domingo, agosto 21, 2011

DevilDriver en Chile


¡Sorry por el atraso!


DevilDriver
Jueves 11 de Agosto de 2011
Rock & Guitarras. 21:00 hrs.
Fotos por Recitales en Chile

Últimamente las presentaciones de bandas internacionales en Chile han estado bien insípidas. Hace poco tuvimos el show bastante pobre de Nuclear Assault en ese hoyo pestilente del infierno llamado Club 334 y ahora DevilDriver en su segunda visita a Chile dio un show que no fue ni la tercera parte de ese memorable y potentísimo show mostrado en octubre del 2006 en el Teatro Novedades y que tuve la suerte de presenciar. Nada mejor que tener un parámetro para medir con una vara objetiva el show de este año del cual esperaba mucho más. Habrán fans que dirán que este show estuvo mucho mejor que el del 2006. No sé que se habrán fumado.



Una de las razones de por qué esta segunda presentación en Chile no superó a la primera se debió a que a la banda le faltaba uno de sus guitarristas, Mike Spreitzer, que hace muy poco sufrió un ataque epiléptico o algo parecido. Aquello le imposibilitó estar presente en la gira por Sudamérica y vaya que lo echamos de menos. Una banda como DevilDriver pierde mucha de su agresividad y su violencia sin una de sus guitarras. Recordaba el show del 2006, que incluso le hice un review (lo pueden ver acá: acá). La segunda razón de por qué este show no fue ni la sombra del magnífico show del 2006 se debe a una cuestión que una y otra vez vuelve a repetirse en Chile. Ustedes saben, el sonido. No que sonara derechamente mal, pero los equipos que usaron para este show simplemente no aguantaban el poder contenido de la banda que lamentablemente no pudo mostrarse a cabalidad. Creo que el problema más grave fue con las voces. Dez Fafara, cada vez que lanzaba sus gritos agudos simplemente pareciera reventar los parlantes, generándose ese sonido típico de distorsión excesiva. Incluso el mismo dijo en un momento “I know it sounds like shit, but it has been like this all day”. “Yo sé que suena mal pero ha estado así todo el día”, como queriendo decir: “oye, no es mi culpa que esté sonando como el forro”. O sea, no es capricho mío o que yo sea un hueón demasiado exigente, si la propia banda estaba en completo conocimiento de que no estaban en una de las mejores noches. Tercero, la potencia. ¿Vieron a Overkill en el Teatro Teletón? Así tiene y así debiera sonar un show metalero. No siempre se puede, claro, pero no debiéramos conformarnos con menos. 
  

Pero a pesar de todo la banda contó con el apoyo absoluto de su fiel horda de fans. No eran muchos, pero igual hubo moshs. Incluso hasta hubo tímidos amagos de peleas que por suerte no terminaron en más que eso. ¿Qué onda con andar agarrándose a cornetes? Supuestamente el metal debiera ser algo que nos una, no que nos divida. Y hablo de todo el metal, en todas sus expresiones y con todos sus matices.  

Y eso. Extenderse más sería dar la lata porque en realidad no hay más que contar. Decepcionante, sí esa es la palabra que buscaba. Me quedo con el apoteósico show del 2006, sí, definitivamente.