lunes, enero 27, 2020

Malevolent Creation en Valparaíso.





Malevolent Creation
Sábado 25 de Enero de 2020
El Huevo, Valparaíso
Bandas invitadas: Homicide, Visceral, Critical Defiance, Evil Requiem


Primero que nada quiero decir que no sé por qué diablos dejé de hacer comentarios de recitales y de discos. Aburrimiento, apatía, paja, estar demasiado destruido al otro día de un recital como para escribir sobre él o simple flojera dejaron las buenas intenciones en sólo eso. Sea como sea estoy de vuelta y mi intención es volver a escribir. Este renovado deseo en parte se ha gestado gracias a algunas personas que me animaron a seguir dándole al asunto, específicamente un par de amigos y mi polola. Gracias a ellos por la motivación.


Ha pasado más de un año desde el último comentario y unos ocho desde que dejé de escribir con la intensidad que ahora me es desconocida. De hecho tenía un proyecto de mil reviews de discos que quedó truncado a mitad de camino y que he de volver a retomar. Pero bueno, vamos a Malevolent Creation. Debo partir dejando en claro que soy fan de esta banda y la sigo desde siempre, así que no esperen ciento por ciento de objetividad, aunque trataré de ser lo más objetivo posible.


Tenía muchísimas ganas de ver a Malevolent, en gran parte porque estaba picado por las dos cancelaciones anteriores. Segundo, porque me gustó su trabajo The 13th Beast, que venían promocionando. Tercero, quería ver cómo era la banda que el señor Phil Fasciana había armado luego de haber echado a todo el mundo y haber empezado desde cero. Cuarto, quería ver como se manejaba el nuevo vocalista, Lee Wollenschlaeger; que también está encargado de la segunda guitarra y si estaba a la altura de Brett Hoffmann, pieza importantísima en Malevolent que no necesita una introducción si eres fan de esta banda, que de haber estado vivo estoy seguro hubiese participado en The 13th Beast.

Si mis cálculos no me traicionan la banda se subió al escenario cerca de la una de la mañana y tocó con suerte una hora. No hubo bis ni nada. Coronation of Our Domain del disco Retribution terminó el set y pa la casa. No hubo ni un amago de querer tocar un tema extra de pura buena onda. Naa que hacer. Creo que esto se debió por no haber empezado el show de las otras bandas a la hora y los que pagaron el pato fueron los Homicide, a quienes se les ofreció tocar después de Malevolent, pero que no aceptaron y simplemente no tocaron. Lamentable, ya que de las bandas chilenas era la que más quería ver. No sé por qué se produjo el atraso, si por las barricadas, las bombas lacrimógenas o el caos general en el que a ciertas horas y todos los días convierte a Valparaíso en una suerte de ciudad distópica post apocalíptica, o qué se yo, pero el asunto, es que al parecer los miembros de Malevolent ya estaban medios apestados de esperar y lo único que querían era tocar y cumplir con el contrato. Por un momento pensé que el señor Fasciana se iba a apestar e iba a mandar todo a la chucha rehusándose a tocar, pero por suerte nada de eso pasó gracias a Dios (chiste irónico).


Aunque sea fan debo decir que no me convenció el sonido. Cualquier persona no familiarizada  con la discografía de la banda hubiese tenido complicaciones para seguir lo que pasaba arriba del escenario, pero como me sabía todas las canciones lograba entender todo ya que tenía los riffs en la cabeza. Algunos amigos decían que faltó potencia en las guitarras y que la batería se comía todo. Puede ser. De hecho, la batería era lo que mejor sonaba, notándose claramente todo. En cuanto a la voz de Lee Wollenschlaeger, debo decir que no me convenció del todo. Posiblemente si el sonido hubiese estado mejor se hubiese apreciado mejor, pero encontré que le faltó más chacalidad. El tipo cantó bien, igual que en el disco donde participa pero de ninguna manera pudo hacerle sombra a Brett Hoffman, cuya voz gutural esquizoide simplemente no pude ser superada, al menos no por Wollenschlaeger. Tampoco creo que haya superado la voz de Kyle Simmons o la de Jason Blachowics, quien cantó en el devastador disco Eternal. Quiero creer que fue sólo un tema de la mezcla del sonidista. Quizás es la añoranza de los tiempos de Hoffmann lo que me predispone a la crítica. Sin embargo no por eso no disfruté del show. Una tras otra las canciones golpeaban el seso con un setlist que al menos a mi dejó conforme. Partió de lujo con una de mis canciones favoritas “Infernal Desire” para pasar a otra favorita “Living in Fear” ambas del magistral disco Eternal. Tampoco faltaron Manic Demise ni Blood Brothers, temas que creo son favoritos del público. Pero igual extrañé grandes clásicos, como Premature Burial con su intro Memorial Arrangements y temas más nuevos pero que encuentro devastadores, como por ejemplo Dead March con Preemptive Strike y Dead Man's Path con Soul Razer, temas que logran generar una atmósfera especial al mezclar a la perfección pesadez y lentitud en la partida para dejar la cagada apenas parte el segundo tema. En esa línea tuvimos la suerte de apreciar Eve of the Apocalypse, tema que mi polola quería escuchar, que sin ser fan de la banda ni mucho menos, me dijo “oye, ese tema ta bueno” que parte con esa introdución de la película Henry: Portrait of a Serial Killer.

Del último disco tocaron algunos temas nuevos que no recuerdo bien ya que este disco aún no lo internalizo, aunque recuerdo bien Release the Soul. Y del Dead Man’s Path recuerdo bien Blood of the Fallen. Temas más, temas menos, creo que con quince minutos más el show hubiese estado mejor. Una presentación tan escueta deja con gusto a poco, independientemente de nuestra apreciación por el sonido. Al menos no se cortó la luz, como esa vez con Tankard hace varios años ya en ese mismo escenario. Se me olvidó mencionar un detalle importante. Esta era la segunda vez que Malevolent se presentaba en El Huevo, aunque no en la misma sala. Recuerdo ese recital pues fui y review en esa oportunidad.

Bueno, en cuanto a lo extra musical, esta vez tuve la suerte de que Phil Fasciana me autografiara algunos cds que llevé para tal efecto así que al menos yo quedé contento con la sensación de haber cumplido la misión que me había impuesto. Incluso nos sacamos fotos y hasta mi polola pudo conocer al tipo líder de la agrupación con la que estuve pelando el cable los días previos al show.   


Un dato que vale la pena mencionar y dejar para la historia es lo barato que estaba la entrada para este show. Yo compré la entrada en preventa y me salió a 12 lucas. Un recital de una banda internacional a doce lucas es algo que no se ve nunca, así que bien ahí. Un poster de la visita de Hypocrisy a Chile en el año 2004 que tengo pegado en una pieza dice que la entrada esa vez estaba a 13.000 pesos. En todo caso el precio no justifica la calidad del sonido, que creo que a fin de cuentas debe haber sido un asunto de la mezcla.

Queda aún el show en Santiago al que tengo hartas ganas de ir.