Joe Satriani
Miércoles 23 de Julio, 2008
Teatro Caupolicán. 21:00 hrs.
Si mal no recuerdo la primera vez que tocó Satriani en Chile fue en 1998. Y desde ese entonces, incluyendo esta venida, ha vuelto cuatro veces, tanto como show único o como partícipe de los recitales G3 donde comparte escenario con otros grandes de la guitarra. Para esta quinta vez el músico norteamericano venía promoviendo su último disco llamado Professor Satchafunkilus and the Musterion of Rock. ¿Qué te fumaste Satriani? Vaya que nombre más excéntrico. Sea como sea, el “profesor” deleitó por dos horas a un Teatro Caupolicán que se veía bastante repleto. Algo increíble para un artista que ha venido tantas veces. Parece que no nos aburrimos de "Satch". Pero bueno, se trata de Satriani, posiblemente el guitarrista más famoso de la actualidad. O sea, cuando te pasan el aviso comercial por Canal 13 de que tocará Satriani en Chile, sabemos que se trata de un compadre rockstar. No cabe la menor duda.
Este recital estaba bien caro, con precios que iban desde los 18.000 pesos hasta los 35.000. Por otro lado el público recibió un show de calidad que al menos justificó lo caro de las entradas. Excelente fue la puesta en escena, y se agradece en especial el detalle de la pantalla gigante pseudo-psicodélica y algo lisérgica que estaba detrás de los músicos y que pasaba todo tipo de dibujitos con luces brillantes. Como decía, bastante psicodélico. Del sonido. Nada que decir. De primer nivel. Y la ejecución, bueno, impecable, como era de esperar. Incluso me atrevería a decir que era demasiado perfecta. ¿Se apoyará Satriani en pistas regrabadas? era la pregunta que se hacía un amigo mío que es incluso más fan de Satriani que yo. No lo sé. Pero que el recital sonó increíblemente bien, así fue. Además, Satriani no falló ni una nota, ni una sóla mísera nota. Dan ganas de pegarle. Demasiada perfección. ¿Será que Satriani es efectivamente de otro planeta? Rapado y con lentes de sol se parece bastante a un marciano.
Pero para qué ahondar en lo bien que toca guitarra Satriani, ese es un dato que se da por entendido. Y que es uno de los guitarristas virtuosos con más feeling. Eso ya lo sabemos. Y para qué hablar de lo excelente de Stuart Hamm en el bajo. Cuando se trata de excelentes instrumentistas hablar de lo excelente de su técnica raya en la redundancia. No demos la lata entonces.
Con respecto al setlist este incluyó canciones tanto nuevas como antiguas, sin que faltaran los clásicos de siempre como “Satch Boogie”, “Ice 9”, “Flying in a Blue Dream”, “The Mystical Potato Head Groove Thing”, “Summer Song”, etc, etc. ¿Novedades? Bueno, Satriani dijo que hacía como diez o quince años que la banda no tocaba “Cryin´” del disco The Extremist. Y la tocaron. Pero la verdadera sorpresa o novedad fue “Ghost”; canción nueva según el mismo Satriani. ¿Se extrañaron canciones? Por mi parte sí. Extrañé “Ceremony” y “Hordes of Locusts”, esta última una de mis canciones favoritas del extenso catálogo de Satriani y que viene en el primer disco Not of this Earth.
Pero a pesar de no haber sido dado en el gusto completamente no me puedo quejar. Y creo que la mayoría seguramente se fue para la casa con un sentimiento más o menos parecido: de que había sido un excelente recital donde nuevamente Satriani demostró por qué es hoy por hoy el Dios de la guitarra.
Miércoles 23 de Julio, 2008
Teatro Caupolicán. 21:00 hrs.
Si mal no recuerdo la primera vez que tocó Satriani en Chile fue en 1998. Y desde ese entonces, incluyendo esta venida, ha vuelto cuatro veces, tanto como show único o como partícipe de los recitales G3 donde comparte escenario con otros grandes de la guitarra. Para esta quinta vez el músico norteamericano venía promoviendo su último disco llamado Professor Satchafunkilus and the Musterion of Rock. ¿Qué te fumaste Satriani? Vaya que nombre más excéntrico. Sea como sea, el “profesor” deleitó por dos horas a un Teatro Caupolicán que se veía bastante repleto. Algo increíble para un artista que ha venido tantas veces. Parece que no nos aburrimos de "Satch". Pero bueno, se trata de Satriani, posiblemente el guitarrista más famoso de la actualidad. O sea, cuando te pasan el aviso comercial por Canal 13 de que tocará Satriani en Chile, sabemos que se trata de un compadre rockstar. No cabe la menor duda.
Este recital estaba bien caro, con precios que iban desde los 18.000 pesos hasta los 35.000. Por otro lado el público recibió un show de calidad que al menos justificó lo caro de las entradas. Excelente fue la puesta en escena, y se agradece en especial el detalle de la pantalla gigante pseudo-psicodélica y algo lisérgica que estaba detrás de los músicos y que pasaba todo tipo de dibujitos con luces brillantes. Como decía, bastante psicodélico. Del sonido. Nada que decir. De primer nivel. Y la ejecución, bueno, impecable, como era de esperar. Incluso me atrevería a decir que era demasiado perfecta. ¿Se apoyará Satriani en pistas regrabadas? era la pregunta que se hacía un amigo mío que es incluso más fan de Satriani que yo. No lo sé. Pero que el recital sonó increíblemente bien, así fue. Además, Satriani no falló ni una nota, ni una sóla mísera nota. Dan ganas de pegarle. Demasiada perfección. ¿Será que Satriani es efectivamente de otro planeta? Rapado y con lentes de sol se parece bastante a un marciano.
Pero para qué ahondar en lo bien que toca guitarra Satriani, ese es un dato que se da por entendido. Y que es uno de los guitarristas virtuosos con más feeling. Eso ya lo sabemos. Y para qué hablar de lo excelente de Stuart Hamm en el bajo. Cuando se trata de excelentes instrumentistas hablar de lo excelente de su técnica raya en la redundancia. No demos la lata entonces.
Con respecto al setlist este incluyó canciones tanto nuevas como antiguas, sin que faltaran los clásicos de siempre como “Satch Boogie”, “Ice 9”, “Flying in a Blue Dream”, “The Mystical Potato Head Groove Thing”, “Summer Song”, etc, etc. ¿Novedades? Bueno, Satriani dijo que hacía como diez o quince años que la banda no tocaba “Cryin´” del disco The Extremist. Y la tocaron. Pero la verdadera sorpresa o novedad fue “Ghost”; canción nueva según el mismo Satriani. ¿Se extrañaron canciones? Por mi parte sí. Extrañé “Ceremony” y “Hordes of Locusts”, esta última una de mis canciones favoritas del extenso catálogo de Satriani y que viene en el primer disco Not of this Earth.
Pero a pesar de no haber sido dado en el gusto completamente no me puedo quejar. Y creo que la mayoría seguramente se fue para la casa con un sentimiento más o menos parecido: de que había sido un excelente recital donde nuevamente Satriani demostró por qué es hoy por hoy el Dios de la guitarra.
