jueves, diciembre 01, 2011

Whiplash - Violator


Whiplash – Violator + bandas invitadas
Viernes 25 de Septiembre de 2011
Arena Recoleta
(También disponible en Grinder Magazine)

La cómicamente llamada “Arena Recoleta”, en clara alusión al Movistar Arena de Santiago, no es más que el patio trasero de una casa ubicada en Avenida Einstein con capacidad para más de quinientos personas. Allí se llevó a cabo el debut de la legendaria banda americana Whiplash, que si bien no representa más que un apéndice o una nota a pie de página en la historia del thrash, no estaba de más ver en vivo algún día, aunque en sus filas no contara con más que su vocalista y guitarrista original, Tony Portaro. Ya no están en las filas de Whiplash el baterista Tony Scaglione ni el bajista Tony Bono, este último fallecido en el 2002 producto de un ataque al corazón a los 38 años. Considerando además que esta banda tiene al menos 3 discos clásicos y uno que a mí en lo personal me marcó mucho ya que lo escuché en la época y me gustó muchísimo, el “Insult to Injury” pensé que no podía dejar pasar la oportunidad de ver a Whiplash, aunque en mi fuero interno no le tenía mucha fe a este concierto.


Cuando llegué estaba tocando Disaster y sonando bastante bien y con potencia, lo que me hizo creer que tanto Violator como Whiplash andarían igual, pero no fue así. Cuando eran cerca de las nueve y media parte Violator luego de una extensa prueba de sonido por la cual se excusó el vocalista aduciendo al hecho de haber llegado a Chile sólo unas horas antes. Y se notó que todo haya sido hecho a la rápida puesto que la banda nunca se vio con la confianza y la fuerza que antes habían demostrado en Chile. Yo había visto a los brasileros en Quilpué en el año 2010 en el Teatro Velarde, habiendo quedado impactado con la fuerza, dinamismo y energía desbordante de este cuarteto de maniacos del thrash. La presentación en la Arena Recoleta distó mucho de ser memorable y fue una sombra de lo mostrado el 2010 en Quilpué a pesar de que la banda se esforzó por dejar la cagada. Para más remate al segundo corte hubo un corte de energía que dejó a la banda en silencio y a oscuras por varios segundos matando de un solo golpe certero todas las buenas intenciones. La banda, sin rendirse, trató de seguir incólume, pero el daño ya estaba hecho. Para más remate la potencia nunca acompañó a Violator, por lo que los temas perdían efectividad. A pesar de todo, en primeras filas el circle pit y los mosh no se hicieron esperar, aunque jamás podríamos hablar de desborde. Aunque el sonido estuvo apenas aceptable, creo que la falta de potencia fue lo que más afectó a la presentación y quizás por eso la respuesta del público no fue lo alucinante que esperaba ver tomando en consideración el recital del 2010.


A Whiplash tampoco le fue muy bien. Luego de un par de temas con muy baja potencia el interés en ellos fue rápidamente disminuyendo y muchos fans de Violator empezaron a hacer retiro del recinto e incluso los fans de mayor edad y que vacilaron Whiplash en la época y que habían ido única y exclusivamente a verlos a ellos terminaron a la entrada del patio o “Arena” conversando de cualquier huevada y pasando el mediocre recital con una rica cerveza helada. Por suerte vendían cerveza y a un precio justo. Ni siquiera los grandes clásicos del debut lograron prender mucho al público, y de nuevo el tema de la potencia resulta clave. Escuchar metal a bajo volumen y con baja potencia es como tirarse una muñeca inflable. ¡No pasa nada! El metal tiene que sonar como si la tierra se fuera a abrir y el infierno a nuestros pies empezara a revelar su malévola magnificencia. Hell Awaits! Pero no pasó nada. Lamentablemente este recital fue para el olvido. En lo personal a mí me dio lo mismo lo que tocaran, clásico o no, hubiera preferido haber escuchado a Whiplash con más fuerza, además que la banda es bastante aburrida arriba del escenario. Bien por el trío que está de vuelta gracias al renacer que a tenido el thrash en el último tiempo gracias a bandas nuevas como Violator que han hecho que los cabros más jóvenes se quieran interiorizar de las viejas bandas clásicas del estilo. Pero no se puede vivir sólo de la leyenda. En su debut en Chile Whiplash no convenció. Ojalá que haya sido una cosa circunstancial y que en el recital de Valparaíso y en el que harán el domingo sea todo distinto. Ni siquiera las cinco latas de cerveza que me tomé me hicieron cambiar mi visión de este recital, un recital que lamentablemente pasó sin pena de gloria.