise comentarles eso porque pienso que refleja mucho el espíritu de la banda y porque seguramente todos nosotros en algún momento de nuestras vidas hemos tenido gente que nos ha dicho que estamos mal, que nuestra parada esta mal, que estamos equivocados. Así que ya saben, hay que mantenerse fiel con las cosas en las que uno cree. Thrash ´Till Death, por supuesto.

jueves, abril 13, 2006

Bitterdusk - Mar de Grises

Miércoles 12 de abril de 2006
La Batuta.
Si revisan el resto de recitales que comento en este blog apropiadamente llamado "Recitales en Chile" se darán cuenta de tres cosas: 1. Que al menos un recital no fue en Chile, 2. Que la gama de recitales es bien variado y que no todos son de bandas metaleras (considérenme ecléctico) y 3. Que no hay comentarios sobre recitales exclusivamente de bandas chilenas. Con respecto al punto 3 eso ha de cambiar hoy, con la recensión de las presentaciones ofrecidas anoche de dos bandas que están dando que hablar dentro del Doom tanto nacional como foráneo, en especial Mar de Grises. Y si antes no había comentado sobre bandas locales era básicamente porque no me había decidido hacerlo, porque simplemente no se me había ocurrido y por la dificultad inherente imbuida en el proceso de calificar trabajos de compatriotas y de gente que uno incluso conoce y con la cual se ha compartido en momentos de distensión, llámese carrete. Pretenderé, como es mi meta última, ser absolutamente objetivo dentro de la obvia subjetividad de la apreciación músical. Vamos al asunto.

Anoche entré a La Batuta momentos después de que Bitterdusk comenzara su presentación a eso de las once de la noche. No había visto a esta banda antes, ni siquiera cuando telonearon a Moonspell. Me perdí eso. En fin. Lo primero que me llamó la atención, aparte del enrejado que circunda el escenario, me imagino, para resguardo de los equipos, fue el excelente sonido. Definitivamente La Batuta la lleva en este aspecto, haciendo que prácticamente sea inadmisible sonar mal para cualquier banda. Lo segundo fue que a pesar de ser concocidos por tocar "Doom" o "Gothic Metal", yo encontré que la banda tenía una onda inspirada igualmente de actos más rockeros y stoner, onda Queens of the Stone Age, por supuesto matizado con el feeling doom. Porque Bitterdusk no es para nada tan deprimente o maliciosamente oscura como otras agrupaciones. Claro, las partes lentas son dolidas y sentidas, pero cuando la banda rockea, rockea de verdad, generándose en esta ambivalencia uno de los mayores atractivos del grupo. Al verlos y escucharlos ciertamente se me venían a la mente clásicos nombres como Paradise Lost, Anathema, Katatonia y My Dying Bride, cado uno aportanto la influencia correspondiente, pero la mezcla de temas cantados tanto en español como inglés le da un sello distintivo, al igual que la voz de su vocalista, atípica dentro del doom. Buen show, buen sonido y en la hora que la banda tocó dejó una buena impresión en todos los "doomers" congregados.

Había mucha expectación por ver a Mar de Grises. Después del exitoso tour europeo que les permitió hacerse conocidos en tierras tan lejanas, la excelente respuesta del underground mundial por el debut editado por Firebox Records, The Tatterdemalion Express, y la salida del vocalista y tecladista original Marcelo Rodriguez, era natural que la hubiera, en especial en relación a lo último. Y anoche la banda aprovechó para presentar a los nuevos integrantes tanto en voces como teclados.

Lo que más me llamó la atención fue la voz más brutal y desgarrada del nuevo vocalista. Indudablemente con un estilo más pesado que su antecesor, lo que hacía que las canciones cobraran mayor peso, o al menos sonaran distintas, más death metal. Y en la canción nueva "Summon Me" se notó claramente un mayor protagonismo vocal. Recordemos que Mar de Grises es incuestionablemente instrumental en muchos pasajes, siendo las voces un elemento importante, pero que puede estar ausente por varios minutos mientras la banda recrea sus desolados parajes sónicos atmosféricos y ambientales; uno de sus sellos distintivos. En todo caso, anoche el nuevo vocalista no escatimó esfuerzos por demostrar que su inclusión ha sido, desde luego, acertada. En relación al nuevo tecladista, me pareció que cumplió con creces con su tarea, para nada menor, porque esta banda depende bastante de los teclados para generar toda esa onda mística y desolada tan propia del Doom.

Otra cosa interesante fue el juego multimedia, ahí con el fondo recreando visiones ad-hoc a la música. Esto, junto con el buen sonido y la buena acústica, hacían que en los momentos más ambientales uno realmente entrara como a volarse con el asunto. Pensaba en Shape of Despair como influencia obvia, y Anathema se me venía a la mente en las partes más aguerridas, pero del Anathema época The Silent Enigma. Pero lo que sí encontré realmente innovador, al menos en Doom, fue la inclusión de cacofonías en la canción "To See Saturn Fall", al más frenético estilo del músico clásico Karl Heinz Stockhausen, aunque Stockhausen no usaba guitarras.

Aparte de los temas ya mencionados, no faltaron "Storm", "Recklessness", "El Otro" y "For An Eternity", completando así la presentación de escasos seis temas, lo que no dice nada con respecto a la duración del recital, porque Mar de Grises no es una banda para gente impaciente acostumbrada a las canciones de menos de cuatro minutos. Y esto es lo más interesante de esta banda, la capacidad única que tiene de poder extenderse hasta por diez minutos sin aburrir a su público. Destacable.

domingo, marzo 26, 2006

Deep Purple en Chile

Deep Purple – De Saloon
Sábado 25 de Marzo de 2006
Pista Atlética Estadio Nacional
20:00 hrs
.
La tercera visita de Deep Purple a nuestro país cayó dentro de las tres noches de Cristal en Vivo, en las cuales hubo de todo, incluyendo el primer día bandas tributos a Rush, Pink Floyd y Queen. Y comprando un pack promocional de la cerveza en un supermercado se podía comprar la entrada a mitad de precio para cualquiera de las noches. Nada mal.

