Club Hípico
Martes 26 de Enero de 2010
(Review también disponible en www.grindermagazine.cl)
Criminal frente a un apático público
Pero el destino, que suele ser caprichoso, quiso otra cosa. Por asuntos de trabajo recibí una invitación a cancha VIP. Y yo, obviamente dije “sale y vale”, como el Chavo. O sea, a caballo regalado no se le miran los dientes. ¿O me van a decir que el más acérrimo enemigo de Metallica no hubiese ido al recital en las mismas circunstancias? Así a final de cuentas iba ir a ver a Metallica. Y si iba ir al final, había que comentar ¿o no? Me limitaré a Metallica porque no vi el show completo de Criminal. Sorry, el carrete previo atrasó mis buenas intenciones. Vi un par de temas y la respuesta del público fue más fría que mina frígida. Pero claro, Criminal no estaba con sus fans, esos que repletaron el Óxido el día domingo 24.
Bien, de Metallica se habla mucho, para bien o para mal, y una cosa queda absolutamente clara: Esta es una banda que no deja indiferente a nadie. Los que la odian lo hacen con ganas, los que adoran a la banda son de terapia y los que tratan de mantener una postura objetiva tienen que calentarse la cabeza defendiendo tanto las tesis que van para uno u otro lado en cuanto al grupo. Pero para no calentarnos la cabeza nos concentraremos en lo único que debiera importarnos al menos ahora, y que es la música que escuchamos y presenciamos en lo que fue la tercera visita oficial de la banda a Chile frente a unos 54.000 fans, aunque hay algunos diarios que dicen que asistieron 51.000. Da igual. Fue mucha gente, mucho más que las dos veces anteriores.
Vamos a la música. Si hay una cosa que agradecer a Metallica es que no tocó ninguna canción de los discos “Load”, “Reload” y “St. Anger”, abocando las dos horas y cuarto de presentación al catálogo antiguo en su mayor parte y a la vez lanzando a la parrilla cuatro canciones del último disco. Creo que fue un setlist insuperable. Claro, no tocaron “Hit the Lights” ni ningún instrumental como “Call of Chutulu” u “Orion” ni tampoco tocaron “Ride the Lighning” o “Battery”, pero no hay que olvidarse que sólo tienes dos horas y un poco más para tocar tu set. Y claramente Metallica tiene canciones como para estar 4 horas tocando. Por tanto, era obvio que algunos clásicos iban a faltar. En Perú Metallica tocó el cover de Diamond Head “Am I Evil”, pero aquí optaron por “Blitzkrieg”, también de Diamond Head. Más de alguno hubiese preferido un cover de The Misfits. Así, frente la imposibilidad de dejar a todo el mundo contento creo que el setlist fue el más democrático posible. Personalmente, lo más chacal fue “Fight Fire With Fire”. Mi mente se fue directo al año 1984 cuando me compré el vinilo de Ride the Lightning. Impresionante. En ese momento me olvidé de que estos eran los mismos compadres que sacaron el Load y el Reload y que se pusieron graves con Napster. Por momentos Metallica volvía a ser la máquina de antes, ayudando a ello el sonido que estuvo bastante potente. Escuché que algunos dijeron que al principio el sonido no estaba óptimo, pero la verdad es que yo no me percaté. Mi invitación era para cancha VIP y traté de acercarme lo que más pude al escenario llegando a estar en cuarta fila y allí se escuchaba bastante bien.
Y como no, el show tuvo de todo, llamaradas, fuegos artificiales, una pantalla gigante horizontal detrás de los músicos, hartas luces y toda la parafernalia de una banda como Metallica. Pero todo esto no valdría nada si las interpretaciones de las canciones no estuvieran al mismo nivel. Hetfield, Hammett, Ulrich y el bajista más reciente Trujillo (Quién tocó en Suicidal Tendencies, y lo digo porque en ningún diario mencionaron ese importante dato) están como si los años no pasaran en vano. Los solos de guitarras se escucharon limpios y en general la interpretación de las canciones fue fiel a los discos. Pero claro, esto no es ninguna sorpresa y de hecho uno espera de Metallica calidad a toda prueba independientemente de nuestras apreciaciones personales para con la banda.
Y si hay que elegir el momento peak del recital, yo diría que fue con “Whiplash”, canción que logró generar hasta mosh muy cerca del escenario. Aparte de esa descarga no hubo stagedivings ni nada de eso sino más bien una masa compacta que se movía y saltaba y que poco o nada podía hacer en el limitado espacio que tenía en la cancha. Recordemos además que había gran cantidad de público no metalero, sino más bien gente que gusta de Metallica, posiblemente Maiden, quizás Slayer, pero que no necesariamente se identifica con la movida. Yo vi hartas niñitas rubiecitas que al parecer dejaron la discotheque por el día para ir a ver a Metallica porque mal que mal Metallica es taquilla. Esta es la banda metalera para las masas por excelencia, es metal para todos. Y ellas no iban a estar atrapadas en un mosh, eso es seguro. Cuento corto, el ambiente al menos en cancha estuvo bastante tranquilo, incidiendo aquello directamente para que lograra llegar a cuarta fila y poder ver bien a esta maldita banda ya que en el año 1999 no había visto nada. ¡Por fin los vi de cerca! Malditos ídolos de mi juventud! ¡La banda por la cual me metí al metal! ¡La banda que le ponía los pelos de punta a mis padres! ¡La banda que sólo tres compañeros de colegio cachábamos en el año 86! Y luego se vendieron, sacaron unos discos de mierda, de pronto sacan el Death Magnetic y hacen una gira mundial donde tocan canciones del Kill ‘Em All, del Ride the Lightning, del Master of Puppets, del And Justice. Y por 20 años la banda estuvo perdida, alienando a sus fans. Ya era hora que Metallica hiciera un show para los fans antiguos. Y este fue el show. Es de esperar que ahora no la caguen de nuevo porque al menos yo no esperaré unos 20 años más para que la banda se de cuenta que es todo lo grande que es gracias a los fans que los apoyamos cuando no eran nadie. Metallica volvió atrás, musicalmente hablando, porque por fin se dio cuenta de que no tenía otra vía de escape. Death Magnetic de esta manera cierra el círculo. Te diste una vuelta de 20 años y llegaste al mismo punto donde empezaste. ¿Qué será de Metallica en adelante? Nadie sabe. Pero lo que sí sabemos es que nadie quiere un Reload 2. Pero pase lo que pase una cosa es segura, y es que la banda seguirá generando sentimientos encontrados. Y posiblemente lo más divertido del asunto es que quizás necesitamos de una banda así, una banda para polemizar.
P.D.: Gracias a Gabriel González por acordarse del setlist completo.
Setlist:
Creeping Death
For Whom The Bell Tolls
The Four Horsemen
Harvester Of Sorrow
Fade To Black
That Was Just Your Life
The End Of The Line
Sad But True
Broken, Beat and Scarred
Cyanide
One
Master Of Puppets
Fight Fire With Fire
Nothing Else Matters
Enter Sandman
Blitzkrieg
Whiplash
Seek and Destroy