Fotos cortesía de Mauricio Donoso ( http://www.huracan72.cl/)
The Haunted
28 de Noviembre de 2008
Club Rock y Guitarras
21:00 hrs.
Originalmente este recital se iba a realizar en el ya clásico Teatro Novedades pero finalmente se hizo en el Club Rock y Guitarras que queda en Ñuñoa. Las razones para el cambio, no tengo idea, pero no hay que darle muchas vueltas al asunto, lo más probable es que se debió a la escasa venta de entradas. Pero bueno, lo concreto es que los suecos de The Haunted estaban de vuelta luego de ocho largos años, esta vez promocionando su última producción Versus. Recordemos que la primera vez fue el 2000 con Destruction e Immortal en el Estadio Chile conocido hoy como Estadio Víctor Jara. Esa vez la banda dejó bastante que desear, sonando muy mal. Por ende, en cuanto a sonido esta vez podemos decir que fue la venganza de The Haunted que sonó mucho mejor que en el 2000 destacando la poderosa voz de Peter Dolving, que cantó igualito a como suena en disco aunque no me gustó el uso de reverb para darle eco a la voz. Daba la impresión que era una suerte de “playback”. Las guitarras, no sé, me dio la impresión que podrían haber sonado con más peso, más fuerza. Pero que sonó bien, sonó bien y salvo un par de acoples no hubo grandes fallas.
En cuanto a la música no podría decir que me mataron con el setlist. De hecho algunas canciones que ni siquiera sé como se llamaban las hubiera sacado sin miramiento alguno reemplazándolas con cortes más poderosos, especialmente del primer disco. Faltaron más temas de allí, temas con los cuales estaba más familiarizado, porque a decir verdad yo a esta banda le había perdido la huella hace rato. Destaco obviamente sus tres primeras placas como esenciales pero ya sus últimas producciones me estaban sonando excesivamente condescendientes y ya derechamente poperas. Víctimas del “Síndrome In Flames”, o sea, cuando una banda pasa de ser chacal a ser mainstream y pop, The Haunted convence a medias. Lo hace con las canciones antiguas, pero decepciona bastante con las más actuales. Ahora, yo sé que los más fans seguramente adoran todo lo que hace The Haunted, pero yo soy de los tres primeros discos y no me convence la inclusión de elementos americanos suavizantes como son el groove taquillero y cierto acento cuasi bailable. Pero no quiero sonar como huevón true metal y que todo tiene que ser siempre chacal y bestial. No, simplemente quiero dejar en claro que The Haunted convence cuando toca a lo bestia y no lo hace cuando suena pop. Hay artistas que se salen con la suya, como Devin Townsend, que puede pasar de lo bestia a lo pop sin problema y excediéndose en calidad en ambos formatos. No todo el mundo tiene esa capacidad. Y si hay que destacar el tema de la noche, este sería “Hate Song”, obviamente, que finalizó la calurosa jornada.
Pero bueno, como decía, al menos la banda sonó bien. Lo que no estuvo nada de bien fue el calor que reinaba en el local. Creo que nunca antes había estado en un lugar con el aire tan enrarecido y eso que he estado en sucuchos de mala muerte mucho más indecentes que Rock y Guitarras. La ventilación era pésima y resultaba impresionante sentir la ráfaga de aire caliente salir por la puerta trasera. Uno salía a tomar aire fresco, volvía a entrar, y venía el charchazo pestilente pasado a sobaco que dejó a todo el mundo mojado como sopa. Era una verdadera sauna. Este local podría llamarse “Sauna y Guitarras” me dijo un amigo. Realmente era insoportable estar allí. Y hasta la misma banda lo hizo notar, ¡pidiendo hielo al barman! Tan cagado de calor llegó a estar Peter Dolving que no tuvo problemas para empelotarse y cantar en calzoncillos. Los demás miembros de la banda se aguantaron las ganas de hacer lo mismo y estoicamente continuaron el set de hora y cuarto. Para ser compadres de Suecia acostumbrados al frío, la noche en Chile tengan por seguro que jamás la olvidarán.
Quizás el local no era el apropiado para este recital, quizás se descompuso el aire acondicionado. No sé, da igual. El asunto es que hacía más calor que la cresta y era prácticamente insoportable. Está claro que ese problema tiene que solucionarse para que así en futuros eventos los fans puedan apreciar la música en condiciones más dignas. No es que el local tenga que estar al nivel de Casa Piedra, pero creo que el fan que paga su ticket, a veces con mucho esfuerzo, merece mejor trato. Esta bien que haga calor en un local, eso es normal, pero cuando se llega a niveles como los de ayer es como mucho.
