Malevolent
Creation
Sábado 25 de
Enero de 2020
El Huevo,
Valparaíso
Bandas
invitadas: Homicide, Visceral, Critical Defiance, Evil Requiem
Primero que nada quiero decir que no sé por qué diablos dejé
de hacer comentarios de recitales y de discos. Aburrimiento, apatía, paja,
estar demasiado destruido al otro día de un recital como para escribir sobre él
o simple flojera dejaron las buenas intenciones en sólo eso. Sea como sea estoy
de vuelta y mi intención es volver a escribir. Este renovado deseo en parte se
ha gestado gracias a algunas personas que me animaron a seguir dándole al
asunto, específicamente un par de amigos y mi polola. Gracias a ellos por la
motivación.
Ha pasado más de un año desde el último comentario y unos
ocho desde que dejé de escribir con la intensidad que ahora me es desconocida. De
hecho tenía un proyecto de mil reviews de discos que quedó truncado a mitad de
camino y que he de volver a retomar. Pero bueno, vamos a Malevolent Creation.
Debo partir dejando en claro que soy fan de esta banda y la sigo desde siempre,
así que no esperen ciento por ciento de objetividad, aunque trataré de ser lo
más objetivo posible.
Tenía muchísimas ganas de ver a Malevolent, en gran parte
porque estaba picado por las dos cancelaciones anteriores. Segundo, porque me
gustó su trabajo The 13th Beast, que venían promocionando. Tercero, quería ver
cómo era la banda que el señor Phil Fasciana había armado luego de haber echado
a todo el mundo y haber empezado desde cero. Cuarto, quería ver como se
manejaba el nuevo vocalista, Lee Wollenschlaeger; que también está encargado de
la segunda guitarra y si estaba a la altura de Brett Hoffmann, pieza
importantísima en Malevolent que no necesita una introducción si eres fan de
esta banda, que de haber estado vivo estoy seguro hubiese participado en The
13th Beast.
Si mis cálculos no me traicionan la banda se subió al
escenario cerca de la una de la mañana y tocó con suerte una hora. No hubo bis
ni nada. Coronation of Our Domain del disco Retribution terminó el set y pa la
casa. No hubo ni un amago de querer tocar un tema extra de pura buena onda. Naa
que hacer. Creo que esto se debió por no haber empezado el show de las otras
bandas a la hora y los que pagaron el pato fueron los Homicide, a quienes se
les ofreció tocar después de Malevolent, pero que no aceptaron y simplemente no
tocaron. Lamentable, ya que de las bandas chilenas era la que más quería ver.
No sé por qué se produjo el atraso, si por las barricadas, las bombas
lacrimógenas o el caos general en el que a ciertas horas y todos los días convierte
a Valparaíso en una suerte de ciudad distópica post apocalíptica, o qué se yo,
pero el asunto, es que al parecer los miembros de Malevolent ya estaban medios
apestados de esperar y lo único que querían era tocar y cumplir con el
contrato. Por un momento pensé que el señor Fasciana se iba a apestar e iba a
mandar todo a la chucha rehusándose a tocar, pero por suerte nada de eso pasó
gracias a Dios (chiste irónico).
Aunque sea fan debo decir que no me convenció el sonido.
Cualquier persona no familiarizada con
la discografía de la banda hubiese tenido complicaciones para seguir lo que
pasaba arriba del escenario, pero como me sabía todas las canciones lograba
entender todo ya que tenía los riffs en la cabeza. Algunos amigos decían que
faltó potencia en las guitarras y que la batería se comía todo. Puede ser. De
hecho, la batería era lo que mejor sonaba, notándose claramente todo. En cuanto
a la voz de Lee Wollenschlaeger, debo decir que no me convenció del todo.
Posiblemente si el sonido hubiese estado mejor se hubiese apreciado mejor, pero
encontré que le faltó más chacalidad. El tipo cantó bien, igual que en el disco
donde participa pero de ninguna manera pudo hacerle sombra a Brett Hoffman,
cuya voz gutural esquizoide simplemente no pude ser superada, al menos no por
Wollenschlaeger. Tampoco creo que haya superado la voz de Kyle Simmons o la de
Jason Blachowics, quien cantó en el devastador disco Eternal. Quiero creer que
fue sólo un tema de la mezcla del sonidista. Quizás es la añoranza de los
tiempos de Hoffmann lo que me predispone a la crítica. Sin embargo no por eso
no disfruté del show. Una tras otra las canciones golpeaban el seso con un setlist
que al menos a mi dejó conforme. Partió de lujo con una de mis canciones
favoritas “Infernal Desire” para pasar a otra favorita “Living in Fear” ambas
del magistral disco Eternal. Tampoco faltaron Manic Demise ni Blood Brothers,
temas que creo son favoritos del público. Pero igual extrañé grandes clásicos,
como Premature Burial con su intro Memorial Arrangements y temas más nuevos
pero que encuentro devastadores, como por ejemplo Dead March con Preemptive
Strike y Dead Man's Path con Soul Razer, temas que logran generar una atmósfera
especial al mezclar a la perfección pesadez y lentitud en la partida para dejar
la cagada apenas parte el segundo tema. En esa línea tuvimos la suerte de
apreciar Eve of the Apocalypse, tema que mi polola quería escuchar, que sin ser
fan de la banda ni mucho menos, me dijo “oye, ese tema ta bueno” que parte con
esa introdución de la película Henry: Portrait of a Serial Killer.
Del último disco tocaron algunos temas nuevos que no
recuerdo bien ya que este disco aún no lo internalizo, aunque recuerdo bien Release
the Soul. Y del Dead Man’s Path recuerdo bien Blood of the Fallen. Temas más,
temas menos, creo que con quince minutos más el show hubiese estado mejor. Una
presentación tan escueta deja con gusto a poco, independientemente de nuestra
apreciación por el sonido. Al menos no se cortó la luz, como esa vez con
Tankard hace varios años ya en ese mismo escenario. Se me olvidó mencionar un
detalle importante. Esta era la segunda vez que Malevolent se presentaba en El
Huevo, aunque no en la misma sala. Recuerdo ese recital pues fui y review en
esa oportunidad.
Bueno, en cuanto a lo extra musical, esta vez tuve la suerte
de que Phil Fasciana me autografiara algunos cds que llevé para tal efecto así
que al menos yo quedé contento con la sensación de haber cumplido la misión que
me había impuesto. Incluso nos sacamos fotos y hasta mi polola pudo conocer al
tipo líder de la agrupación con la que estuve pelando el cable los días previos
al show.
Un dato que vale la pena mencionar y dejar para la historia
es lo barato que estaba la entrada para este show. Yo compré la entrada en
preventa y me salió a 12 lucas. Un recital de una banda internacional a doce
lucas es algo que no se ve nunca, así que bien ahí. Un poster de la visita de
Hypocrisy a Chile en el año 2004 que tengo pegado en una pieza dice que la
entrada esa vez estaba a 13.000 pesos. En todo caso el precio no justifica la
calidad del sonido, que creo que a fin de cuentas debe haber sido un asunto de
la mezcla.
Queda aún el show en Santiago al que tengo hartas ganas de
ir.