miércoles, mayo 23, 2018

Evil Confrontation Festival. 18, 19, 20 de Mayo, 2018. Mostazal. Hacienda Picarquín.


¿Qué onda con la competencia del ají? ¿Se hizo la huevada? Pregunté por aquí y por allá y nadie sabía nada. Me iba a inscribir pues tenía fe en, si no ganar, al menos dar la pelea allí con otros dementes. Mi experiencia con Sangre de Satán me hacía tener fe en mis posibilidades. Si usted no sabe lo que es la Sangre de Satán, googléelo. Sé que la competencia del ají no era imprescindible, pero estaba en la programación y me pareció más que interesante. Habían otros eventos ajenos a la música, como la competencia de lanzamiento de hacha o algo así y demostraciones de peleas con espada pero yo ni ahí con esas huevadas. Yo quería participar en la competencia del ají. Y esta es mi única queja con respecto al festival, mi única decepción, y eso es bueno, porque no tiene nada que ver con lo realmente importante: la puta música. Vamos con eso.


No quiero partir el review hablando en forma cronológica, desde el principio al fin, muy típica esa huevada. Tampoco quiero hacer un recuento de cada banda, pues, en primer lugar, no las vi a todas, y segundo, no quiero que este review se extienda demasiado, más que nada para que nadie diga: "puta el hueón latero". Esto no quiere decir que un review a fondo no viene al caso, pero en esta oportunidad quiero ir a lo central, al meollo del asunto, enfocándome en lo que considero es lo más importante.


Partamos con Demolition Hammer. Esta era una banda que sí quería ver y aunque en la programación decía que finalizarían el show del día sábado, tocaron más temprano, luego de los chilenos Communion, haciendo un cambio con Bölzer que tocaría después de Angel Witch. A mí no me molestó el cambio puesto que hacía más frío que la cresta. Desde el primer segundo de presentación hasta el final, Demolition Hammer fue una máquina. Tocaron temas tanto del disco Tortured Existence como el Epidemic of Violence, saltándose el Time Bomb, que fue el tercer y último disco de estos gringos y que muestra a una banda haciendo una suerte de metal industrial medio grunge que nadie entendió. Los dos temas más conocidos, como Toxic Hospital Waste y .44 Caliber Brain Surgery, que finalizó el show, fueron los más celebrados por los fans. No faltaron sus moshs y circle pits. Fue, desde luego, lo más brutal y chacal del evento y creo que la banda cumplió con las expectativas. Se agradece que estén tres de sus miembros originales, los dos guitarristas y el bajista y vocalista, que a pesar del paso del tiempo aún tienen la fuerza y la convicción como para tocar los temas con la velocidad y ferocidad de antaño. El sonido acompañó, y la voz de Steve Reynolds convenció. Creo también que se llevó el record a la mayor cantidad de veces que se ha dicho "motherfuckers" arriba del escenario. Demolition Hammer tocaba por primera vez no sólo en Chile sino que en Sudamérica. Lo mismo con Triptykon. Y para hacer esto incluso más memorable no pasarían por ningún otro país. No por nada habían en el festival metaleros de Argentina, Bolivia, Paraguay, Colombia, Perú y Brasil. No hay que olvidar que este festival es el primer festival de su naturaleza que se hace en Chile. Como para meditarlo y decir "puta que la cagué con no haber ido" si es que usted no fue.