Mi razón de peso para acudir a este recital fue más que nada como para sacarme el empacho por no haber asistido las dos veces anteriores, porque, seré sincero, estoy algo cansado ya de tantos clásicos y de bandas que no mueren nunca. En fin. La primera visita de la banda fue en Febrero de 1997. El recital fue en el Estadio Santa Laura. Y aunque yo tenía mi entrada no pude entrar debido a graves problemas de organización que dejaron a muchos afuera. El nefasto broche de oro fue la caída de la torre de sonido al comienzo del show, que dejó varios heridos. La noticia recorrió el mundo. La banda tocó igual, aunque con sonido muy deficiente según supe. La segunda visita fue hace un par de años y allí no fui porque simplemente no me interesé, así que aproveché esta tercera vez para ver a los legendarios Purple antes de que jubilen.

Llegué a la Pista Atlética muy justo en la hora. No vi a De Saloon. Y cuando apenas llevaba diez pasos dentro el show comenzó. “Pictures of Home” comenzaba el set, del insuperable Machine Head. Un clásico para entusiasmar a los más de quince mil espectadores que definitivamente no estaban allí para De Saloon. Ya al segundo corte las canciones no fueron muy conocidas, y aunque la gente disfrutaba del show no había gran ovación por cortes como “Wrong Man” o “Before Time Began”, ambas del último disco Rapture of the Deep, aparecido en Noviembre del 2005.

Recién en la segunda parte del show el espectáculo tomó vuelo, sin que faltaran las acrobacias en la guitarra de Steve Morse, que definitivamente reemplaza a Ritchie Blackmore con maestría y las de Don Airey, un tecladista tan o más excelso que Jon Lord y que a grabado con insignes nombres como Ozzy, Rainbow y otros. Pero fue cuando la banda se fue derechamente a los clásicos ultra conocidos que la fiesta se animó. No estuvieron todos, pero sí los inmortales temas del Machine Head: “Lazy”, “Space Truckin´”, “Highway Star” y la un millón de ves escuchada “Smoke on the Water”. Este último dio pie al primer y único bis. Deep volvió para tocar “Hush”, aquella memorable canción del primer álbum Shades of Deep Purple finalizando la velada con “Black Night”, aquella canción single que no aparece en ningún álbum de estudio oficial. Tampoco faltó “Perfect Strangers”, pero no tocaron “Child in Time” ni “Burn”. De seguro muchos las extrañaron.

En cuanto a la parte técnica, el sonido del espectáculo estuvo a la altura de la banda, aunque sin mucho volumen. Ni una falla. Todo absolutamente perfecto, aunque hacia la izquierda del escenario se producía gran eco por las murallas del polideportivo emplazado allí. Mucho mejor se escuchaba en cualquier parte menos allí. Ian Gillan cantó las canciones como si el tiempo no pasara, sorprendiéndome cuan parecido sonaba a los registros de estudio. Ya no tiene la chasca de antaño, pero canta excelente. Roger Glover se manejaba con el bajo como si nada. Ian Paice, que es el único miembro original que queda de la banda, demostró estar aún en forma, y en general la banda no se vio para nada obsoleta y sin fuerza. Es increíble pensar que en 2008 se cumplirán 40 años desde que la banda se formó, y allí está hoy en día con gran profesionalismo y una capacidad de convocatoria realmente increíble que abarca un amplio espectro de personas. Me llamó la atención que hubiesen tantos niños, muchos de ellos con sus padres, y en general mucha gente joven. Claro, también estaban los viejos rockeros, pero no eran mayoría. A mí me dio la impresión de que es precisamente la gente joven la que está revalorando a los clásicos y que los viejos a estas alturas ya están cansados de escuchar las mismas canciones de siempre. Es, en todo caso, muy entendible aquello.

No puedo comparar el show con las presentaciones anteriores, pero puedo decir que este recital fue lo que esperaba, o sea, sin grandes sorpresas y abocado a lo clásico. Y en sus casi dos horas no fue jamás electrizante, pero al menos yo ya me saqué el empacho.

lunes, marzo 20, 2006

Kreator en Chile 1992


Kreator en Chile ´92
Santiago
Estadio Chile (Actual Estadio Víctor Jara)
11 de Abril de 1992

Este fue el primer recital metalero de una banda influyente e importante dentro del metal. Antes había venido Vulcano, de Brasil, pero aquello no puede ser comparado con la visita de los alemanes, quienes luego vendrían tres veces más. Kreator en Chile en el 92 fue el puntapié inicial a una larga lista de visitas internacionales que no para hasta el día de hoy. Asistieron alrededor de cuatro mil personas, posiblemente más, y quienes estuvimos allí sabemos lo importante que fue el recital. No lo sabíamos en la época. Nadie lo sabía.

Recuerdo que las entradas las vendían en Rock Shop. Esta era una tienda de discos metaleros que estaba en el Paseo Las Palmas. Era uno de los pocos lugares donde se podían comprar discos vinilos o compacts, y ellos vendían las copias americanas o europeas que eran la raja. Y sí, eran caros, pero uno se desangraba juntando peso a peso los vueltos del pan y al final los discos salían. Además, la tienda era el epicentro del poderoso movimiento thrash metal de mediados de los ochenta. Y aunque ya en el 92 el apogeo había pasado, algunos metaleros y thrashers seguían juntándose en Las Palmas a intercambiar discos con otros de similares gustos musicales al igual que en años anteriores. Ya nada de eso existe desde hace bastante tiempo. En esa época no había Internet, no había celulares, la música se conseguía y compartía a través de cassettes, a veces muy mal grabados, dentro de la red de amigos. Por suerte la Radio Tiempo 95.9 con Jorge Aedo tenían "Música a otro nivel" programa semanal de una hora donde tocaban discos completos de thrash. Uno los grababa religiosamente. Ahora todo el mundo o baja su música o la compra, pero el sentimiento de tribu claramente ya no existe. Ahora intercambiamos mp3 y todo el mundo tiene acceso a todo. Mucha información, aunque me atrevo decir que cada vez hay menos feeling.

