miércoles, marzo 30, 2011

Forbidden en Chile

Forbidden
Martes 29 de marzo de 2011. 21:00Hrs.
Club 334



El sonido no fue de lo mejor, el lugar claramente no era el más indicado para este tipo de eventos, estaba lleno y hacía más calor que la cresta. ¡Pero lo pasamos la raja igual! Forbidden en Santiago, por fin. Iban a tocar el viernes dentro del marco del Chargola Fucking Fest junto a Voivod y Exciter pero los problemas logísticos pudieron más y los compadres nunca llegaron al festival. Hubo un problema con el vuelo y todos dijimos: “¡Cagamos!”. Pero no. Luego de tocar en Antofagasta junto a Voivod el sábado 26, que supuestamente iba a ser la segunda fecha, la banda viaja a Santiago para presentarse finalmente frente a los fans de la capital. Lo bueno es que todos aquellos que habían comprado la entrada del día viernes tenían pase libre para acudir a este evento. Desde ya se agradece que se hayan hecho todas las gestiones necesarias para que tocara finalmente Forbidden.    


Vamos al recital. Si hay algo que jamás olvidaremos del paso de Forbidden por el Club 334 fue el calor reinante dentro del lugar, especialmente cerca del escenario. Fue tanto así que los músicos tuvieron que parar unas dos veces y salir del escenario y tomarse un break, tomar agua y literalmente tomar aire. De hecho el guitarrista Craig Locicero dijo en un momento a modo de talla: “¡Por favor no respiren!”. Ahora, muchos deben haber pensado que no era para tanto, pero debemos recordar que nosotros somos los que estamos acostumbrados a recitales “sudorosos” y eso no necesariamente corre para las bandas. Cosa de recordar el paso de The Haunted por el Rock & Guitarras. Pues bien, el que claramente se veía más afectado por la falta de aire y el calor era el vocalista Russ Anderson. Terminó literalmente “pa´ la cagada” y de hecho al menos en un tema no cantó una estrofa, y allí Locicero tuvo que reemplazarlo. Sin embargo la banda tocó todo su set frente a un delirante público que apoyó a los americanos de principio a fin. Desde el comienzo de la chacal y brutal “March Into Fire” hasta la también chacal y brutal “Chalice of Blood”. Cierto, quizás hoy en día ya no suenen tan chacales y brutales si se comparan con el metal de hoy, pero no olvidemos que esas dos canciones son de 1988 y en su momento el thrash era la música extrema. De cualquier forma, en general todas las canciones del primer y segundo disco fueron disfrutadas a concho, con stagedivings y mosh incluidos. Dónde la respuesta fue bastante más tibia fue con los temas del nuevo disco Omega Wave. Incluso Russ Anderson bromeó al respecto y luego de finalizar un corte de ese disco le dijo al público: “Parece que no han escuchado mucho el nuevo disco”. Mi apuesta es que si todo el mundo lo hubiese escuchado mil veces la respuesta del público hubiese sido igual. ¿Por qué? Porque simplemente no se puede competir con “Step by Step”, “Off the Edge” o “Infinite”, por nombrar algunas canciones. El peso de los clásicos, de esas canciones que la banda compuso cuando eran unos pendejos y con suerte entendían lo que en realidad habían creado, tienen una fuerza y una honestidad que simplemente no puede replicarse. Además que se trata de excelentes temas.


El show no fue extenso, y quizás no podía haber sido de otra manera, dada las condiciones en las que tuvo que tocar la banda, con calor extremo que seguramente jamás habían experimentado, pero me atrevo a decir que los fans se fueron felices, al menos la mayoría. La banda lo entregó todo arriba del escenario y los músicos se veían no sólo sorprendidos por la respuesta del público, sino que estaban genuinamente agradecidos por el apoyo. El sonido no estuvo muy bueno, pero al menos estuvo decente, y creo que eso era lo mínimo que pedía la gente. Un detalle, se escuchaba mucho mejor cerca del escenario que atrás, así que si van a Exodus y Destruction, que va a ser allí mismo a menos que cambien de local, traten de acercarse al escenario (o gánanse cerca del escenario como dicen los huasos) asumiendo, desde luego, que el sistema de audio que ocupen esos días sea el mismo. ¡Esperemos que no!


Pero al diablo el sonido, al menos esta vez. Cuando tocaron “Infinite” con su espectacular intro “Parting of the Ways” todos quedamos locos y los moshs no se hiceron esperar. En realidad todo el recital fue un mosh continuo, especialmente adelante. Así, como un todo, este recital estuvo simplemente la raja.

Debo destacar también la excelente disposición del bajista Matt Camacho, que fue quien más compartió con los fans. ¡Seguramente fue el que quedó menos pa’ la cagada! Conversó con todo el mundo a las afueras del local, regaló un montón de uñetas con el logo de la banda (yo tengo la mía) y contó hartas anécdotas, incluyendo algunas que iban atrás en el tiempo hasta la época en que Robb Flynn (Vio-Lence, Machine Head) tocaba en la banda. Buena onda el loco.

Welcome to the Church of Lies!!!!!!!!!!!!!!!!






Setlist:

March Into Fire
Step by Step
Forbidden Evil
Off the Edge
Forsaken at the Gates
Overthrow
Adapt or Die
Omega Wave
R.I.P.
Twisted Into Form
Parting of the Ways
Infinite
Through Eyes of Glass
Chalice of Blood