Triptykon tocó el domingo y ellos sí finalizaron el show luego de más de quince minutos de preparación y puesta en escena. Hey, era la guinda de la torta, así que todo tenía que salir la raja. Y sí, así fue, aunque me hubiese gustado más potencia. De hecho me acerqué harto al escenario para sentir más fuerte la música. Partió la noche con Procreation of the Wicked. Excelente corte. Circle of the Tyrants, Necromantical Screams, Into Crypts of Rays, The Usurper y Dethroned Emperor no faltaron, todos, obviamente, clásicos absolutos de Celtic Frost. No tengo que explicar que tiene que ver Celtic Frost en esto, ¿o sí? También sonaron dos temas de Hell Hammer. Y sí, Triptykon tocó temas de Triptykon. Tengo el primer disco de la banda y ese es el que cacho mejor, así, quedé más que contento cuando tocaron Goetia; el mejor tema del disco Eparistera Daimones. Y aunque disfruté muchísimo el show, emocionado por tener finalmente al monstruo de Tom Warrior en escenario, al quien tuve la suerte de entrevistar hace años para una revista, hombre responsable de influenciar con su música a millares de bandas y de haber básicamente trazado el mapa conceptual por el cual posteriores bandas atravesarían, tomando sus ideas, siempre adelantadas a su época, y creando nuevos estilos, quedé algo decepcionado porque no tocaron mi tema favorito: Suicidal Winds. Eso hubiese sido increíble, pero claro, temas iban a faltar y claramente Triptykon no iba a tocar tres horas para repasar todas las grandes canciones de Celtic Frost. También me hubiese gustado que la guitarra de Tom hubiese sonado más aguda en los solos de guitarra de los temas insignes de Celtic Frost. Encontré que estaban muy graves, y en disco claramente suenan distintos. En todo caso, el sonido estuvo a la altura, al igual que el juego de luces. Todo bien en el aspecto técnico. ¡Y así, quedará esta postal en el cerebro para recordar y apreciar cuando llegue el ocaso de nuestras existencias!



Vamos con las otras bandas. Quiero partir con Voltax, que tocaron el sábado. A estos locos oriundos de México no los cachaba ni en pelea de perros. Lanzaron una seguidilla de buenos temas thrasheros donde destacaba el vozarrón del vocalista, un tal Jerry. La banda entera se movía para allá y para acá y dieron un espectáculo lleno de energía y profesionalismo. Se notaba que querían dejar una buena impresión a un público que seguramente en su mayoría no los conocía y vaya que lo lograron. Buena banda. Fue el comentario de muchos de mis amigotes y conocidos. Asumo que no somos los únicos en haber quedado gratamente sorprendidos.


Una banda que quería ver sí o sí, aparte de Demolition Hammer y Triptykon, era a los suecos Dead Lord. Hasta dos semanas atrás yo no los cachaba para nada, hasta que escuché el tema I Don't Give a Damn (Me importa un carajo) que quedé enganchado. La similitud con Thin Lizzy es incuestionable. Estos tipos creen que es 1976. Pero está bien. Hace tiempo que no escuchaba una banda que no fuera metal, sino más bien hard rock, que me llamara la atención. Mis amigos más true encontraron que la banda no tenía ningún brillo, pero bueno, cada uno con sus gustos. También tocaron el sábado.


Acerca de Angel Witch. Sólo conozco su primer disco, el disco homónimo de 1980, pero no lo tengo internalizado. Los temas Angel Witch y Angel of Death son los que más me gustan y ciertamente los tocaron. De Angel witch sólo queda el vocalista/guitarrista Kevin Heybourne y su voz ya no es la de hace 38 años. Pero bien, ellos hacen lo suyo y aunque a mi no me calentó mucho el show sé que la banda tiene sus fans. Sonaron bien. Ahora bien, también es cierto que a la hora que salieron hacía más frío que la mierda y preferí ver el show de lejos al lado de una improvisada fogata vacilando con los dos guitarristas de Demolition Hammer que se acercaron a vacilar con una botella de Jack Danield's. Hablar sobre las anécdotas y sobre lo que significó no sólo ver las bandas, sino que vivir la experiencia de estar tres días metidos en un evento de esta naturaleza da para otro review. Pero estar allí al lado de una fogata conversando con James Reilly y viendo a Derek Sykes agarrar un tronco y lanzarlo a la fogata para que salieran más llamas y armar más escándalo mientras a cien metros tocaba Angel Witch son como postales medio surrealistas que jamás han de olvidarse. Un festival es mucho más que una treintena de bandas que se suben al escenario. Derek Sykes incluso andaba con unas salchipapas que convidó a los presentes en la fogata. Esa onda.