El día que compré la entrada llegué a Rock Shop, pasé las lucas y me pidieron mis datos, anotando en un libro mi nombre, apellido y rut. Todo el mundo fichado. ¿Que onda? me decía a mi mismo. Como era primera vez que se hacía un recital de la envergadura de Kreator me imagino que la gente organizadora tenía sus muy fundados miedos de que quedara la cagada (como eventualmente pasó) y por eso el fichaje. Compré cancha a seis lucas. Creo que galería estaba a dos mil quinientos. Barato, incluso para la época.

Cuando llegó el día del evento, que casualmente fue el día después de mi cumpleaños, llegué a la Estación Unión Latino Americana del Metro para juntarme allí con un amigo. Mientras esperaba fui a ver que onda a las afueras del estadio y ya se veía mucha gente, algunos con pintas como sacados de Mad Max o The Road Warrior. Algunos tipos con cadenas, muñequeras con puntas, muchos thrashers con los pantalones rajados, las clásicas zapatillas blancas, la polera de Slayer. Yo fui con la también clásica chaqueta de mezclilla. Todo el mundo vestido para la ocasión.

No me acuerdo a que hora empezó el recital, tampoco si hubo atrasos, ni tampoco que canciones tocó Criminal, que tuvo el honor de telonear a los grandes Kreator. Lo que sí recuerdo es que cuando Mille Petrozza y compañía salieron al escenario quedó la cagada. La gente se volvió loca. Los mosh no tardaron, y por todos lados los chascones no dejaban de cabecear. En la cancha se movía un mar de gente y se hacía difícil avanzar hasta las cercanías del escenario. Al final yo y mi amigo decidimos quedarnos atrás y ver el show y la cagada que empezaba a tejerse adelante. De repente se rompe la línea de seguridad. Unos tipos empiezan a encaramarse por los costados del proscenio. Al rato hay gente arriba del escenario. Un tipo se sube, le da un beso en la mejilla a Petrozza y luego hace un stage-diving. De a poco el escenario se empieza a atestar de gente. Hay gente al frente y a los lados. Estamos hablando de una veintena o más de sujetos. A los músicos ahora se les ve sólo la cabeza. El juego de luces está bueno. El show sigue. No recuerdo el setlist. Pero sí que tocaron "Pleasure to Kill". Gran tema. Abajo la gente sigue saltando y sigue mosheando frenéticamente. Los de la cancha ya no estamos viendo mucho de nada. Un idiota toma un palo y lo lanza hacia los músicos. Mille agacha la cabeza y se salva del garrotazo. El show no puede seguir. Las condiciones no están dadas para que se garantice la seguridad. Es absolutamente entendible. Se prenden las luces. El show terminó. Duró alrededor de veinticinco minutos. Parece que UCV Televisión lo grabó. Hay que irse para la casa o a la schopería más cercana a comentar el recital.

No recuerdo haber salido triste o enojado por la presentación del show, a pesar de su extremadamente corta duración. Claramente no había sido lo que uno esperaba, pero era el primer show thrash internacional y podía pasar cualquier cosa. Uno como que asumía aquello y se conformaba. Además, que diablos se podía hacer. Nada. Y hay que situarse en la época. Como primer recital thrash importante las expectativas estaban muy altas. No sólo fue al show cada uno de los metaleros de corazón sino que un montón de otra gente que más que ir a ver un espectáculo fue a dejar la cagada, literalmente. Se trataba de algo nuevo y no faltaron los curiosos ajenos a la movida metalera que pensaron que ir sería "cool". Claro que hay que comprender que Chile estaba recién saliendo de la represión y había mucha de ella todavía contenida. Ver a una banda como Kreator era desde luego una válvula de escape no sólo para metaleros sino que para cada espíritu oprimido con tantos años de dictadura. Aquella descarga fue exagerada, ya que hizo que el show se detuviera, pero también es cierto que nunca más se volvió a ver en Chile un recital tan chacal ni tan peligroso.

Van a ser catorce años de aquel recital. El tiempo pasa para todos. Kreator sigue tocando, sigue sacando álbumes. Desde el 92 he ido a muchos recitales, comentado varios, pero este será por siempre uno de los más significativos al menos para mí. Estoy seguro que para muchos también.

¿Alguien tiene el setlist?

viernes, marzo 10, 2006

Judas Priest en Chile

JUDAS PRIEST - WHITESNAKE - RATA BLANCA
Festival Monsters of Rock
Martes 13 de Septiembre de 2005. 19:30 horas
Pista Atlética Estadio Nacional
CIE Producciones
Por fin el anhelo de muchos -me incluyo- se hizo realidad. Finalmente Judas Priest tocaría en vivo para sus miles de fans aquí en Chile. Definitivamente, no se trataba de un recital más, sino de algo de mucho mayor alcance de lo que se podría sospechar a primera vista. En mi caso particular, la cita con Judas era algo que no me hubiera perdido por nada del mundo. Primero, porque nunca antes había visto a Judas y segundo porque se trataba de una banda crucial para mí. El álbum de 1984 "Defenders of the Faith" fue uno de los primeros vinilos que compré. Marcó mis gustos musicales de ahí en adelante, convirtiéndome en un acérrimo amante del metal. Entenderán entonces que ir a ver a Judas no era algo para tomarse a la ligera. No podía faltar. Y seré muy sincero con ustedes, pero lo cierto es que no estaba ni siquiera un poco interesado por las presentaciones de Rata Blanca y Whitesnake. A Rata Blanca ya la había visto unas cinco veces anteriormente, y Whitesnake no despertaba en mí ni el más mínimo interés ya que su hard rock glam nunca ha sido algo que me vuelva loco. Quizás, en otro contexto, no al lado de Judas Priest, mi apreciación hubiera sido otra, porque nadie puede negar que Rata Blanca y Whitesnake son excelentes bandas, pero el interés, sin duda, y creo hablar por muchos, estaba puesto en los legendarios Judas.

