No más de 70 personas fueron a ver a Naer Mataron. Triste. Pero en realidad no se puede culpar a los fans. Y es que nadie cachaba a esta banda. Cierto, Vicotnic, de fama por haber tocado en Ved Buens Ende y otras bandas bien de culto era en parte un buen gancho para animar a la gente a ver a esta banda, ¡pero el compadre no vino a Chile!. O sea, plop! Y más encima el compadre aparecía en el flyer. Cuento corto, las bandas nacionales que telonearon, Occidens y Animus Mortis, estuvieron bastante más interesantes que los griegos, quienes no pasan de ser una banda black metal de tercera división. Para más remate el Club Cadilac puede albergar sin problemas a unas 1500 personas, por tanto más se notaba lo poca convocatoria. Haber hecho este recital en un lugar como Bar Óxido hubiese sido más atinado, pero claro, yo creo que no estaba en los planes de nadie que fuese tan poca gente. Para el olvido.