Quiero hablar de Pagan Altar. Los vi un poco. No los cacho. A primera escucha me parecieron muy piola, pero debo escuchar sus discos bien como para hablar con más propiedad sobre ellos. Sobre Tribulation, bueno, la verdad es que desconozco sus discos. Ni siquiera cacho bien su disco The Horror (1989) que dicen que es la cagada.  Pero vi las dos presentaciones para interiorizarme mejor con sus estilos. Me llamó la atención el guitarrista de Tribulation. Por un momento pensé que era mina, pero luego caché que no tenía pechugas. "El Colibrí del Metal" le puso un amigo. No sólo se veía y vestía como mina sino que se movía como una. Efectos de la inclusión me imagino. Sea como sea, cuando caché al loco inmediatamente se me vino a la mente Stevie Nicks de Fleetwood Mac. Posiblemente se inspiró en ella para su atuendo. Pero independientemente del mariconeo del guitarrista es evidente que se trata de una buena banda con buenos músicos.


Lamentablemente para los fans de Pagan Altar, la organización les impidió completar su set ya que luego se venía el cierre con Triptykon y había que apurar las cosas. No lo había comentado, pero tanto el sábado como el domingo las presentaciones partieron a las doce del día, y no a las once de la mañana como estaba presupuestado. esto hizo que todo se atrasara y Pagan Altar pagó el pato.


De las bandas chilenas, Ripper era la que más quería ver. Los había visto antes en tocatas chicas y quería verlos en este escenario. No defraudaron. Su thrash violento y directo es de mi total agrado y aunque claramente no han inventado nada nuevo, creo que hacen un homenaje sincero al thrash antiguo. Bien Ripper. Massive Power también estuvo bueno.  Evil Force de Paraguay también fueron de mi agrado. Las otras bandas o las vi muy a la pasada o se interpusieron en algún asado. Lo que no me queda claro es si tocó ADS de Colombia. 


En cuanto al lugar, las acomodaciones, la comida y bebestible, todo bien. Se hubiese agradecido que vendieran fuerte, onda pisco, ron, vodka, whisky o tequila, digo pal frío. No, en serio. Vendían vino, ¿pero por qué siempre vino tinto? Esa huevada me da sueño. ¡Vino blanco siempre! Hay que empezar una campaña para poner al vino blanco en el lugar que le corresponde. ¡Viva el vino blanco! Puta, yo soy de los que luego de dos litros de chela desea pasar a un fuerte. Debe ser un tema de edad, pero ya no puedo estar con pura chela toda la noche como quinceañero. 


¿Se hará otro festival el próximo año? ¿Habrá un Evil Confrontation Open Air Número dos? Ojalá. No sé si habrán salido para atrás los organizadores, y si fue así, por cuánto. Lo único concreto es que sería bueno que se hiciera otro el próximo año y que el organizador gane sus lucas para que siga haciendo más eventos. Pero para que esto pase es necesario que vayan más metaleros. Calculamos con mis amigos unas 1000 o 1200 personas. Muy pocas. Falta más apoyo de los fans. Y no estaba caro, no para los tres días, ni para llegar por el día y pagar 30 lucas. Pero bueno, me imagino que los organizadores están evaluando todo esto y viendo si es factible o rentable hacer otro evento de la misma naturaleza. Quizás no en Mayo, quizás en Octubre o Noviembre, cuando el tiempo está más benévolo.



Es posible que se me haya quedado algo en el tintero. Así que hay que considerar que este review no esté terminado. ¡Es como un ente viviente y orgánico que no muere! Durante el día seguramente me acordaré de algo. Ah, el viernes llegamos a eso de las doce de la noche y alcanzamos a ver algo de Los Duros (buen nombre ese) y vimos a unos locos medievales o algo así haciendo demostraciones con fuego y hueaa. Hacía más frío que la chucha y nos abrigamos con capas de cerveza. Nada más que decir del viernes. Me hubiese gustado haber llegado más temprano pero el trabajo y unos whiskies previos en Santiago lo impidieron.