Rata Blanca abrió el show mostrando su talento en tan sólo unos cuarenta minutos. Tal como dijo su vocalista Adrian Barilari, no había tiempo para más, por tanto poco o nada iban a mostrar de su álbum 2005, La Llave de la Puerta Secreta. Como era de esperar, los momentos álgidos de la algo tibia presentación fueron a la par con las canciones "La Leyenda del Hada y el Mago", "Haz tu Jugada", ambas del disco Magos, Espadas y Rosas y "Highway Star", cover de Deep Purple.

Whitesnake tocó un poco más que Rata Blanca, extendiéndose como una hora. Su presentación estuvo mejor que la de Rata, y podemos decir sin temor a equivocarnos que la serpiente blanca se comió al ratón blanco.

David Coverdale y compañía desempolvaron viejos pero inmortales clásicos, incluyendo el cover de Deep Purple "Burn", que empezó la presentación. Buena cosa que Judas no hizo ningún cover de los Purple. Por supuesto que tampoco podían faltar "Still of the Night", "Here I go Again", y la súper melosa, súper pop, sugar coated, "Is This Love", canciones que lograron una buena respuesta del público, pero que no encajaban para nada con lo que pronto ascendería desde los abismos del infierno. (Algo de poesía metalera, jajaja) Ciertamente un preludio demasiado "pop" para esperar al Dios del Metal, Rob Halford. ¿Autoproclamado? Si hubiera sido por mí, y rara vez sucede que las cosas se hagan a mi pinta, hubiera puesto a Saxon, banda que definitivamente es más metal que Whitesnake y también un "Monstruo del Rock". Lo mejor de la presentación de Whitesnake fue "Crying in the Rain".

A eso de las diez de la noche apareció lo que la mayoría de los cerca de quince mil espectadores esperaba ansiosamente ver, Judas Priest en vivo, con su formación casi clásica. Digo "clásica" porque el baterista Dave Holland, quien grabó grandes clásicos de la banda, ya no está, siendo su reemplazante desde el álbum Painkiller, Scott Travis. Un más que digno y competente sucesor. Dave, por ahora, está con problemas con la ley debido a un lamentable hecho delictivo.

Así, Travis, K.K. Downing y Glen Tipton en las guitarras, Ian Hill en bajo y Rob Halford de vuelta en las voces, irrumpieron en escena comenzando con "Electric Eye" en medio de la expectación colectiva de una masa sumida en la locura. Allí estaban, por fin, como si los años nunca hubiesen pasado, los míticos Judas Priest. Verdaderamente un emocionante momento histórico difícil de borrar. "Metal Gods" prosiguió en la senda de clásicos, seguido de "Riding on the Wind", "Touch ef Evil" -no tan clásica- y la inevitable, y posiblemente insufrible "Breaking the Law". Aquella, la canción más universalmente conocida de Judas Priest, que aunque a muchos gusta, a otros tantos aburre debido a su sobre exposición.

Pero no todo fue recuerdos de momentos de añoranza ¡cuando éramos unos imberbes jóvenes ilusos llenos de ilusiones! Sin miedo, y como queriendo decir:"Nosotros somos una banda vigente y no vivimos exclusivamente del pasado" Priest lanzó a la parrilla cuatro canciones de su nuevo álbum Angel of Retribution. Estas fueron "Judas is Rising", "Deal With the Devil", "Revolution" y "Hellrider", canciones que lograron captar la atención del público tanto como las clásicas aunque el peak sin lugar a dudas fue cuando se escuchó "Painkiller", generando el desorden colectivo. Los momentos más pausados, pero no menos intensos, vinieron de la mano del cover de Joan Baez "Diamonds and Rust", de "Beyond the Realms of Death" y de "Victim of Changes". Los momentos más comerciales se vivieron con "I´m a Rocker" y "Turbo Lover". Las otras canciones que escuchamos fueron: "Hell Bent for Leather", "Living After Midnight" y "You´ve Got Another Thing Comin´". Esta última terminó las casi dos horas de show.

Lo mejor de todo fue que el sonido estuvo espectacular, al igual que la escenografía. Ni la moto Harley-Davidson faltó. Aquello fue un gesto importante puesto que demostraba que el show presentado no difería de los hechos en otras latitudes. Y en cuanto a la interpretación de las canciones, ¡qué puedo decir!, simplemente que fue una demostración excelsa de que para estos músicos las canciones son ya parte de ellos mismos. Los solos de guitarra, tan importantes en Judas, sonaron con convicción y con tal soltura que parecían fáciles. Difícil resulta encontrar puntos débiles en la presentación, aunque siendo estrictos, habría que confesar que Rob Halford, a pesar de cantar bien, ya no tiene el registro de antaño, cuando alcanzaba notas altas como si nada. Y claro, además, faltaron canciones memorables, muchas, pero si Judas tocara todos sus grandes himnos tendrían show para unas cuatro horas. A más de alguno le quedó la bala pasada por no haber disfrutado de ninguna canción de álbum Defenders of the Faith. "Freewheel Burning" faltó, que duda hay de aquello, ya que la pequeña cuota de brutalidad y agresión sónica desplegada en "Painkiller" merecía sus réplicas, como lo hubiera sido "Ram it Down" también. Y que decir de "Screaming for Vengeance", "Jawbreaker", "Tyrant", "Sinner" o "Exciter". Podríamos seguir.

De todas maneras el setlist estuvo bueno, repasando la historia de la banda emblema del heavy metal brillantemente y, para ser primera y posiblemente última en que se presente en Chile, no creo valga la pena someter a juicio lo que fue una presentación excelente.