28 de Noviembre de 2008
Club Rock y Guitarras
21:00 hrs.
Originalmente este recital se iba a realizar en el ya clásico Teatro Novedades pero finalmente se hizo en el Club Rock y Guitarras que queda en Ñuñoa. Las razones para el cambio, no tengo idea, pero no hay que darle muchas vueltas al asunto, lo más probable es que se debió a la escasa venta de entradas. Pero bueno, lo concreto es que los suecos de The Haunted estaban de vuelta luego de ocho largos años, esta vez promocionando su última producción Versus. Recordemos que la primera vez fue el 2000 con Destruction e Immortal en el Estadio Chile conocido hoy como Estadio Víctor Jara. Esa vez la banda dejó bastante que desear, sonando muy mal. Por ende, en cuanto a sonido esta vez podemos decir que fue la venganza de The Haunted que sonó mucho mejor que en el 2000 destacando la poderosa voz de Peter Dolving, que cantó igualito a como suena en disco aunque no me gustó el uso de reverb para darle eco a la voz. Daba la impresión que era una suerte de “playback”. Las guitarras, no sé, me dio la impresión que podrían haber sonado con más peso, más fuerza. Pero que sonó bien, sonó bien y salvo un par de acoples no hubo grandes fallas.
En cuanto a la música no podría decir que me mataron con el setlist. De hecho algunas canciones que ni siquiera sé como se llamaban las hubiera sacado sin miramiento alguno reemplazándolas con cortes más poderosos, especialmente del primer disco. Faltaron más temas de allí, temas con los cuales estaba más familiarizado, porque a decir verdad yo a esta banda le había perdido la huella hace rato. Destaco obviamente sus tres primeras placas como esenciales pero ya sus últimas producciones me estaban sonando excesivamente condescendientes y ya derechamente poperas. Víctimas del “Síndrome In Flames”, o sea, cuando una banda pasa de ser chacal a ser mainstream y pop, The Haunted convence a medias. Lo hace con las canciones antiguas, pero decepciona bastante con las más actuales. Ahora, yo sé que los más fans seguramente adoran todo lo que hace The Haunted, pero yo soy de los tres primeros discos y no me convence la inclusión de elementos americanos suavizantes como son el groove taquillero y cierto acento cuasi bailable. Pero no quiero sonar como huevón true metal y que todo tiene que ser siempre chacal y bestial. No, simplemente quiero dejar en claro que The Haunted convence cuando toca a lo bestia y no lo hace cuando suena pop. Hay artistas que se salen con la suya, como Devin Townsend, que puede pasar de lo bestia a lo pop sin problema y excediéndose en calidad en ambos formatos. No todo el mundo tiene esa capacidad. Y si hay que destacar el tema de la noche, este sería “Hate Song”, obviamente, que finalizó la calurosa jornada.
Pero bueno, como decía, al menos la banda sonó bien. Lo que no estuvo nada de bien fue el calor que reinaba en el local. Creo que nunca antes había estado en un lugar con el aire tan enrarecido y eso que he estado en sucuchos de mala muerte mucho más indecentes que Rock y Guitarras. La ventilación era pésima y resultaba impresionante sentir la ráfaga de aire caliente salir por la puerta trasera. Uno salía a tomar aire fresco, volvía a entrar, y venía el charchazo pestilente pasado a sobaco que dejó a todo el mundo mojado como sopa. Era una verdadera sauna. Este local podría llamarse “Sauna y Guitarras” me dijo un amigo. Realmente era insoportable estar allí. Y hasta la misma banda lo hizo notar, ¡pidiendo hielo al barman! Tan cagado de calor llegó a estar Peter Dolving que no tuvo problemas para empelotarse y cantar en calzoncillos. Los demás miembros de la banda se aguantaron las ganas de hacer lo mismo y estoicamente continuaron el set de hora y cuarto. Para ser compadres de Suecia acostumbrados al frío, la noche en Chile tengan por seguro que jamás la olvidarán.
Quizás el local no era el apropiado para este recital, quizás se descompuso el aire acondicionado. No sé, da igual. El asunto es que hacía más calor que la cresta y era prácticamente insoportable. Está claro que ese problema tiene que solucionarse para que así en futuros eventos los fans puedan apreciar la música en condiciones más dignas. No es que el local tenga que estar al nivel de Casa Piedra, pero creo que el fan que paga su ticket, a veces con mucho esfuerzo, merece mejor trato. Esta bien que haga calor en un local, eso es normal, pero cuando se llega a niveles como los de ayer es como mucho.