Miércoles 9 de Diciembre de 2009
Teatro Caupolicán
$15.000 entrada general. (o 6 veces menos de lo que cuesta ir a ver a Metallica)
(Review también disponible en www.grindermagazine.cl)
Llegando al Caupolicán a eso de las 8 de la tarde averiguo que Atomic Aggressor ya había empezado a eso de las 19:50 P.M. Puta madre, me decía a mi mismo. Si dicen que el show parte a las 20:00 horas ¿entonces porqué no se respeta el horario? Yo tenía muchas ganas de ver a Atomic desde el comienzo y resulta que me perdí parte del show simplemente porque este empezó más temprano de lo estipulado. ¿Por qué no ponen en los afiches y entradas que el show empezará a las 19:50 entonces? Ya pasó el tiempo en que a los teloneros no los pescaba nadie. Ahora hay mucha gente que sí vacila a las bandas nacionales, que sin lugar a dudas se han ganado un espacio no sólo en Chile sino que en el concierto mundial underground. Entonces yo digo más respeto para los artistas nacionales. Y bueno, Atomic nuevamente dejó la cagada, sonando como cañón aunque quizás un poco saturado. El show de cerca de cuarenta minutos calentó los motores para lo que se venía y el público presente vaciló las canciones de Atomic porque ¡puta Atomic es Atomic po! Es difícil mantenerse indiferente frente al nivel de agresión sónica de estos veteranos. Aquel festín de chacal y blasfemo death metal old school dio la patada inicial a lo que debió haber sido una noche redonda de música extrema a la vena. Pero no fue así.
Al rato Pentagram supuestamente volvería a dejar la cagada en el Caupolicán, eso era lo que todo el mundo quería. Allí estábamos a la expectativa, y muchos de nosotros que hemos visto a Pentagram un millón de veces de todas maneras siempre queremos que el último show sea el mejor. Lamentablemente ese día miércoles las cosas no se dieron para la banda. Sonaron como el forro, por decirlo suavemente. Una lata, una verdadera pena. El bajo saturaba todo, las canciones no se entendían y los solos de guitarra no se escuchaban. Nada que ver con la última presentación de los chilenos un par de meses atrás en el mismo local. De todas maneras el público apoyó a la banda en todo momento, pero no me explico cómo es que una banda como Pentagram pudo haber sonado tan mal. Y no es mi opinión exclusiva. Solamente cuando ya finalizaba la presentación en algo mejoró el sonido. Triste pues. Pudo haber sido una noche redonda pero esta vez Pentagram pagó el pato de ser telonero. A pesar de todo “Demoniac Possession” volvió a dejar la cagada. Es la gran canción de Anton y compañía. Simplemente, una obra maestra.
Luego de haber quedado defraudado con el sonido de Pentagram la pregunta obvia que nos hicimos varios fue: “¿Y Venom va a sonar igual de mal?” Por suerte Belcebú, Satanás, el angel de la luz o cómo quieran llamarlo estaba de buena y apoyó a Venom en la hora y cuarenta minutos de presentación haciendo que sonaran bastante bien. Menos mal. Y sin complicarse la existencia Cronos y compañía parten con una inyección directa a la vena, interpretando “Black Metal”. “lay down your soul to the gods rock n' roll”. Todo el mundo vacilando el tema como malos de la cabeza. ¡Y que gran línea es esa! ¡Aprende Silvio Rodríguez! ¡Chao con tu maldito unicornio azul! ¡Esa es letra rockanrolera chacal!
Bien, luego de aquel tema introductivo vino “Welcome to Hell”. Otro clásico inmortal. Luego vino “Bloodlust”, que también es un clásico. Pero la cagada quedaría con “Countess Bathory”, ciertamente una de las canciones que los fans más vacilaron. Otros momentos álgidos fueron con la primera parte de “At War With Satan” y la finalizada con “Witching Hour”. Sólo fue cuando Venom se tiró con canciones algo más desconocidas que el público simplemente observó sin moverse mucho. Pero en general la banda logró mantener el entusiasmo a través de toda su presentación. Incluso volvieron al escenario dos veces. ¿Se extrañó algún clásico? Bueno, siempre hay un tema favorito de uno que no tocan, pero yo diría que el setlist cumplió a cabalidad con los deseos de los fans. Al conversar con algunos la opinión unánime era que se había tratado de un gran recital. Tanto es así que ni siquiera se extrañó a Mantas y Abaddon, los otros dos miembros clásicos de la banda, siendo los reemplazos actuales absolutamente acertados. Destacó el baterista, que sin lugar a dudas dio a Venom una fuerza descomunal. Y no, no era Mikkey Dee (Motörhead, King Diamond), pero se parecía el compadre.
Algo muy importante que hay que destacar es que Cronos sigue estando como si los años pasaran en vano. El compadré cantó extremadamente bien, siendo su timbre el mismo de siempre, ese que se recuerda de sus discos. Cronos no es un buen cantante, a todo esto, pero eso da lo mismo, porque Venom no es una banda para los fanáticos de la técnica. Venom es pura garra, pura pasión, y engloba como muy pocas otras bandas el verdadero espíritu del metal con una actitud que no puede ser menos que “Fuck off and die! Y ver a Cronos allí en el escenario blasfemando e invocando al malulo era un privilegio que nadie que ande por la vida diciendo que realmente vacila el metal pudo haberse perdido.
Para la estadística: Creo que este recital ha sido en el que más veces se ha nombrado la palabra “Satan”. Cronos batió el record de Gorgorth al parecer.
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