Absolutamente, uno de los mejores recitales que he visto. We are Defenders of the faith!!!!!!

viernes, marzo 03, 2006

Sodom y Nuclear Assault en Sao Paulo, Brasil.

Sodom - Nuclear Assault
Domingo 20 de Febrero de 2005
Direct TV Music Hall, Sao Paulo, Brasil
Tumba Productions

Las fechas del tour sudamericano de Sodom incluyeron las ciudades brasileras de Brasilia, Belo Horizonte, Sao Paulo y Porto Alegre. Luego vendrían las fechas de Lima, Perú, y Bogotá, Colombia. Nuclear Assault acompañaría a Sodom en esta gira solamente por tres fechas, todas dentro de Brasil. El show de Sao Paulo era la última donde estas dos grandes bandas del thrash harían de las suyas. Y como lamentablemente este tour no incluyó a Chile, la cita del día 20 era la última para pillar a Nuclear tocando "relativamente" cerca. Quizás la última oportunidad para poder ver a la banda alguna vez. ¿Cómo no sacrificarse e ir a ver a los cabros? Yo, que soy tan sacrificado, hice acto de fe metalera y me lancé en la aventura de ir a Sao Paulo para poder hacer una nota del evento y ojala lograr una entrevista. Esto último no se pudo concretar, pero pude al menos sacar algunas fotos no sólo del show sino que de algunos miembros de Nuclear también. Era tercera vez que la banda gringa pisaba tierra brasilera, y la segunda para los alemanes. ¡Había que estar ahí!

Primera Parte: ¿Por qué no?

En un ataque de locura, y aprovechando varias situaciones favorables que se dieron al mismo tiempo, como el estar de vacaciones al momento de la gira, y el de disponer de algunos ahorritos que estaban destinados a cosas superfluas y banales como una casa y un auto, es que decidí invertir mi plata en algo realmente importante, como ir a ver a Nuclear Assault. ¡Hay que tener las prioridades en orden! En fin, rompí el chanchito y partí a Brasil a verlos. ¿Y Sodom? Mmmm. Después del lamentable show que presentaron años atrás en el Gimnasio Nataniel, donde también tocaron Broken Hope y las bandas chilenas Execrator, Sadism y Santoad, no tenía grandes expectativas para con Sodom. ¡Cuánto estaba equivocado! El show de ellos estuvo espectacular. Pero ya les contaré.

Todos los que alguna vez se han aventurado en un viaje a otro país saben que hay un montón de cosas que considerar ya que no se trata de una travesía a la vuelta de la esquina. Que el pasaje, que el Rut, que la Visa (para ir a Brasil no se necesita), que el equipaje, que la cámara, que el hotel, que los gastos, etc, etc, etc. Pero es latero hablar de esas cosas por tanto no voy a entrar en detalles, ya que mi intención es hacer de esta nota algo entretenido. Por otro lado está la experiencia de conocer lugares, caras y situaciones que posiblemente nunca más se volverán a repetir. Créanme que fue espectacular haber tenido la posibilidad de ver a Nuclear y Sodom en Brazil, y la experiencia da para mucho más que un comentario absolutamente concentrado en la presentación de las bandas. Claro, voy a eso en seguida. Pero es natural que muchos se pregunten: ¿Y cómo son los metaleros en Brasil? ¿Y son tan dedicados como acá? ¿Y cómo es el carrete? ¿Y cómo es un show allá? Es natural que uno haga comparaciones. Y yo se las comentaré. Pero como dijo Jack the Ripper, vamos por parte.

Segunda Parte: El esperado y ansiado recital

Se suponía que las puertas del recinto se iban a abrir a las seis de la tarde, que telonearía una banda local a las siete, que Nuclear saldría a las ocho, Sodom a las nueve, y que más o menos a las diez y media ya todo sería historia. No fue así. no tocó ninguna banda local, las puertas se abrieron como a las ocho, Nuclear subió a escena un cuarto para las diez, Sodom, una hora y media después, terminando todo cerca de la medianoche. Los que estábamos allí tuvimos que esperar bastante, pero la espera se hacía alegre gracias a unos carritos que pasaban ofreciendo cosas para comer y todo tipo de bebidas alcohólicas. Las cervezas iban y venían y nadie reclamaba nada. Digamos que había toda una onda fuera del recinto. Los viejos thrashers de los ochenta se congregaban y todo era muy ameno.

Por fin sale en escena Nuclear Assault. La banda viene con su formación clásica, excepto por el guitarrista Erik Burke, quien a la vez reemplazaba al miembro fundador Anthony Bramante. Allí estaba John Connelly en voz y guitarra, el famoso Dan Lilker en el bajo (Anthrax, Brutal Truth, S.O.D.) y Glenn Evans en la batería.

Se escuchan los primeros acordes de "Sin", excelente canción del álbum debut Game Over, pero sin la intro "Live, Suffer, Die" (buen título ese). Comienza el mosh, comienza el desorden... de pronto pareciera que estamos de vuelta a la época del Combat Tour. Sin duda Nuclear se iba a la segura, los viejos clásicos no podían faltar.

Momento Top. Luego de un par de temas John Connelly se lanza desde el escenario con guitarra y todo. Estamos en el tema "Butt Fuck" (¡¡¡¡¡otro excelente título de canción!!!!!). La respuesta del público no se hace esperar. Más mosh, más desorden.

