martes, octubre 26, 2010

No a la Teletón

Se acerca Diciembre. Se acaba la temporada de recitales y se acerca el mes en que Don Francisco le va a pedir a todo Chile a que done dinero utilizando a niños desvalidos como armas para ablandar los corazones de los chilenos. Todos los años la misma tontera y todos los canales de televisión transmitiendo las supuestas "27 horas de amor" con todos los payasos de la tele aprovechando la oportunidad para figurar. Circo para el pueblo, no es más que circo para el pueblo. Que parte del dinero vaya a parar a la Fundación Teletón y que de veras se rehabiliten niños es algo que posiblemente pase. Pero yo no metería las manos al fuego. Además, ¿no debiera el estado hacerse cargo de los minusválidos? ¿Para qué tanto show? ¡Alas! Se hace show, y harto, porque la Teletón es un excelente negocio. Al menos yo no gano un puto peso con la Teletón así que no veo por qué debiera apoyarla. Además, si es por ayudar al prójimo, hay otras maneras de hacerlo. 

Pero lo que más me enferma de la Teletón es que está en todas partes. No sólo en la televisión, sino que en la radio, en los espacios públicos, en los avisos comerciales del metro, en los mismos productos que participan en la Teletón, etc. Es imposible esquivar el golpe publicitario. Y ahora van a utilizar a los 33 mineros como conejillos de indias para apoyar a la Teletón.

Podría irme en la volada y escribir harto sobre este tema pero en realidad me da lata. El punto es que no apoyo la maldita Teletón. Y estoy harto de la Teletón y de la mentalidad de ovejas de rebaño que parecieran tener gran parte de los chilenos que se tragan todos los cuentos que les cuentan. 

Y he querido expresar mi sentir porque usualmente se cree que huevones metaleros son tipos que no tienen opiniones con respecto a temas de contingencia. No es así, de hecho nunca ha sido así. Es bueno a veces dar a entender la posición de disidencia que uno tiene con respecto a las "supuestas verdades" que los medios de comunicación  han establecido como tales. Creer en la Teletón es tan iluso como creer que hay un tipo allá arriba en el cielo dirigiendo nuestros destinos. De hecho la mayoría de las cosas que nos han inculcado desde chicos no son más que farsas. La Teletón es simplemente otra farsa más de las cientos que han existido. Y es por eso que no apoyo la Teletón y no creo el cuento ni por un segundo.

Tanta diatriba me abrió el apetito por Incantation: