jueves, octubre 08, 2009

Belphegor en Chile

Hey, mejor tarde que nunca. No había subido el review de Belphegor porque en las últimas dos semanas he estado con más pega que la cresta y he dejado de lado este bendito blog. Ustedes saben que es muy difícil vivir del metal y uno tiene que hacer otras cosas para pagar las malditas cuentas, cosas como limpiar las calles, lavar platos y recoger la basura. Huevadas dignas. Jajajaja. Además, este blog lo hago de puro amor al arte. Así, si no escribo ninguna huevada ningún jefe me va a venir a decir, oye hueón, no subiste el review al blog. Así, en este blog es como si yo fuera mi propio jefe. Pero bueno, da igual.
-
Belphegor
Sábado 26 de septiembre de 2009
Club Rock y Guitarras
20:00 horas.
(Review también disponible en http://www.grindermagazine.cl/, donde también escribo)

Hay varias cosas que decir sobre el primer show de Belphegor en Chile, que a riesgo de dejarlas en el tintero por omisión involuntaria, vale mencionar de entrada. Primero, la sangre que Helmuth, Serpenth y Morluch se echaron en la cabeza a torso desnudo era efectivamente sangre. Seguramente muchos pensaron que era ketchup o algo parecido pero lo cierto es que era sangre posiblemente conseguida en algún matadero. ¿Cómo podemos confirmar esto? Bueno, si hubiesen olido el vaso donde guardaban esa sangre hubiesen llegado a la misma conclusión. Aquello, desde luego, me valió para volver a replantearme mis opiniones con respecto a Belphegor. Ahora puedo decir: “vaya, estos compadres no se andan con chicas y su imagen artística la tienen pulida y bien pensada y no dejan nada al azar”. La banda se toma su arte en serio y quizás sea esa una de las razones de por qué hoy en día están donde están dentro del sitial mundial del black metal.

Otra cosa importante: la máscara de cuero que se puso Helmuth sobre su cabeza luego de haberse rociado con sangre fue como la guinda de la torta en la puesta en escena, revelando otro detalle importantísimo en Belphegor que quizás muchos soslayan, y ese detalle es que Belphegor, a diferencia de prácticamente todas las bandas musicalmente parecidas a ella, explota desvergonzadamente temáticas sadomasoquistas y sexuales que unidas al aspecto más típico del black metal como es el satanismo, el ocultismo, el nihilismo existencial y el desasosiego post apocalíptico, entre otras cosas, generan como resultado una banda bastante única. Por otro lado, musicalmente Belphegor no es ninguna maravilla y quizás esa sea la razón de tanto show. En cierta medida se parecen a Kiss, que sin las luces, fuegos artificiales y todo lo demás, pierden gran parte de su impacto.

Con respecto al setlist fue únicamente con “Lucifer Incestus” con que el público se animó de veras, estando el resto del tiempo sumido en una tranquilidad que costaba creer. Aparte de un stagediving que no venía al caso y que pilló a varios mal parados, no hubo ni mosh ni nada de eso. También es cierto que la banda austriaca no es para vacilarla ni mucho menos y se aprecia mejor cuando uno trata de meterse en su onda, pero lo concreto es que no noté que el público prendiera. Vale mencionar que el público lo compusieron alrededor de 150 personas. Así, poco o nada costaba acercarse al escenario y sacar fotos. De pronto por todos lados aparecían las cámaras, con todo el mundo tratando de inmortalizar el momento para la posteridad. Yo saqué un par, como siempre hago, pero al ver que todo el mundo hacía lo mismo como que ya no tenía mucho sentido. ¿A qué viene todo esto? El asunto, y esta es mi teoría, es que cuando estamos más preocupados de sacar una buena foto perdemos la conexión con la banda, sin que nos metamos de lleno en su show. Ahora, las fotos de prensa son otro tema. Yo hablo de los fans. En un momento Helmuth se acercó al lado izquierdo del escenario, estando a centímetros de los fans, y todo el mundo corrió par allá como atraídos por un imán y todos con cámara en mano tratando de sacarle fotos a Helmuth como si fuera un freak de circo. Belphegor es una maldita banda de black metal chacal que claramente pierde impacto cuando toda su oscura maldad misantrópica se ve truncada con el glamour de los flashes. Claramente creo que hay una contradicción vital aquí. Creo que estamos perdiendo la esencia del metal, siendo absorbidos por tanta tecnología. Y sin darnos cuenta estamos empezando a preocuparnos más del aspecto visual de la música que en la música en sí. Pero bueno, esto tiene que ver con los tiempos en que vivimos. Ahora bien, no quiero que me malinterpreten. Creo que es la raja que podamos sacar fotos en los recitales, pero el exceso, con tanto compadre en la misma, hace que se pierda conexión con la música. Para el debate.

Independientemente de todo lo anteriormente expuesto, y de mi diatriba contra tanta tecnología, vale mencionar también que Belphegor tocó una hora y cinco minutos y sonó excelentemente bien, y aparte de algo de acople en la primera canción, el resto del show estuvo exento de problemas. Y como nunca el volumen estaba justo a su nivel apropiado.

Cortito, al grano, con un setlist potente que incluyó canciones tanto rápidas como algo más lentas, matizando de esa manera el show, Belphegor cumplió en su primera presentación en Chile. Veamos cómo les va el domingo.

P.D.: No tocó Blasart.