Otras canciones muy memorables y que tuvieron la más cálida recepción de parte de los más o menos mil quinientos fans, fueron los temas del grandioso álbum Handle With Care: "New Song", "F*(Wake Up)" y "Critical Mass". Este último terminó la presentación, que, lamentablemente, no tuvo ni siquiera un mísero bis. Nuclear llegó, tocó y se fue. Yo quedé con gusto a poco, y supongo que muchos otros metaleros quedaron con las ganas. Por suerte tampoco faltaron algunos de esos temas cortos, demenciales y muy chistosos que siempre caracterizaron a la legendaria banda thrashera. Del disco Game Over se escuchó "My America", para proseguir con con el clásico de clásicos "Hang the Pope" (Cuelguen al Papa), canción que Lilker introdujo diciendo: "Esta canción es sobre un catholic motherfucker". Parece que a Lilker no le gusta el Papa. Jajajajajajaja.
Si luego de ese gran corte hubiese venido "Mother´s Day" hubiese sido genial, mas Nuclear optó por "Lesbians" (Otro notable título de canción). Como broche de oro "Brainwashed" también se hizo presente. Y eso sería más o menos todo. Hubo unos cuantos temas más que no causaron gran conmoción, ninguno de ellos realmente memorable.

¿Se extrañaron algunas canciones? Por supuesto. Faltaron los clásicos "Stranded in Hell", "Brain Death", "Inherited Hell" y "Emergency". Al menos yo extrañe esas canciones. Y vaya que sí pudieron haberlas tocado porque no digamos que Nuclear se caracteriza por tener canciones largas. Con quince minutos más de show hubieran podido dejar al mundo enteramente satisfecho. Yo, claro, me saqué el empacho de ver a esta legendaria banda, pero dejando de lado el sesgo emocional, tengo que confesar que quedé con gusto a poco. Por otro lado, la puesta en escena, el sonido, y la buena onda de los músicos compensaron en algo lo extremadamente corta que fue la presentación. Menos de una hora. Quizás para la próxima. No creo.

De pronto se encienden las luces. Tiempo para ir al baño, tomarse una chela más, o qué se yo. Yo aproveché para cambiar el rollo a la cámara fotográfica. Sí, leyeron bien. rollo de foto. Quise comprarme una digital, pero para no quedar en la calle opté por una cámara más barata. En fin.

Como les había mencionado anteriormente, no estaba muy emocionado por ver a Sodom. De hecho la razón principal de mi viaje a Sao Paulo era ver a Nuclear Assault para después volver a Chile y sacarle pica a mis amigos. Jajajajaja. (Broma). Cumplida la misión, Sodom era para mí un mero trámite. Al final me quedó gustando mucho más la presentación de la banda germana. ¡¡¡Es que estuvo excelente!!!

Sodom se presentaba con el siempre presente Tom Angelripper (también conocido como Tom Such) en voz y bajo, Bernemann, así a secas, en guitarra y Bobby Schottkowski en batería. Esta formación es la misma que viene mostrando la banda desde el disco de 1997, Till Death do us Unite.

Al igual que Nuclear, Sodom mostró lo más clásico de su repertorio, aunque, como no, faltaron canciones que creo jamás podré ver en vivo, como "Nuclear Winter", "Persecution Mania", "Christ Passion" o "Agent Orange". Pero bueno, como dice mi abuelita: "Dios no quiso". Puede ser, porque parece que a Dios no le gusta el metal.

Sodom comenzó su descarga atronadora y despiadada con "Among the Wicked Cong" del disco M-16 para luego pasar derechamente a lo clásico, exhumando viejos cadáveres musicales, como "Outbreak of Evil", clásica canción del EP que comenzó la malévola carrera ascendente de Sodom por allá en el 84, el grandioso In the Sign of Evil. Suena como el forro, pero para los que lo escuchamos en su época, un clásico.

De ahí vinieron, entre otras, las canciones "The Saw is the Law", "Napalm in the Morning"; también del M-16, "Blasphemer", "Sodomy and Lust", "Sodomized", "Remember the Fallen", "Eat Me", "Witching Metal", "Augebombt" y "Bombenhagel". Esta última, única canción que se escuchó del disco Persecution Mania. Por supuesto que no podía faltar el clásico de Mötorhead, "Ace of Spades". Como gran cosa, se presentó un tema nuevo, "Nothing to Regret". Nada de especial.

Y aunque ese corte no fue memorable, hay que decir que el sonido en toda la presentación fue espectacular, sonando mucho mejor que la vez que Sodom tocó en Chile hace ya varios años atrás. Además, el show de Sao Paulo tuvo una puesta en escena mucho más violenta que la recordada en Chile. Por fin pude ver al Sodom que siempre tuve en la retina. Bueno, Tom Angelripper ya no sale al escenario con las pintas de antaño, pero la música sigue siendo tan destructiva como siempre y eso se agradece.

Hay que destacar el momento en que subió al escenario Frank Blackfire (también conocido como Frank Gosdzik) para las canciones "Remember the Fallen" y "Sodomy And Lust". Blackfire es considerado por muchos (me incluyo) no sólo como el mejor guitarrista que ha tenido Sodom, sino que también Kreator. Recuerden que allí fue a militar para "Coma of Souls". ¿Y qué andaba haciendo por esos lares? Indagando, supe de buena fuente que Frank se había ido a vivir a Sao Paulo luego de emigrar de Kreator y que se dedicaba a enseñar guitarra e inglés y alemán. Vive allí con su esposa. Por tanto, digamos que Frank jugaba de local y no tuvo problemas para acompañar en un par de temas a sus viejos compañeros.

Otro momento memorable fue cuando Dan Lilker subió al escenario para interpretar "Blasphemer". Eso estuvo muy entretenido.

A diferencia de Nuclear, Sodom sí hizo un bis, pero de todas maneras la presentación no fue muy larga. Y bueno, supongo que muchos como yo quedaron con las ganas de escuchar alguna canción favorita. ¿Qué pasó con "Incest"? ¡Vaya los nombres de las canciones! Pero bueno, igual estuvo buena la presentación. Buen sonido, buena onda, excelente interpretación de las canciones... y la siempre brutal sonoridad machacante, horrísona para el mainstream, de una banda que ha mantenido su estilo por más de veinte años.

Y eso fue el show. Si tuviera que ponerle una nota global del 1 al 7, le pondría un 5,5.

Tercera Parte: Lo extrarecitalero

Muchos de ustedes se estarán preguntando variadas cosas con respecto a la escena brasilera. Casi todo el mundo sabe que allá en Brasil hay una escena metalera muy saludable y que hay montones de bandas. Así es. Es por eso que me llamó la atención que no se desbordara el recinto Direct TV Music Hall. Allí cabían 2.500 almas del demonio. Ya les dije que llegaron como 1.500. De hecho la galería estaba prácticamente desocupada. Por suerte, los 1.500 asistentes, o almas del demonio, metían bastante bulla y se hacían notar, y eso le dio al espectáculo mayor realce.

Antes de entrar al recinto, poco a poco se fue armando toda una onda en las afueras. De repente llegaron dos vans de dos respectivas radios de rock. Y ambas con buena música, llenando así el ambiente con melodías ad-hoc. Los transeúntes ajenos a la celebración pasaban y seguían su camino. Cada uno en su onda. Pero lo que más llamó mi atención fue ver a unos carritos ambulantes que ofrecían amplia gama de licores, desde una simple cerveza hasta una rica caipiriña o un whisky. Allá se puede tomar en la calle lo que sea. Nada de andar escondiendo las chelas de los pacos. Me resultó muy raro no ver a la fuerza policial por ninguna parte. De repente llegaron, pero sólo para resguardar el orden, no para pesquisar. En el ambiente se sentía un espíritu más liberal, menos cohibido. Todo el mundo pasándola bien y nadie molestando a nadie.

Algunos compadres y algunas minas andaban con unas pintas que hacía remembrar la gloriosa era del thrash, con blue jeans rajados, las clásicas zapatillas blancas, la chaqueta de mezclilla llena de parches, y la clásica polera de Metallica o Slayer. Eso no lo veía hace rato. Yo me decía para mis adentros: "Estos compadres sí que se la creen".

Por esas cosas del destino andaba también en Brasil, Chris Dudeck, también conocido como "Witchhunter", el mismísimo baterista miembro fundador junto con Tom, de Sodom. Fue al show para ver a sus viejos colegas. Muy buena onda el compadre.

Y quién vacila más el metal o se vuelve más loco en los shows en vivo, ¿los brasileros o los chilenos? Yo no noté ninguna diferencia con respecto a la escena local, al menos en este punto. Harto mosh, una que otra pelea aislada, pero sin gran violencia, uno que otro compadre que bebió demasiado antes de entrar. O sea, igual que acá.

Hay mucho más que contar, pero por razones obvias no puedo contarles todos los detalles de este memorable evento. Espero al menos haberles dado una reseña útil de cómo fue lo que Chile se perdió. En una de esas, algún día Nuclear Assault visita Chile, ¡claro, de turistas!

Y eso sería. Espero hayan disfrutado del amplio reportaje. Que más puedo decir. Este será para mí uno de esos recitales que no se olvidarán nunca, como Kreator 92, Slayer 98 o Morbid 2004... y tantos otros.

Thanx to:

Edu, de Tumba Records por la entrada de invitación, a Karina de Century Media Brasil por datos de hoteles y de buenas playas cercanas a Sao Paulo, a Felipe Bode y André que me ayudaron a llegar al lugar del evento y me explicaron hartas cosas de la escena local, a Gustavo Reis (baterista de Funeratus) por la revista Lucifer Rising y el descuento en los compacts, a Priscilla Jarra de Mutilation Records, a Ana María Borqe por hacerme súper buena compañía arriba del avión en el viaje de ida. Suerte en Noruega. Y finalmente a Cátia Dillenburg (estaba buena la caipiriña en la playa) simplemente por ser rica. Gracias a todos por ser buena onda.

martes, febrero 28, 2006

A-ha en Chile (Festival de Viña del Mar)

A-Ha
Viernes 24 de Febrero de 2006
Quinta Vergara (Festival de Viña)
22:00 hrs.
A-ha es de esas bandas que generalmente son despachadas rápidamente por la crítica. La banda no es más que "Take on me", y "The Sun Always Shines on Tv". Eso dicen muchos. Ciertamente esas dos canciones (que tocaron en Viña, dicho sea de paso) son sus hits más representativos, ambos del disco debut Hunting High and Low, de 1985. Y sí, "Take on me" se toca en las radios ochenteras hasta el cansancio. Pero los que están familiarizados con la discografía de los noruegos saben que A-ha es mucho más. Con ocho discos de estudio, tres de ellos, precisamente los últimos, más alejados de la sensibilidad pop bailable de los comienzos, A-ha se empeña afanosamente en dejar en claro que son una buena banda de pop/rock. Y parte de ese empeño se vio reflejado en la presentación que dieron en Viña del Mar.

Pal Waaktaar, Magne Furuholmen y el vocalista Morten Harket, los tres miembros orginales de la banda, acompañados por tres músicos de soporte, empezaron el repertorio con "Celice", extraída de Analogue, álbum aparecido recién en el 2005. Aparte de dos temas más de ese álbum, el resto de la presentación de una hora y cuarto incluyó muchas de las canciones conocidas, como "Cry Wolf", "I Call Your Name", "Hunting High and Low", "Move to Memphis","The Living Daylights" (de la película de James Bond del mismo nombre y con la cual terminaron el show) además de los dos máximos hits ya mencionados, los cuales, para sorpresa de nadie, causaron la mayor efusión en el ecléctico y variopinto público. El repertorio claramente fue del agrado de la concurrencia, que coronó a la banda con una antorcha de plata, una de oro y una gaviota de plata. Nada de mal para la banda sensación de los ochenta que ya había visitado Chile en 1991.

Faltaron, eso sí, varias canciones conocidas, como "Touchy", "The Blood That Moves the Body", "You are the One" y "Train of Thoughts", entre otras. Esta última, mi tema favorito. Sin embargo, con lo que presentó el trío la gente quedó más que contenta. Me incluyo en la apreciación. Además el sonido acompañó bien al grupo, aunque se dijo en un medio que no había estado bueno y que no se le entendía la voz a Harket. Discrepo con esas apreciaciones. Yo escuché bien y eso que estaba en la galería. Considero que la banda sonó excelente, aunque la puesta en escena no fue demasiado eléctrica. Mas bien serios, poco se movían en el escenario, pero bueno, ese es el estilo de A-ha, y así, tal cual son, conquistaron a un público dividido entre sus fans y los de Chancho en Piedra, pasando por más de alguno que fue a ver a los mexicanos de Los Tigres del Norte.
Memorable concierto para un grupo que ha logrado mantenerse vigente a pesar de los siete años de relativa inactividad que vivieron en los noventa donde poco o nada se supo de ellos. Su vuelta el 2000 con Minor Earth Major Sky ha sido el comienzo de una segunda etapa de mayor madurez musical. Más aun, pueden, a la vez, convencer musicalmente como pocos de los exponentes de los ochenta, época de oro para el trío de las gélidas tierras de Noruega.

lunes, febrero 27, 2006

U2 en Chile

U2
Estadio Nacional
Domingo 26 de Febrero de 2006
No fui a etse recital. Hubiera ido si me hubiesen regalado una entrada. Sea como sea nunca he disfrutado de U2. Curioso, considerando que me guste tanto la música. Es raro porque al parecer a todo el mundo le gusta U2. No sé. No me gusta U2. No hay caso. Fueron unas 70.000 personas, dentro de las cuales no figuraba yo.
Aquí pueden ver lo que opino de U2:

Deicide en Chile

Deicide
22-02-2006
20:00 horas Teatro Novedades
Extratours

Con Deicide uno nunca sabe. Primero se cayó la presentación en Valparaíso, en El Huevo (allí tocó Vader el año pasado), que luego iba a ser en Quilpué, y finalmente en Valparaíso de nuevo. Al final no hubo show. Problemas con el alcalde, la municipalidad de Valpo., los afiches promocionales que mostraban a Jesús con un balazo en la frente (aunque yo postulo que en realidad era Don Ramón) y vaya a saber uno qué diablos, imposibilitaron la anhelada presentación de los siempre controversiales Deicide. Por suerte la fecha de Santiago no tuvo problemas.

A la hora que llegué al teatro alcancé a ver muy poco de Dethroner, a quienes ya había visto en Valparaíso junto con Vader, pero sí vi la presentación completa de Orategod, opacada por un sonido que no les hacía justicia. Sufrieron varios acoples, y a pesar de que hubo momentos en que no se entendía nada de lo que estaba pasando la banda logró salir a flote con su punzante y malévolo death metal.

A eso de las ocho y media salió en escena Deicide, con la misma formación del año pasado. Glen Benton, Steve Asheim, Jack Owen y Ralph Santolla. Glen apareció portando un cartel donde se leía claramente "U2 sucks and Bono is an asshole". No hay necesidad de traducir eso. Aquello, una clara alusión al recital del domingo que ofrecerá U2 en Chile, causó bastante risa en los asistentes. No sería la única muestra de antipatía de Benton hacia Bono. En la mitad del show empezó a lanzar una sarta de objeciones con respecto a Bono. Que era un fraude, que no le compraba su postura de chico bueno amante de las causas humanitarias, y esto y esto otro. Comparto su opinión, yo tampoco le compro a Bono. Showman de la caridad. Quiere salvar a Africa y sus entradas son sólo del alcance de privilegiados. En fin, ni ahí con U2. ¿Se imaginan a Benton y Bono cantando a dueto? Me imagino que no.

El show comenzó de la misma manera que el año pasado, con “Scars of the Crucifix”, y en la hora y algo que duró el show no faltaron los inevitables clásicos, de esos que todo el mundo quería escuchar. "Serpents of the Light", "Deicide", "Lunatic of God´s Creation", "Dead but Dreaming", etc. Pero fue con "Sacrificial Suicide" del excelente primer álbum homónimo, y con “Satan Spawn, The Caco-Daemon” del álbum Legion que se llegó al peak dentro de la turba enardecida. A diferencia del año pasado esta vez la banda sí hizo un bis. Volviendo en escena para terminar la presentación con "Kill the Cristian" y "Dead by Dawn".

Ciertamente más de alguno quedó con gusto a poco, aunque hay que dar gracias a Dios (jajajajajajaja) que bajo cualquier prisma esta presentación fue lejos mejor que la del Nataniel, lugar donde ni siquiera el silencio suena bien. Esta vez el sonido estuvo mejor, aunque lejos de ser excelente, habiendo momentos en que en realidad no se entendía nada del torbellino sónico puesto en escena. Creo que el volumen estaba un poco demasiado fuerte, ya que se saturaba a momentos y no se podía fácilmente reconocer un riff de guitarra de otro. De todas maneras, a pesar de los inconvenientes, esta vez Deicide estuvo más a la altura de su aura maligna, con un Glen Benton que no tuvo problemas para pasar de su a veces ininteligible voz gutural a los alaridos más agudos. Steve Asheim también destacó, y me da la impresión que los nuevos guitarristas están más compenetrados ya en la banda, con un Jack Owen extremadamente relajado y tocando como si no pescara nada de nada.

En general, el show estuvo bueno, definitivamente superior a la primera presentación hace menos de nueve meses atrás, pero más importante que todo, calmó la sed de death metal de muchos en un mes en que generalmente no hay presentaciones de esta índole.

Lo que si no me convence mucho es el hecho de que Deicide no esté generando nuevos clásicos y sus presentaciones, al menos en Chile, sean más evocaciones al pasado que al presente. Backstage la banda me contó que apenas terminen su gira volverán a sus casas para grabar el nuevo álbum. El álbum se va a llamar “The Stench of Redemption” del cual ya tienen canciones compuestas. Está fijado para Mayo de este año.

Gracias Janet Noctis (www.noxnoctis.cl) por prestar la casa para el carrete post Deicide y a Extratours por las credenciales.